1. Los maestros que desde hace más de 30 años han venido luchando con las banderas de la Coordinadora de maestros (CNTE), han aplicado esencialmente la Acción Directa (AD no violenta) porque ninguna autoridad les ha hecho caso. Antes de salir a la calle en acciones de bloqueo, acudieron a diputados, a gobernadores, a las […]
1. Los maestros que desde hace más de 30 años han venido luchando con las banderas de la Coordinadora de maestros (CNTE), han aplicado esencialmente la Acción Directa (AD no violenta) porque ninguna autoridad les ha hecho caso. Antes de salir a la calle en acciones de bloqueo, acudieron a diputados, a gobernadores, a las secretarías de Educación y del Trabajo y, por último, a la secretaría de Gobernación. Y como las gestiones funcionariles nunca han dado resultados positivos para los trabajadores, éstos siempre han tenido que acudir a la Acción Directa, a las batallas en las calles y plazas, pasando por encima de funcionarios incapaces, distractores y engañabobos. La estrategia de AD parece ser el único camino que le han dejado a los trabajadores para defender sus derechos y los de su familia.
2. Ahora que estuve en la ciudad de México visité en dos ocasiones la mesa de coordinación del plantón del Monumento de la Revolución así como a los compañeros de la «instancia nacional» de la CNTE en el edificio de la IX. Los compañeros siguen en pie de lucha batallando contra el gobierno de Peña Nieto-Chuayffet que busca por todos los medios imponer la brutal privatización de la educación, lesionando de manera abierta los intereses de aproximadamente un millón de profesores del país. Los mayores defensores del plantón del DF siguen siendo los profesores de Oaxaca, Guerrero y Veracruz, aunque también han estado presente profesores de de otros diez estados. No existe ningún ápice de desánimo por falta de soluciones de gobierno, aunque sí una búsqueda permanente de nuevas estrategias y tácticas de lucha.
3. El gobierno sigue amenazando con suspensiones de pago y despidos, sobre todo a partir de un censo policíaco y evaluaciones contra maestros. En tanto -aunque en la dirección de la CNTE se han manifestado posiciones distintas que aparentan divisiones- la realidad es que hay una repartición de trabajo que permite que la CNTE extienda más su influencia en los estados donde aún no es fuerte. La CNTE no ha dejado de marchar en las calles, de bloquear para hacer mítines, de buscar alianzas con otras organizaciones y de realizar volanteos para informar a la población; pero tampoco ha logrado que gobiernos, empresarios y medios de información sigan su política de calumnias y de desinformación contra los profesores y la educación.
4. A .D. -según se define- significa que la resolución de conflictos debe ser abordada por los implicados sin delegación ni mediación alguna; que los individuos deben implicarse ellos mismos en la consecución de los fines que persiguen sin recurrir a terceros, de lo contrario la autonomía individual se diluye y el resultado no será el más adecuado a las necesidades exclusivas de los afectados. Se trata de la autoorganización de los implicados en la consecución de un fin concreto. Generalmente se suele asociar el término «acción directa» a acciones violentas, no obstante la acción directa es simplemente la resolución de un conflicto por parte de los implicados sin intermediarios, lo que no implica necesariamente acciones violentas.
5. Acción Directa no es una determinación individual sino colectiva, pero siempre busca evitar decisiones burocráticas de asambleas y legalidades que retrasan todo y no solucionan nada. Recuerdo que en 1975, cuando preparábamos la huelga de la UNAM, se despidieron a algunos profesores de dos o tres Facultades y lo que de inmediato hizo el sindicato (SPAUNAM) fue plantear una demanda jurídica para defenderlos, asunto que nunca progresó; por lo contrario, cuando se pretendió cesar a dos profesores de Arquitectura los profesores de ésta -sabiendo que la vía jurídica no funcionaba- sin pasar por la dirigencia sindical, se fueron por la acción directa e inmediatamente realizaron un paro junto con los estudiantes, con la amenaza de hacerlo definitivo y obligaron a Rectoría a dar pasos atrás. La AD superó la línea burocrática, legalista e inefectiva.
6. Cuando se fundó el sindicato STEUNAM en 1972 no necesitó el reconocimiento de la secretaría del Trabajo o de las autoridades de la UNAM. Bastó con que tuviera el apoyo de los trabajadores y empleara el camino de la movilización combativa para que sea reconocido en los hechos y la prueba es que hizo una gran huelga y luego fue reconocida en la práctica. Cuando a López Obrador se le amenazó con meterlo a la cárcel en 2005 después de ser desaforado del gobierno del DF y se le pidió que sacara un amparo para que no fuera detenido, él se burló de las amenazas y profundizó la movilización de millones de simpatizantes. La burguesía foxista dio pasos atrás. ¿Para qué carajos sirven las leyes en México sino para aplicarlas contra los débiles? ¿Cómo pueden respetarse las leyes en el país si los tres poderes están al servicio del capital?
7. ¿No nos damos cuenta acaso los mexicanos que todos los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) son parte y sirven a la clase dominante y los usan para dar esperanzas a los ingenuos? ¿Creen acaso que alguna vez esos poderes corruptos van a castigar a los asesinos de las guarderías, a los defraudadores de Fobaproa, los saqueos de Salinas y de Fox; van a darle la razón a las luchas de los electricistas, a los mineros, a Lidia Cacho, a los presos de Atenco, a los acusaciones de la APPO contra Ulises, etcétera? Los trabajadores del campo y la ciudad no deben confiar ni un ápice en sus enemigos, sus leyes y formas de justicia. ¿Acaso confiar o esperanzarse en la Suprema Corte no ha sido una ingenuidad? Si no comienzan a pensar en las políticas de Acción Directa, es decir, en acciones organizadas de masas que tomen las calles y las plazas, serán siempre derrotados.
8. Por eso las medidas sindicales de Acción Directa de los obreros son una muestra de que hay que trabajar por ese camino. No es provocar violencia o romper el diálogo que no existe; es respetarnos y hacernos respetar, es demostrar a los trabajadores que no somos limosneros ni estamos dispuestos a que el gobierno o los empresarios se sigan burlando de nosotros. En lugar de crear «mesas de diálogo» y más zarandajas que sirven de entretenimiento -ampliamente probadas que sirven para un carajo- hay que buscar unir fuerzas con otros organismos de masas para realizar acciones contundentes, poderosas, que obliguen a la burguesía a resolver los problemas. Muchas veces da la impresión de que las «mesas de diálogo» sólo sirven para lucirse y no para resolver los problemas. ¿No es vergonzoso acaso que -como sucedió al EPR- los dialoguistas no tengan quien los reciba en sus citas en Gobernación?
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