En abril de 2004 el mundo entero se conmovió ante las imágenes de las torturas y humillaciones a las que las tropas de EE.UU. sometían a sus prisioneros en la prisión iraquí de Abu Ghraib, la misma en la que poco tiempo antes torturaba y asesinaba a sus opositores Sadam Husein. A pesar de que […]
En abril de 2004 el mundo entero se conmovió ante las imágenes de las torturas y humillaciones a las que las tropas de EE.UU. sometían a sus prisioneros en la prisión iraquí de Abu Ghraib, la misma en la que poco tiempo antes torturaba y asesinaba a sus opositores Sadam Husein.
A pesar de que George W. Bush y Donald Rumsfeld intentaron mostrar a la opinión pública mundial que los responsables eran tan sólo un puñado de «perversos» policías militares, pronto pudo comprobarse que esos hechos, como las torturas y asesinatos en Afganistán o la situación de «limbo» legal en el que permanecen cientos de prisioneros en Guantánamo, eran parte de un mismo plan diseñado desde la Casa Blanca y el Pentágono.
Roberto Montoya, veterano experto en temas internacionales aporta todas las piezas necesarias para comprender cómo desde la propia Casa Blanca y el Pentágono se teorizaron y legitimaron las violaciones de los derechos humanos de los prisioneros en Guantánamo, Irak y Afganistán bajo el paragüas de la «cruzada» contra el terror y la lucha por la democracia en el mundo:
– Analiza una abundante documentación oficial de la Administración Bush, investigaciones internas, memorandos y circulares del Pentágono, consultas y respuestas de asesores legales sobre cómo poder aplicar «técnicas de interrogatorios» cada vez más duras a los prisioneros o negar el derecho a acogerse a las Convenciones de Ginebra a los sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, sin caer en manos de los propios tribunales federales de EEUU o de la Corte Penal Internacional.
– Analiza en detalle los secuestros realizados por la CIA en distintos países de sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, a los cuales traslada en aviones civiles a bases propias fuera de EEUU o a países aliados donde son interrogados y torturados fuera de todo control de tribunales u observadores molestos de la Cruz Roja Internacional. Docenas de esos vuelos han pasado por aeropuertos de las islas Baleares y las islas Canarias.
En el libro aparecen las fotografías de tres de esos aparatos, una de ellas tomada durante una de sus escalas en Palma en 2004, así como los datos de las empresas tapaderas que los tienen registrados.
– Aborda en profundidad la creciente privatización de la guerra y el papel cada vez más significativo jugado por los mercenarios, así como la utilización del sexo como forma de humillación y tortura de los prisioneros.
Al prologar el anterior libro de Montoya, El Imperio global (La Esfera de los Libros, 2003), James Petras sostenía que aquel era una «historia con mayúsculas, tanto por su envergadura como por su profundidad», y concluía: «Su lectura resulta imprescindible, es un libro esencial para todos aquellos ciudadanos interesados en un texto meticulosamente detallado acerca de la construcción del imperio al estilo norteamericano».
El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel dice a su vez en el prólogo de La impunidad Imperial: «Montoya aborda una tarea dificultosa y con coraje, frente a mecanismos de censura y ocultamiento de la información. Los documentos y testimonios recogidos son utilizados con sobriedad y sin especulaciones, tratando de poner en evidencia los comportamientos y contradicciones de una gran potencia que hoy, a través del poder militar, busca la dominación mundial y no repara en los medios a utilizar, para alcanzar sus fines».
Sobre el autor, Roberto Montoya:
Roberto Montoya nació en Buenos Aires, donde estudió Periodismo y trabajó en distintos medios escritos. Encarcelado y torturado en varias ocasiones durante la dictadura de Onganía-Levinsgton-Lanusse (1966-1973) y bajo el gobierno democrático de Isabelita Martínez de Perón (1974-1976) y el imperio del terror de su paramilitar Triple A, inició su exilio político europeo en París, en 1976.
Actualmente es uno de los jefes de la sección Internacional de El Mundo, diario en el que trabaja desde 1992 y del que fue también corresponsal en Roma y París. Ha sido jefe de Internacional de El Independiente de 1989 a 1991; corresponsal en Londres de la cadena de TV de Estados Unidos SIN-Univision de 1984 a 1987; trabajó para los periódicos Liberación (España), Página 12 (Argentina) y El Excelsior (México).
Fue colaborador de Radio Nacional y Radio Exterior de España; de la BBC Radio, Servicio para América Latina; de Antena 3 Radio; de las revistas La Calle, Triunfo, Argumentos; El Viejo Topo, De Tierra Nuestra (Nicaragua), Südwind (Austria); subdirector de la revista de emigración española en Europa Cuenta Atrás; subdirector de la revista cultural Contraviento; redactor jefe de Noticias Obreras y profesor de Prensa Escrita en el Máster de posgrado para Especialista en Relaciones Internacionales y Países del Sur de la Facultad de Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid).
Colabora regularmente con el CIP (Centro de Investigación para la Paz), con el IGADI (Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional), con ATTAC-Madrid y Rebelión. Es coautor, junto a Alejandro Tarruella y bajo el seudónimo de «Pablo Kúlacs», del libro Los terratenientes (CEAL, Buenos Aires, 1970); y, junto a Daniel Pereyra, de El caso Pinochet y la impunidad en América Latina (Pandemia, La Rioja -Argentina-, 2000). Ha publicado en La Esfera, con gran éxito, El Imperio global (2003), editado en Argentina por El Ateneo.
«La impunidad imperial. Cómo EEUU legalizó la tortura y «blindó» frente a la Justicia a sus militares, agentes y mercenarios». Roberto Montoya. La Esfera de los libros. Madrid. www.esferalibros.com