Con la cercanía de las elecciones para elegir al próximo presidente de los Estados Unidos y las campañas políticas prácticamente en acción, llegan los tiempos en que los políticos tienen todas las “respuestas” y todas las “soluciones” a todos y cada uno de los temas que son importantes para esta nación, entre ellos por supuesto la migración y la inmigración.
Y como es la costumbre de los políticos tradicionales de ambos partidos principales (demócratas y republicanos) cada que hay elecciones, entrarán en una feroz batalla por autoproclamarse como los “héroes” de la película en cuanto a resolver dicho asunto.
Ante la falta de soluciones de largo alcance, los antiinmigrantes, obviamente, no culparán ni a los superricos, ni a sus corruptos colegas, y desde luego que tampoco señalarán su propia incompetencia. No, estos políticos antiinmigrantes, muy cómodamente, de forma burda y grotesca le echarán la culpa de todo a los propios inmigrantes.
Aunque pareciera que los indocumentados ya están acostumbrados a aguantar todo tipo de vituperios y atropellos, ya que tienen que estarse chutando todo ese discurso de odio que busca deshumanizarnos a todos por parejo. Y es que, hoy por hoy, los conservadores no solo son xenófobos, sino que ya pasaron a ser una especie de conspiranoicos tirandole a lunáticos.
Mientras el conservadurismo estadounidense, más rabioso que nunca, lanza su veneno en contra de los inmigrantes un día sí y el otro también, por su parte los inmigrantes siguen con sus actividades cotidianas, trabajando, gastando la mayoría del dinero que producen dentro del mismo Estados Unidos y enviando dinero a sus respectivos países de origen, desarrollando sus vidas sin nada que los detenga.
Simplemente, los inmigrantes mexicanos están enviando a su país cantidades récord en remesas que, en palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), “ayudarán a más de 10 millones de familias mexicanas”.
Son millones de personas quienes esperan algún día salir de las sombras, y toda la politiquería barata no ayuda, sino que estorba.
Es la gran mayoría de estadounidenses la que desea menos politiquería y más soluciones. Una solución a corto, a mediano y a largo plazo sería la aprobación de una amplia reforma migratoria.
Marco I. Dávila C.
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