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Entrevista a Joan E. Garcés, autor de “Soberanos e intervenidos” (IV edición)

«La idea de terrorismo internacional es la gran excusa para invadir países que no gustan a Estados Unidos»

Fuentes: Rebelión

Con prólogo de Mario Benedetti, el jurista y politólogo Joan E. Garcés publicó en 2012 la cuarta edición del clásico «Soberanos e intervenidos: estrategias globales, americanos y españoles» (de. Siglo XXI). Garcés asesoró a Salvador Allende entre 1970 y 1973, hasta que el golpe militar encabezado por el general Pinochet frustró la obra de la […]

Con prólogo de Mario Benedetti, el jurista y politólogo Joan E. Garcés publicó en 2012 la cuarta edición del clásico «Soberanos e intervenidos: estrategias globales, americanos y españoles» (de. Siglo XXI). Garcés asesoró a Salvador Allende entre 1970 y 1973, hasta que el golpe militar encabezado por el general Pinochet frustró la obra de la Unidad Popular. Asimismo, en el año 1999 recibió el Premio Nobel Alternativo. El autor del libro también fue uno de los principales impulsores del proceso abierto en España contra el dictador Pinochet, además de actuar como letrado de la acusación particular en el caso de los desaparecidos españoles en Chile. Joan E. Garcés considera que Estados Unidos utiliza el ataque a las torres gemelas en 2001 «como pretexto para intervenciones preventivas o invasiones de países y derrocamiento de gobiernos que no son de su agrado».

Los últimos fenómenos de intervención en América Latina con influencia de Estados Unidos: el golpe contra Chávez en Venezuela (2002), en Honduras contra Zelaya (2009) y el «golpe político» contra Lugo en Paraguay (2012) ¿Implican un nuevo modelo de intervención frente a lo que ocurría en los 70?

El recurso al intervencionismo mediante invasiones o la instauración de dictaduras ha tenido y tiene lugar en defecto de otros medios de control sobre los recursos y pueblos. La desestabilización y los golpes que mencionas tienen lugar después del regreso al gobierno de los Estados Unidos de los Republicanos (en 2001) y de prioridades estratégicas adoptadas al socaire del ataque a las torres gemelas de Nueva York del 11 de septiembre de 2001.

¿Guardan relación estos mecanismos con los implementados, por ejemplo, contra la Unidad Popular de Allende, que viviste de cerca?

En esos tres países latinoamericanos adaptaron, en efecto, pautas de desestabilización social y política aplicadas antes de 1990, por ejemplo, en Chile, entre la elección del Presidente Allende en 1970 y las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, que al ser resistidas por el pueblo chileno fueron sustituidas por la destrucción de las instituciones republicanas y un Estado-cuartel, de represión socioeconómica y control de la información cuyos efectos se prolongan hasta hoy. Por lo demás, en 2009 y 2012 la desestabilización de Honduras y Paraguay derribó a sus gobiernos dentro del marco constitucional formal, la de Venezuela en 2002 estuvo a punto de conseguirlo de no haber sobrevivido el Presidente de la República al golpe el tiempo necesario par que algunas unidades militares exigieran respetar la institucionalidad democrática y al Jefe del Estado.

¿Consideras que en países como Venezuela, Ecuador o Bolivia se ha ganado en soberanía con los gobiernos progresistas? ¿Es hoy América Latina menos protectorado de los Estados Unidos?

El incremento de su autonomía económica externa, el acceso al gobierno de movimientos populares organizados, los cambios en la situación internacional, abren a los pueblos oportunidades para elegir y desarrollar su sistema político y económico interno. A mayor autonomía cabe mayor soberanía.

China, India, Brasil, Rusia y Sudáfrica, los llamados BRIC. ¿Continúa vigente la hegemonía del imperio estadounidense o resulta una afirmación exagerada?

Mantener su hegemonía militar cuesta a EE.UU. invertir en defensa más que la suma de los presupuestos militares de los 25 Estados que le siguen en la escala de gastos de esta naturaleza. En la última década la aportación de Estados Unidos al presupuesto de la OTAN ha pasado del 62% al 73%. Cuanto más identifica Estados Unidos sus intereses con mantener el sistema capitalista mundial, más relativiza su predominio económico, político, cultural e ideológico.

 

¿Qué rol ha desempeñado, a grandes rasgos, la OTAN en los conflictos de Libia, Siria y la llamada «primavera árabe»?

