«…ya no será el hacendado dueño de tierras y vidas, ni la fábrica el separo fuente de negras fatigas; ni las conciencias dormidas seguirán en su letargo, ni el hilo se ha de trozar nomás por lo más delgado…» (Celedonio Serrano Martínez, El Coyote, Corrido de la Revolución,) «Salíamos a buscar corridos, caminamos en […]
«Salíamos a buscar corridos, caminamos en comunidades de las diferentes regiones del estado, estuvimos en Tierra Caliente, la Montaña, las Costas y la Sierra; fue así que aprendí muchos corridos y empecé a cantar en Chilpancingo», explica José Solano, miembro del trío de trovadores surianos Los cantores del Pueblo del estado de Guerrero.
En el estado de Guerrero la trova es una tradición, sin embargo en los últimos años explican Los Cantores del Pueblo, que la violencia se ha instalado en la sociedad guerrerense, «están tratando que sean los levantones, secuestros y extorsiones, la cultura del estado. Esta cadena no es tan fácil de romper, tenemos que hacer esperanza, más cultura; la música es una herencia con la que también podemos hacer el cambio».
Don José Solano Santiago, de la comunidad de Durazno San Vicente, y Jonás Romero Moctezuma, de comunidad La Reforma, del municipio de Heliodoro del Castillo, junto con Erick de Jesús de la comunidad de Almolonga, municipio de Tixtla, conforman Los Cantores del Pueblo, que le rinden homenaje a las comunidades de Guerrero.
Los Cantores del Pueblo se fundaron en 1970, como un proyecto cultural cuyo objetivo es difundir el corrido guerrerense. En un principio el conjunto estaba integrado por Joel Cortés, Mario Malan, Sebastian Solano, Ricardo Infante, Mario Cerros, J. Cruz Salas.
Para Jesús Peredo, musicólogo, investigador y corridista o trovador (La Jornada del Campo, 2013), señala que se conoce como corridos surianos a la fusión que danzas, valses, polkas, pasos dobles, mazurkas y toda la música de salón desde el siglo XVIII, a este conjunto se le conoce como «corrido», y se le da el nombre de nombre de «suriano» porque se extendió a Tlaxcala, Puebla, Guerrero, sur del Distrito Federal y desde luego Morelos.
Los corridistas llamaban a sus canciones; corridos, bolas, tonaditas, quemaditas e historias. A las canciones de amor les llamaban romances.
Los Cantores del Pueblo se dieron a la tarea de investigar los versos de los corridos, y recuperar la letra tradicional original que con el tiempo se fueron modificando. Fue en la Universidad Autónoma de Guerrero donde continuaron su labor de músicos y de investigadores, conocieron las geografías del estado, su gente, costumbre y tradiciones, ahora con la edad a cuesta, siguen trabajando.
«Son los últimos intérpretes de los corridos o trova suriana que quedan», afirma Erick de Jesús refiriéndose a José Solano y Jonás Romero; «ellos cantan de manera tradicional, darlos a conocer es dignificar su trabajo, y es rendirle cuentas al pueblo», explica Erick de Jesús, músico y compositor guerrerense.
«Somos Los Cantores del Pueblo, parte de la raza. Me aprendí de memoria más de 80 corridos. Yo empecé a cantar a los 16 años, no fui a la escuela y no sabía leer: aprendí solo, por la libre», relata José Solano.
Cuando José era joven le gustaba investigar la música y los corridos; men ciona que conoció a es Joel Cortés Varona, uno de los principales promotores culturales e investigador de los corridos en el estado de Guerrero . Joel, originario de la comunidad de Coronilla, en el municipio de San Miguel Totolapan, se dedicó a recopilar corridos en comunidades de la sierra de Guerrero, a finales de los años 60. Inició a cantar con Celedonio Serrano Martínez, autor del El Coyote, Corrido de la Revolución, y después se incorporó al grupo René Villanueva, de Los Folkloristas, logrando el rescate de más de 250 letras de corridos.
En el estado de Guerrero, relatan los músicos que es una tradición los corridos revolucionarios y de tradición, sin embargo en los últimos tiempos a partir de la violencia sistemática la difusión masiva del narcocorrido se ha convertido en una narcocultura.
Para Los Cantores del Pueblo, los narcocorridos no son cosas innovadas, ya se venían cantado, «pero ahora se utilizan palabras muy fuertes. Nosotros como pensamos que nada tiene que ver con el corrido tradicional, ni sus letras, ni el ritmo se parece a los corridos que nosotros cantamos».
«Nosotros interpretamos un corrido cultural, de historia de amor. Le cantamos a la vida, y no tenemos por qué dar cuenta de la vida de un narcotraficante. Nosotros no le cantamos a la muerte», marcan los trovadores.
En ningún lado de Guerrero se han dejado de hacer las cosas, o de cantar, dice Erick de Jesús «la violencia nos ha impuesto sus horarios, si vas por ejemplo a Chilapa solo te quedas en la fiesta hasta las nueve de la noche y después te guardas, nada se ha dejado de hacer, ni la fiestas, ni la cultura que se desarrolla en nuestros pueblos».
