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Reseña de un libro doble

«La ilustración» de Gonçal Mayos y «Los derechos humanos» de José Vicente Mestre Chust

Fuentes: Rebelión

Editorial UOC, Barcelona , 2007, 175 páginas Vaya por delante que soy un convencido defensor de los libros de divulgación, razón por la cual me parece una buena noticia que la universidad oberta de catalunya haya iniciado esta colección en catalán y que además se haya decidido a impulsar una versión doble en castellano. Y […]

Editorial UOC, Barcelona , 2007, 175 páginas

Vaya por delante que soy un convencido defensor de los libros de divulgación, razón por la cual me parece una buena noticia que la universidad oberta de catalunya haya iniciado esta colección en catalán y que además se haya decidido a impulsar una versión doble en castellano. Y si me defino a favor de estas ediciones es porque creo que si queremos ciudadanos formados no podemos esperar que todo el mundo sea experto en todo lo que es necesario para tener una formación política. Los dos temas de este libro forman parte de estos temas sobre los que todos tendríamos que tener unas nociones básicas. Pero lo que también está claro es que los libros de divulgación tienen que tener dos condiciones para cumplir su función, que son las de rigor y claridad. Esto solo es posible si el autor es un auténtico conocedor del tema y transmite pedagógicamente lo que él ha trabajado a fondo.

En este caso los dos autores cumplen esta condición, lo cual no quiere decir que no valga la pena detenerse sobre lo que pienso que son sus virtudes y defectos.

En el caso del tema de la Ilustración me parece que el libro presenta como elementos interesantes una periodización útil y una contextualización socioeconómica consistente. Esto permite que situemos bien este movimiento intelectual que, como también dice acertadamente Mayos, tiene un carácter específico que no podemos confundir ni con la Modernidad ni mucho menos diluir en una tendencia histórica general. Otras cuestiones que plantea el libro me parece que tienen un carácter más ambivalente, en el sentido que se puede remarcar tanto un carácter positivo como otro negativo. La primera es la diferencia que marca el autor entre la Ilustración y la Revolución francesa, que aunque sí es bueno diferenciar me parece que lleva a una cierta simplificación de la imagen de la segunda, en el sentido de marcarla en un sentido liberal de etapa de Terror y no marcar los elementos igualitarios que contenía el discurso y la práctica de Robespierre como defensa de los auténticamente desfavorecidos frente a las concepciones más burguesas, es decir más clasistas. Falta quizás señalar la relación que tiene la Ilustración con las tradiciones liberal y republicana que se abrirán a partir del siglo XVIII y con autores como Marx. Quizás por esto me parece que Mayos se centra en un aspecto que conoce bien ( la relación de la Ilustración con el Romanticismo).pero que en este libro podría haberse minimizado en función del aspecto anterior

Hay también en el escrito elementos sugerentes como la que señala a la Ilustración como germen de la biopolítica, que me parece un tema fundamental para entender el funcionamiento del poder en las sociedades tardocapitalistas contemporáneas.

Esta parte, resumiendo, me parece por tanto que, aunque discutible en algunos aspectos, es una buena herramienta para introducirse en el tema.

La otra parte del libro, la dedicada a los Derechos Humanos me parece por supuesto imprescindible en cuanto al tema pero solo aceptable es su elaboración. Mestre Chust toca, esto sí las cuestiones fundamentales : historia, fundamentos y situación actual. También entra en otro aspecto fundamental que es el de la educación, es decir sobre la manera como podemos formar a los niños y jóvenes no solo en el conocimiento sino también en la transformación de este conocimiento en una creencia real que determine actitudes y prácticas consecuentes.

Pero la parte de historia y fundamentos la verdad es que me parece algo floja. Por ejemplo el autor dice que Platón y Aristóteles justifican la esclavitud cuando esto es cierto en el segundo caso pero no en el primero porque aunque el proyecto político de Platón no sea democrático sí elimina tanto la esclavitud como la discriminación de la mujer. Y el comentario general sobre la época antigua y medieval, aunque ya sé que no es posible entrar en profundidad, es excesivamente superficial. En el libro aparece de forma confusa que la Declaración Universal de Derechos Humanos es producto del miedo a partir de una referencia a Hobbes ( del que afirma que considera al hombre como perverso cuando sería mejor decir que egoísta y con tendencia a la crueldad). Y tampoco distingue, y aquí me parece más grave, entre una tradición republicana y otra liberal. Esto me parece fundamental para dar la razón a Jacques Rancière en contra de Althusser cuando el primero dice que la Declaración Universal de Derechos Humanos es un arma para denunciar la explotación y no ( como dice el segundo) una ideología para ocultarla. En este sentido pienso que hay que señalar con claridad su vínculo con el movimiento obrero y popular ( del que el libro dice que solo condiciona el reconocimiento de los derechos económicos y sociales pero no de las libertades.

Respecto a la fundamentación filosófica, tema muy interesante, el autor señala cuatro opciones : el Derecho Natural, el utilitarismo, el velo de la ignorancia de John Rawls o la ética discursiva de Habermas. La forma como explica cada una de las opciones me parece mejorable y puede además ampliarse. Me parece que hubiera sido más útil plantear las problemáticas y las discusiones a partir de ellas que no formular cuatro opciones de manera rápida y relativamente arbitraria. Y en este sentido encuentro una contradicción que el autor cite a Stuart Mill en el inicio del ensayo como una referencia de la Declaración Universal y después explique el utilitarismo de una manera bastante pobre. Precisamente esta referencia inicial que reivindica en su nombre la distinción entre una esfera pública y una esfera privada me parece problemática y justamente lo válido sería explicar porqué. Hay por una parte una posible crítica a separar la esfera privada de lo público, ya que parece entonces que la vida doméstica o grupal esté al margen de lo que establece la Declaración y solo tenga que estar regida por la libertad, entendida de una manera restringida. Y también hay que decir que esta libertad privada defendida consecuentemente lleva a plantear derechos que se quiere obviar, como la eutanasia o el consumo de drogas.