Los pentagramas, las llaves y las corcheas siempre fueron un misterio indescifrable para Violeta Parra, quien sin embargo dejó como herencia al mundo y a Chile, su país, más de cien canciones que compuso «de oído» y constituyen hoy un tesoro musical. Por eso, los músicos profesionales y aficionados, y también los musicólogos, recibieron con […]
Los pentagramas, las llaves y las corcheas siempre fueron un misterio indescifrable para Violeta Parra, quien sin embargo dejó como herencia al mundo y a Chile, su país, más de cien canciones que compuso «de oído» y constituyen hoy un tesoro musical.
Por eso, los músicos profesionales y aficionados, y también los musicólogos, recibieron con entusiasmo el lanzamiento el día 12 de una versión ampliada del libro «Virtud de los elementos», que contiene las partituras de 70 temas de la gran cantautora conocida universalmente por su canción «Gracias a la vida».
«Es el trabajo más completo y prolijo que se pueda encontrar de Violeta Parra», señaló su hija Isabel, también cantante y compositora, durante la presentación de la obra en lo que fue el local de la «Peña de los Parra», uno de los lugares emblemáticos de difusión de la nueva canción chilena en los años 60 y comienzos de los 70.
Gran parte de las partituras que incluye este volumen fueron realizadas por Gastón Soublete, un investigador y compositor que puso sus conocimientos de teoría musical al servicio de Violeta para llevar sus canciones al pentagrama.
«Virtud de los elementos» fue publicado inicialmente en 1994, en una pequeña tirada que se agotó rápidamente. Ahora, el texto reeditado no contiene solo las partituras, sino también las letras de las canciones junto a una relación completa de la discografía de Violeta Parra.
El cantautor cubano Silvio Rodríguez aportó asimismo una carta de presentación para este libro, que se complementa con una reseña biográfica de la artista nacida en 1917 y que se suicidó a los 50 años, un 5 de febrero de 1967, deprimida por una pena de amor.
Esta nueva edición de «Virtud de los elementos», supervisada y ampliada por la propia Isabel Parra, fue financiada con aportes del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, lo cual permitirá la distribución gratuita de la obra a las bibliotecas públicas, además de su colocación comercial.
Se suma así un nuevo tributo a la memoria de esta mujer de origen campesino que fue a la vez una artista múltiple y universal, cuyas arpilleras (telares) se exhibieron en el Museo del Louvre de París, ciudad que también la conoció como intérprete musical.
Transcurridos 38 años de la muerte de Violeta Parra, su figura sigue siendo el referente fundamental de un arte popular recreado desde las raíces del folclore con una gran riqueza imaginativa y un fuerte compromiso social.
«Gracias a la vida», un himno de amor con ritmo de sirilla que compuso en 1965, fue elegida en 1999 en una votación popular como la mejor canción chilena del siglo XX, un reconocimiento avalado por las múltiples versiones de este tema por los más variados artistas de todo el mundo.
«Joan Baez, Nana Mouskouri, Mercedes Sosa, Soledad Bravo, Plácido Domingo, Enrique Iglesias y Raúl di Blasio, entre muchos otros, han grabado ‘Gracias a la vida’, pero en rigor ninguna versión supera a la original de Violeta», comentó a IPS Patricia López, una estudiante de arte que asegura tener todos los discos de la cantautora chilena.
Patricia es una de las tantas personas que año a año, cada 5 de febrero, van al Cementerio General de Santiago junto con artistas que se instalan ante la tumba de Violeta Parra para rendirle homenaje rememorando sus canciones.
Pese a los numerosos reconocimientos, el legado de esta gran artista corre el riesgo de continuar disperso e incluso perderse en la medida de que no se logra poner en marcha el Museo Violeta Parra.
Con motivo de la presentación de «Virtud de los elementos», Isabel Parra indicó a la prensa que es urgente conseguir unos 600.000 dólares que demanda la construcción del museo e impedir que el proyecto sea postergado indefinidamente.
La iniciativa es gestionada por la fundación de Carlos Cardoen, un empresario que acumuló fortuna a comienzos de los años 80 como fabricante de armas que vendía a Iraq y otros países, ahora crecientemente comprometido con el apoyo a iniciativas culturales.
Fuentes de la Fundación Cardoen indicaron que procuran recursos para hacer realidad el Museo Violeta Parra ante empresas privadas y el Estado, a través del Fondo Nacional de Apoyo a las Artes.
La creación del museo es una de las tareas fundamental que se propuso la Fundación Violeta Parra, establecida el 17 de julio de 1991 con el objetivo de difundir, preservar y recuperar para Chile el patrimonio de la obra de la artista.
Esa institución organizó un archivo que consta de dos grandes rubros: el Fondo Violeta Parra, con documentos y grabaciones que dan testimonio directo de la vida y obra de la creadora, y el Fondo General, que reúne información relativa a actividades en su memoria.
El Fondo Violeta Parra comprende manuscritos de la artista, otros dedicados a ella, documentos, fonogramas de sus canciones, impresos de programas, catálogos, libros, canciones, partituras y recortes de prensa, así como fotografías y filmaciones.
Fundación Violeta Parra: http://www.violetaparra.scd.cl/fundación.htm