Me voy a permitir considerar que este libro cierra la estupenda trilogía que ha dedicado la editorial El Viejo Topo a mostrar que aún hay en Cataluña una perspectiva de izquierdas no contaminada por el discurso nacionalista. Difícil posición de resistencia frente a la izquierda institucional (Podem, Comuns, ICV, EUiA), que hecho, como dijo certera […]
Seguramente no hace falta presentar a Carlos Jíménez Villarejo (Málaga, 1935) fiscal afincado desde hace mucho tiempo en Cataluña, sancionado durante el franquismo por no renunciar a sus principios y comprometido siempre con los valores de la izquierda. Larga y coherente
trayectoria desde su militancia clandestina en el PSUC hasta su acta como eurodiputado de Podemos en 2014. Aunque pronto comprobó las imposturas de este grupo en el problema que nos ocupa y renunció al acta al vínculo que tenía con el grupo. A falta de una alternativa clara de izquierdas en Cataluña ha colaborado con grupos como ASDEC/ASIC e Izquierda en positivo, aceptó formar parte de las listas del PSC para las elecciones autonómicas y ha colaborado en actos de Societat civil catalana. Un auténtico intempestivo para esta esta izquierda que hace guiños permanentes al nacionalismo.
Carlos Jiménez Villarejo siempre lo ha tenido claro: la izquierda debe defender el Estado democrático y social de derecho que es la base de nuestra Constitución. También el Estatuto de autonomía, progresista aunque mejorable (como la misma Constitución, por supuesto) y la independencia del poder judicial. No se anda con remilgos en su denuncia a los responsables del procés ni diluye sus responsabilidades. No solamente no los considera «presos políticos» sino que considera que está plenamente justificado el juicio y las acusaciones de rebelión o sedición sino también su prisión provisional. Los artículos van desde octubre de 2013 hasta mayo del 2018.
Nada menos que un recorrido de más de cuatro años y medios. Desde los prolegómenos del «procés» (los oscuros orígenes en el caso Banca catalana) hasta la denuncia del activismo antidemocrático de los CDR. Pasando por la denuncia de la consulta ilegal del 9N del 2014, el desafío antidemocrático de Artur Mas, del golpe de estado secesionista, de la farsa del 1 de octubre, de la Declaración unilateral de Independencia (DIU) que concluye en la necesidad de aplicar el artículo 155 para restablecer la legalidad democrática. Toda una denuncia de esta nefasta continuidad que empieza por Mas y acaba en Torra pasando por Puigdemont. De lo malo a lo peor, ciertamente. Sin olvidarnos de su padres político e ideológico: Jordi Pujol y su corte (Macià Alavedra, Lluís Prenafeta), todos condenados por corrupción.
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