El Tribunal de Apelación de Londres dio la razón a Estados Unidos y este 10 de diciembre informó que aprobó la extradición del fundador de Wikileaks, Julian Assange, acusado por Washington de delitos relacionados con espionaje, luego de que publicara secretos militares de ese país en los que se revelaron decenas de irregularidades, crímenes y excesos en Medio Oriente. La familia del programador anunció que recurrirá el «injusto» fallo.
El Tribunal revirtió el fallo anterior al considerar que el gobierno estadounidense ofreció suficientes garantías de que el fundador de WikiLeaks será tratado correctamente en suelo estadounidense. Washington quiere juzgarlo por la publicación a partir de 2010 de unos 700.000 documentos diplomáticos y militares secretos, relacionados principalmente con las guerras dirigidas por Estados Unidos en Afganistán e Irak, y las reiteradas violaciones de sus tropas a los derechos humanos.
Hasta el momento la Justicia británica no ha contemplado el derecho a la libertad de expresión en este caso, mientras reporteros y organizaciones humanitarias sostienen que este proceso judicial socava ese derecho en todo el mundo.
Assange y su equipo legal aseguran que los cargos en su contra tienen motivaciones políticas y que él y sus abogados fueron espiados en la embajada de Ecuador. Insisten en que su salud mental está en riesgo. Por su parte, las autoridades estadounidenses sostienen que son asuntos que deberían abordarse en un juicio en su país.
Meses atrás se especuló con la posibilidad de que la insistencia del gobierno de Estados Unidos de procesar a Assange fuera revertida con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, pero las acciones de su Administración han dejado claro que el sucesor de Donald Trump se adhiere a la decisión de sus antecesores de juzgar al hombre que es visto como responsable de empañar la imagen de la primera potencia ante el mundo.
Las autoridades estadounidenses acusan a Assange de 18 cargos, 17 de ellos relacionados con espionaje y uno con piratería informática, tras la divulgación de 700.000 archivos secretos de Estados Unidos, incluido material audiovisual, que puso a la diplomacia estadounidense contra las cuerdas, pues reveló decenas de irregularidades, crímenes y excesos durante las campañas militares en Irak y Afganistán.
De ellos se destaca un video militar estadounidense en 2010 que muestra un ataque de 2007 de helicópteros Apache en Bagdad, el cual mató a una docena de personas, incluidos dos miembros del personal de la agencia de noticias Reuters.
Tras casi una década tratando de evitar la extradición a Estados Unidos, Asange está un paso más cerca de ser entregado a las autoridades de ese país. Pero aún quedan más recursos antes de que pueda ser enviado a ese país. Es probable que la disputa legal llegue hasta la Corte Suprema, el último tribunal ante el que es posible apelar en Reino Unido.
El Tribunal de Apelación de Londres devolvió el caso de la extradición de Assange a EE.UU a un tribunal inferior de Westminster, mientras el fundador de WikiLeaks sigue encarcelado. «El tribunal admite el recurso», se limitó a decir el juez Timothy Holroyde ante una sala abarrotada por la fuerte expectación mediática del caso. Ahora el gobierno estadounidense podrá volver a intentar extraditar a Assange, encarcelado en Londres desde su detención en abril de 2019 en la sede de la embajada de Ecuador en Londres, donde durante siete años obtuvo refugio e incluso la nacionalidad ecuatoriana, para juzgarlo por espionaje, tras encarcelarlo en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh.
El 27 y 28 de octubre se celebró en Londres el juicio ante el que se interpuso el recurso presentado por EEUU después de que en enero la Justicia británica se negara a extraditar al fundador de WikiLeaks. La jueza Vanessa Baraitser explicó que el rechazo a la petición de Washington respondió a los temores de que el activista pudiera suicidarse, argumentando que la extradición sería «opresiva» debido a la salud mental de Assange.
EEUU aseguró entonces al Reino Unido que si extradita a Assange, este podría cumplir su condena en Australia, el país donde nació.
La corte señaló que está satisfecha con las garantías de la parte estadounidense de que Assange no será sometido al duro régimen conocido como medidas administrativas especiales cuando esté bajo custodia en EEUU. El juez afirmó que la defensa de Assange tiene derecho a impugnar el veredicto presentando un recurso. «El tribunal permite presentar el recurso», señaló.
La defensa de Assange argumenta que tiene derecho a la protección de la Primera Enmienda de la Constitución de EEUU. por su condición de periodista, lo que también se extiende a la publicación de los documentos filtrados.
Por su parte, la pareja del fundador de WikiLeaks, Stella Moris, calificó la decisión como «un grave error judicial». «¿Cómo puede ser justo, cómo puede ser correcto, cómo puede ser posible extraditar a Julian al mismo país que planeó matarlo?», lamentó. Asimismo, Moris aseguró que la defensa presentará un recurso «lo antes posible».
Reporteros Sin Fronteras también ha condenado la decisión del tribunal. «Creemos firmemente que Julian Assange fue perseguido por sus contribuciones al periodismo«, escribió en Twitter el secretario general de la organización, Christophe Deloire. Asimismo, advirtió que el caso puede tener «peligrosas consecuencias para el futuro de la libertad de prensa en el mundo».
Los abogados de Washington apelaron la decisión de la jueza Vanessa Baraitser y en octubre argumentaron que Baraitser no había dado suficiente importancia a otros testimonios de expertos sobre el estado mental del detenido. También garantizaron al tribunal que no se mantendría al australiano, de 50 años, en aislamiento punitivo en una prisión federal de máxima seguridad, y que recibiría un tratamiento adecuado.
Ahora, el tribunal de apelaciones de Londres les dio la razón, anulando la sentencia previa, por considerar que «Estados Unidos ha proporcionado ahora al Reino Unido un paquete de garantías que responden a las conclusiones específicas» que preocupaban a Baraitser. El caso ahora volverá a ser examinado, en una fecha aún por determinar.
El caso de Assagne se ha convertido en una causa paradigmática para los defensores de la libertad de expresión. WikiLeaks arugmenta que tiene los mismos derechos que otros medios a publicar material secreto, si es de interés público. El gobierno estadounidense, que lo ha acusado de 18 cargos que incluyen espionaje, afirma que Assange no es periodista sino pirata informático y que la divulgación de documentos sin ningún filtro puso en peligro la vida de sus informantes.
Si es extraditado, juzgado y condenado, podría ser encarcelado a un máximo de 175 años de cárcel, aunque la sentencia exacta es difícil de calcular y podría ser más corta.
* Isabella Arria Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).