La candidata de la coalición oficialista Juntos Hacemos Historia (Morena, Partido Verde y Partido del Trabajo), Delfina Gómez, se convertirá en la primera gobernadora del estado de México,en tanto que en Coahuila el priísta Manolo Jiménez se impuso por un amplio margen al morenista Armando Guadiana.
Sin duda, el hecho más relevante de la jornada electoral, y el de mayor impacto para la vida política del país, es la derrota del priísmo en su más importante y emblemático bastión, el estado de México, al que gobernó ininterrumpidamente durante casi un siglo.Un dato desalentador es el de un abstencionismo elevado en comparación con otros comicios para gobernador, rondando el 50 por ciento del electorado habilitado.
Más de 12.7 millones de mexicanos estaban habilitados para acudir a las urnas a elegir a la primera gobernadora en la historia del estado de México, quien a partir del 16 de septiembre sucederá en el cargo al priísta Alfredo del Mazo Maza, en una elección fundamental, porque históricamente su resultado ha impactado invariablemente en la contienda presidencial, y porque definirá las estrategias de los partidos para el próximo año.
De esta forma, lo que resta de la vieja aplanadora del tradicional partido Revolucionario Institucional (PRI) se quedó únicamente con dos gobiernos estatales –Coahuila y Durango– y pierde la entidad más poblada del país. El estado de México tiene un peso enorme por su economía y su infraestructura y por albergar a buena parte de la mayor megalópolis de América Latina.
Sólo se presentaron dos candidatas: la priísta Alejandra del Moral Vela, por la coalición Va por el Estado de México, que integran PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza, y la morenista Delfina Gómez Álvarez, por Juntos Hacemos Historia, que conformaron Morena, PT y PVEM. La docena de ciudadanos que buscaron alcanzar la postulación como candidatos independientes no lograron recabar el número de firmas de respaldo ciudadano que exige la ley.
Aunque el estado tiene 125 municipios, en 12 se concentra 53 por ciento del padrón electoral, por lo que resultan determinantes en el resultado. Siete de las 12 demarcaciones ya eran gobernadas por Morena (Ecatepec, con 1.2 millones de electores; Nezahualcóyotl, con 868 mil; Valle de Chalco, mientras que el PRI gobierna Toluca y Tlalnepantla, y el PAN tres: Naucalpan, Atizapán de Zaragoza y Cuautitlán Izcall.
El fracaso de Alejandra del Moral, la candidata priísta apoyada por las dirigencias del PAN y del PRD, constituye una expresión de la disfuncionalidad de la forzada coalición opositora que busca posicionarse como alternativa de poder en la elección presidencial del año entrante, mostrando su incapacidad para seleccionar una candidatura de unidad para los comicios de 2024.
Coahuila es, de cierta forma, el reflejo invertido de lo que ocurrió en el Edomex: la desunión a nivel local de la coalición Morena-PT-Verde y la consiguiente atomización de sus votos en tres candidaturas distintas abrieron la puerta a la continuidad priísta. Se teme que lo mismo pueda ocurrir si alguno de los que aspiran a la postulación presidencial por la oficialista Morena, decidiera desconocer el proceso de selección y buscar la Presidencia con la plataforma de otro partido.
*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)