1. Los rectores de las cuatro universidades más importantes de México: Enrique Graue, de la Nacional Autónoma de México (UNAM); Tonatiuh Bravo, de la de Guadalajara (UdeG); Salvador Vega, de la Autónoma Metropolitana (UAM); y Rogelio Garza, de la Autónoma de Nuevo León (UANL), se pronunciaron de manera conjunta en favor de un Estado laico […]
1. Los rectores de las cuatro universidades más importantes de México: Enrique Graue, de la Nacional Autónoma de México (UNAM); Tonatiuh Bravo, de la de Guadalajara (UdeG); Salvador Vega, de la Autónoma Metropolitana (UAM); y Rogelio Garza, de la Autónoma de Nuevo León (UANL), se pronunciaron de manera conjunta en favor de un Estado laico y de los derechos humanos. Dijeron: «El Estado laico constituye una condición necesaria de las sociedades modernas, en la medida en que garantiza la pluralidad de las ideas y hace posible el respeto a la diversidad étnica, religiosa, moral, ideológica y filosófica, a partir de una ética que se sustenta en los derechos humanos». ¿Y los demás rectores y la ANUIES?
2. La laicidad no es una ideología antirreligiosa y anticatólica, publica hoy el especialista Bernardo Barranco diciendo que con ello se pretende caricaturizarla. «Nada más alejado de la realidad en el siglo XXI; por el contrario, la laicidad es un conjunto normativo. Son reglas jurídicas que han permitido en nuestra historia moderna la convivencia pacífica entre diferentes confesiones, entre mayorías y minorías, entre creyentes y no creyentes. El Estado laico garantiza la libertad de los que creen y de los que no creen bajo una normativa de equidad; es decir, el Estado laico tiene la obligación de proteger las minorías. Así, la laicidad ha sido una herramienta que fortalece la paz y la democracia».
3. Cuando se analizó el artículo 3º relativo a educación en 1917, globalmente se registraron tres posiciones: a) la de los diputados carrancistas que defendía las posiciones de la iglesia «reformada»; b) la posición de los partidarios del laicismo encabezada por el obregonista Francisco Múgica, así como apareció una muy radical, la racionalista, originaria de la «Escuela Moderna» del español Ferrer Guardia, fue encabezaba por José de la Luz Mena. La primera encabezada por Rojas, Cravioto, Palavicini, dejaba las cosas como en la Constitución de 1857; la de Mújica, Colunga, Monzón, Recio, introducía un laicismo apoyado en la ciencia; confrontaba a la iglesia, pero daba pie al avance y consolidación del capitalismo, como llegó a ser el protestantismo.
4. La tercera posición (la «Racionalista» de Ferrer Guardia) frente al individualismo predominante impulsó la solidaridad, el ideal colectivista, la vida en común, la socialización del esfuerzo infantil, la cooperación; fomentó la coeducación y frente al laicismo opuso la extirpación de los prejuicios teológicos. Era algo así como una educación anarquista «sin dios ni amo». Decían: «La misión de la escuela consiste en hacer que los niños y niñas lleguen a ser unas personas instruidas, verídicas, justas y libres de todo prejuicio. Se sustituirá el estudio dogmático por el razonado de las ciencias naturales siguiendo este camino, la inteligencia de los alumnos continuará como enemiga de los prejuicios».
5. Me pareció importante esa declaración de los cuatro rectores en este momento en que la Iglesia Católica regresa por sus fueros; ha movilizado a sus fieles en toda la nación con el fin de demostrar su fuerza y poder buscando que el gobierno liberal de pasos atrás en su apoyo al matrimonio libre. Los cuatro rectores ponen ejemplo de lo que deben hacer las más altas autoridades que, al parecer, por miedo a la iglesia, prefieren el silencio por aquello de los votos electorales a mediados de 2018. La iglesia y el PAN han sido siempre «uña y mugre»; no podrá olvidarse nunca que la iglesia, el sinarquismo (1937), el PAN (1939), el anti cardenismo, así como el nazi/fascismo, negociaron mucho en el México de entonces.
6. ¿Por qué a pesar de todo, la religión, particularmente la católica, sigue muy fuerte en México? Porque los seguidores de cada una de ellas -llenos de profunda creencia, de fe y esperanza- no dejan pasar un día sin hacer sus tareas de propaganda y reclutamiento. Se encuentran haciendo día tras día, ceremonias y reuniones en sus iglesias o llenando de propaganda domiciliaria las colonias, barrios y campos de diferentes estados. Siempre están informados los militantes de cada religión (sea en la iglesia a través del púlpito o con propaganda en su domicilio) acerca de los hechos trascendentes de cada semana. Además no faltan los seminarios, retiros, doctrinas, encuentros y muchas publicaciones.
7. Además hay una larga tradición de alrededor de 2000 años de dominación y obediencia, un poder mundial que encabeza el papado con sus enormes recursos y una cómoda conciencia de despreocupación por lo que suceda en la tierra porque la felicidad total sólo se encontraría en el cielo. Quizá ese poder religioso no desaparezca porque ha sabido acomodarse a todas las circunstancias. En tanto en los sectores laicos, científicos, progresistas, de izquierda, nos dedicamos a investigar, analizar, reflexionar y hacer interpretaciones acerca del mundo y la realidad, la religión crea su «verdad indiscutible», una sola, la hace sencilla y creíble, para expandir entre sus seguidores.
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