1. La huelga de Trabajadores de la Universidad de Yucatán (UADY), que se inició el día 16 de enero, lleva 15 días y -por el apoyo que ha recibido y se multiplica- parece que continuará por muchos días o semanas más. El lunes 26 más de mil 200 estudiantes marcharon hasta el centro de la […]
1. La huelga de Trabajadores de la Universidad de Yucatán (UADY), que se inició el día 16 de enero, lleva 15 días y -por el apoyo que ha recibido y se multiplica- parece que continuará por muchos días o semanas más. El lunes 26 más de mil 200 estudiantes marcharon hasta el centro de la ciudad; miércoles; dos día después más de mil trabajadores y solidarios marcharon de Santa Ana hasta el Monumento a la Bandera; ahora hemos recibido de los estudiantes invitación para una marcha el domingo por la mañana y, junto a ello, tres desplegados de apoyo a la huelga firmados por profesores de Arquitectura, de Ciencias Antropológicas y Psicología. ¿En dónde estarán escondidos el rector y sus apoyadores que no sacan la cabeza?
2. Con base en experiencias históricas del movimiento obrero nacional y sus huelgas, muchos pensamos que sería una «huelga de fin de semana» como cientos de miles de ellas programadas por líderes «charros» o espurios al estilo CTM, CROM, CROC, organizaciones priístas de triste memoria; sobre todo que es en Yucatán donde nunca ha habido participación y en la UADY que es la Universidad más memorista, derechista y conservadora de la República. Pero esta maravillosa huelga bien organizada y disciplinada, en la que se cumplen con puntualidad las tres guardias, en la que no hay división ni «grilla» política, mis concepciones y experiencias de 55 años en el asunto, me revolotean ya acerca de los sindicatos y Yucatán.
3. He pensado desde hace décadas que Yucatán sí es la tierra del «cultivo» y de allí del «cotorreo» por lo menos en política; no sé de dónde surgió esa forma de sonreírse, decirte sí por todo, pero sin decirte cuando. Por eso votan sin meterse en problemas por los partidos que pueden ganar. Aquí el PRI tuvo de los años 30 hasta la década de los 60, el 90 por ciento de los votos; luego en los 80 aparecieron los votos del PAN hasta llegar al 20 por ciento; a partir de la década de los noventa (con el apoyo del presidente Salinas) el PAN subió a 45 y el PRI cayó al 50 por ciento. Sólo PRI y PAN se dividen el poder económico y político en Yucatán. ¿Y la llamada izquierda y demás? Se queda con el cinco por ciento, esperando les reconozcan uno o dos diputados locales.
4. Yucatán, que sólo cuenta hoy con dos millones de habitantes, que es la entidad que ha sido ubicada entre las más pobres del país y de estar a más de mil 500 kilómetros de la ciudad de México, ha vivido siempre muy aislada de la política y la cultura llamada nacional mexicana. Esta herencia de «aislamiento» viene del siglo XIX cuando Yucatán no contaba con servicio de aviones, ferrocarriles o automotores para viajar a la ciudad de México. Sólo rompía el aislamiento el transporte por mar por muchos días, principalmente para Cuba o los EEUU, aunque también para Veracruz. Quizá esto mismo influye a Yucatán en su «aislamiento» y «desinterés» en las luchas sociales del DF y otros estados convirtiéndose en todos los movimiento en «retaguardia».
5. Pero, en mis visitas diarias a los piquetes de huelga me he visto obligado a revalorar todo. En Yucatán no hay «grilla» política o sindical porque todo es nuevo. En los 12 años como articulista de Diario de Yucatán los panistas me invitaron a dos o tres reuniones y pude observar el papel centralizador de los jefes, de quienes dirigen la mesa, la nulidad de debates y a que llegan a la asamblea con los acuerdos sólo para votar. Ahora recuerdo que así, exactamente, es el Consejo Universitario del que me han dicho funciona en comisiones y los consejeros solamente acuden a aprobar los resolutivos; ninguna discusión, ninguna discrepancia: pasan lista, levantan la mano y todos se retiran. Exactamente lo contrario en la izquierda donde todo se discute.
6. Si la huelga continúa fortaleciéndose el rector tendrá que otorgan por lo menos el nueve por ciento de aumento a los trabajadores. La dirigente Sofía Ayil Sierra es extremadamente seria, al parecer amable, de pocas palabras y ejerce un liderazgo personal (no de discurso) indiscutible. Ella dice que ninguna autoridad es su enemiga, (seguramente ningún sistema social) y que ella lucha por los intereses de los trabajadores del AUTAMUADY. La rectoría debe estar muy preocupada, el rector enloquecido buscando el camino para frenar y derrotar la huelga. Pero no la podrá engañar, comprar, «chicanear» ni a Sofía ni a su asesor jurídico porque el apoyo crece, el movimiento estudiantil puede fortalecerse y los maestros comenzar a despertar.
7. A pesar del aislamiento de la política yucateca, en las manifestaciones se ha gritado a favor de los estudiantes de Ayotzinapa y las luchas por la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos. El próximo domingo los estudiantes de la UADY y de otras instituciones demostrarán nuevamente su fuerza. Sólo esperamos que el sindicato de maestros (APAUADY) salga a la calle para demostrar que también ellos se sienten agraviados por los miserables salarios que reciben los trabajadores. Hay se cumplen 15 de huelga y si el rector continúa desaparecido, es hora de que se piense en su sustitución por no saber enfrentar con dignidad los problemas. ¿O está reuniendo el presupuesto para hacer justicia a los trabajadores?
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