Es conocida la síntesis que en 1949 hizo Lord Ismay, Secretario General de la OTAN, de los objetivos de ésta: «to keep the Russians out, the Americans in, and the Germans down«. La reunificación de Alemania en 1989, la disolución en 1991 de la URSS y de la organización militar del «Pacto de Varsovia», han situado a la OTAN en contradicción con su razón de ser. El relente neocolonial de sus intervenciones fuera de las fronteras de sus Estados miembros, como en Libia, ha producido tal alarma en Asia que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no ha autorizado su repetición en Siria. A partir de 2004 los reveses estratégicos de Estados Unidos y el Reino Unido en Irak y de la OTAN en Afganistán marcan una etapa.

¿Cómo valoras la noción de «terrorismo internacional» en estos conflictos y en el de Mali?

El ataque a Nueva York en 2001 debió ser conceptualizado como lo que era, el resultado de la conspiración para delinquir de una organización terrorista, competencia de la policía judicial de los países afectados. En vez de ello se utilizó como pretexto para «intervenciones preventivas» o invasiones de países y derrocamiento de gobiernos que no eran del agrado del Presidente de los Estados Unidos, autodesignado gendarme, juez y ejecutor de matanzas colectivas o asesinatos individuales, de legitimación de torturas y de centros de detención clandestinos sin distinción de nacionalidades o fronteras. Las previsibles consecuencias negativas para la paz y el imperio de la ley internacional afloran por todas partes.

Afirmas en el epílogo de tu libro que la desintegración de la URSS y la reunificación alemana, a partir de 1989, han sobrepasado las estructuras que, desde 1945, impulsó EEUU para contener a la URSS (y a los partidos obreros de Europa occidental) y evitar un nuevo intento de germanizar Europa.

El motor de la unidad de la Europa capitalista entre 1947 y 1990 ha sido Estados Unidos, originalmente con ese fin. Desde 1990 ese motor es cada vez menos manifiesto; el de reemplazo germánico ha reactualizado relaciones centro-periferia, de dominación-subordinación, con raíces en el siglo XIX que se mantuvieron latentes bajo la hegemonía de Estados Unidos.

¿Vivimos actualmente en el IV Reich?

El agua no pasa dos veces bajo el mismo puente. Guarniciones de Estados Unidos siguen estacionadas en Alemania (y en otros estados). El fundador de la dinastía financiera Rothschild constataba en 1790: «déjame acuñar y controlar la moneda de una nación y no me preocupa quién escribe las leyes».

¿Hay nuevos mecanismos de intervención que limiten o supriman la soberanía de los países, por ejemplo, en la Unión Europea? ¿Cuáles son?

El control del Euro por instituciones que responden a los intereses de un país somete a otros a una suerte de «protectorado», sin necesidad de enviar legiones como la «Cóndor» (contra los republicanos españoles en 1936-1939).

También te refieres a que los empréstitos y la deuda, en la economía global, actúan como elementos de intervención y dominación. ¿Existen ejemplos históricos de negativa al pago de la deuda y que hoy pudieran seguirse?

Los hay; deben estudiarse y conocer su utilidad en las específicas circunstancias de tiempo y espacio. E innovar; sin ir más lejos lo ha hecho Islandia, tras recibir el impacto de la crisis financiera iniciada en 2007 en Estados Unidos.

En cuanto al estado español, citas la «operación Pólipo» en los años de la transición a la democracia. ¿En qué consistió?

La desclasificación de documentos de los servicios secretos alemanes -y de otros países- confirman su intervención en España y Portugal durante la sustitución del régimen de partido único (fascista) por el multipartidista que mantiene la soberanía de los pueblos ibéricos bajo control de Estados de prolongada intervención contra los republicanos españoles.

La izquierda afirma que la democracia (en este caso la española) se halla secuestrada por la banca y el capital financiero, que los partidos no son autónomos. Si es así, ¿mediante qué mecanismos? ¿Cómo se materializa esta subordinación?

El endeudamiento de las organizaciones, la cooptación-control de individuos en un sistema electoral de listas bloqueadas y cerradas en circunscripciones provinciales, desde 1977 ha sido concebido como uno de los medios de perpetuación de estructuras e intereses gestados durante la larga dictadura anti-republicana.

Por último, señalas que «el presente no es prisionero de la historia ni la ignora». ¿Qué posibilidades ves de que se abran grietas, de romper la hegemonía del capital financiero para el estado español y los países de la periferia europea?

Las grietas son visibles, las alternativas menos. Construirlas requiere perseverancia en la voluntad, organización, coordinaciones internas e internacionales.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.