«Cantarles a los pájaros y a la milpa tiene que ver con lo que los abuelos nos heredaron. Para nosotros es importante abrir nuestros sentido y escuchar allá en la montaña los sonidos que produce ese ambiente, lejos de cualquier carretera. Nosotros no escuchamos el mínimo ruido de la ciudad, nosotros nos perdemos allá.», expone el músico De Jesús.
El estado de Guerrero tiene una importante tradición en el corrido o trova suriana, con un fuerte componente de compromiso social. Quizá uno de los libros más relevantes sea precisamente El Coyote, Corrido de la Revolución el de Celedonio Serrano Martínez, egresado de la Normal Rural de Ayotzinapa, publicado en 1951 y dedicado al maestro Raúl Isidro Burgos, nombre de la misma escuela.
El Coyote es un volumen que contiene la letra de una historia de un revolucionario guerrerense que se cuenta cantando, es un corrido:
El Coyote, Capítulo 1
El Coyote se despide de sus padres para incorporarse a la Revolución.
Aquí comienza el Corrido
«Todos dicen: ¡viva, viva!»
yo no sé quién vivirá
unos que ¡viva el gobierno
otros la libertad!
Mamacita todos gritan
todos gritan con fervor
hay alegría en sus gritos
mezcla de odio y pasión.
yo también siento en el alma
muchas ganas de gritar:
pero que ¡muera el Gobierno
y que viva la libertad¡
El pueblo se ha rebelado
contra el Gobierno opresor
por eso a todos lo pobres
les retoza el corazón
y es que sienten en sus pechos
ya los rayos de otro sol.
Me han invitado a la guerra
y a la guerra ya me voy,
mamacita de mi vida:
échame tu bendición.
Cómo nos incorporamos a Los Cantores del Pueblo
«A Joel Cortés Varona le comentaron que un hombre cantaba corridos en la Sierra de Tlacotepec «, relata José Solano. Los dos trovadores se conocieron u n día de 1975, en un convivio cerca de Xochipala, municipio de Zumpango: «yo cantando los corridos y él escribiendo de ellos. Nos caímos bien y ahí comencé mi amistad y mi primer recorrido con él, por allá en Acatempa».
«Yo me incorporo al proyecto de Joel Cortés, con Los Cantores del Pueblo. En ese momento ya se trataba de cantar corridos, me interesé y me dieron trabajo en la Universidad Autónoma de Guerrero para investigar sobre corridos y buscar corridos», relata el músico Solano Santiago.
Los Cantores del Pueblo han grabado seis discos de corridos, cuya edición estuvo a cargo de Cortés Varona, quien falleció el 10 de diciembre del 2009.
«En una ocasión me invitaron a una colonia de la capital y ahí conozco a Jonás Santiago y fuimos trabajando y tratamos de acoplarnos; yo tocaba la guitarra, salimos en varios lugares de la república, éramos dos solamente», cuenta Solano.
Jonás Santiago Moctezuma es otro integrante de Los Cantores del Pueblo. Tiene 70 años de edad, hijo de campesinos con una tradición musical: su padre era músico y tocaba un bajo quinto, mientras su madre tocaba la guitarra y a los demás miembros de la familia le gustaba tocar también.
Jonás explica que los primeros corridos que aprendió le fueron entregados en papel por su padre, cuando él iba a la primaria. Estos primeros corridos los escribía en una libreta y «una vez que se le terminaba una libreta, los volvía a escribir en otra para que siempre estuvieran conmigo», relata.
Don Jonás Santiago se unió al grupo en 1998 y explica «lo que a mí me gusta es la poesía lo que dicen y cuando me encuentro con José Solano, me saco todo su repertorio y me gusta, hace unos años nos juntamos con Erick de Jesús».
«A Erick de Jesús» cuenta Santiago Moctezuma, «lo conocí en Chilpancingo, yo pase por una calle y escuche un disco que grabamos nosotros, a la señora (esposa de Erick de Jesús) que vendía discos le pregunte si tenía un disco de Los Cantores del Pueblo, le pedí que me grabara unos discos y que regresaba al otro día, y fue entonces como empezamos a hablar».
Así fue que fueron uniendo los pensamientos, los sentimientos. «Estos corridos tienen sus sentimientos por eso estamos juntos», comenta que cuando canta los corridos, «consulto las palabras, para saber que significan, y así con los amigos, existen palabras que no existen y se tiene que preguntar qué significan».
Don Jonás Romero Moctezuma señala, que él cuando era chico ya traía la tradición de ir con música a «cantarle a las milpas» con su padre porque piensan que «el fruto es sabroso, lo cortaras contento y te lo comes con más gusto».
«Se tiene que difundir y enseñar la trova suriana, la música también es una relación con el medio ambiente» marca Erick de Jesús, «si dejamos que la violencia y la muerte pasen, si dejamos que esta parte que se está comiendo al mundo, nos vamos a acabar».
La trova Suriana o el corrido le cantan a la vida y a su cotidianidad, a las flores, mujeres, a la resistencia y a la muerte. Para Jonás Santiago es relevante el Corrido del Recreamiento: «Por todo ellas son las bellas flores, Dios los ha puesto en el jardín universal, para que gocen sus pélalos el hombre, y el rico prado de su planta vegetal», concluye en trovador.