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«La Razón» en Bolivia, sin vergüenza.

Fuentes: Rebelión

Como cada día, y para no perder la costumbre, este Miércoles, 28 de Mayo del 2008, entré desde la distancia a leer virtualmente las noticias de Bolivia. Consulté varios diarios: La Prensa, El Correo del Sur, Bolpress, y La Razón. Este último mostraba un titular muy llamativo: «Las familias suben 50% el presupuesto para los […]

Como cada día, y para no perder la costumbre, este Miércoles, 28 de Mayo del 2008, entré desde la distancia a leer virtualmente las noticias de Bolivia. Consulté varios diarios: La Prensa, El Correo del Sur, Bolpress, y La Razón. Este último mostraba un titular muy llamativo: «Las familias suben 50% el presupuesto para los alimentos». Por defecto profesional, y sin pensarlo dos veces, piqué dos veces sobre tal encabezamiento con el fin de leer tal noticia pensando que había aparecido alguna novedosa información que explicara esta categórica conclusión. Mi sorpresa fue máxima cuando en el primer párrafo encontré lo siguiente:

«Las familias estiman que sus gastos por la compra de productos alimenticios en los centros de abasto se incrementaron, en promedio, en aproximadamente 50% en los últimos dos meses del año, mientras que sus ingresos no sufrieron ninguna variación»

Deseoso de más datos, seguí leyendo dicho artículo de portada de ese diario. Casi me caigo de espalda, cuando leo el siguiente párrafo:
«Este medio de comunicación entrevistó a 15 jefes de hogar, quienes semanalmente realizan sus compras en los mercados y centros de abasto de distintas zonas de las ciudades de La Paz y El Alto. Los entrevistados son gente de diferentes niveles socioeconómicos (clase alta, media-alta, media y baja)»

No podía dar crédito a aquello que estaba leyendo. ¿Dónde está la muestra que le lleva a tal contundente afirmación? ¿Dónde están los datos? ¿Qué tipo de inferencia estadística ha realizado? ¿Será una nueva aportación metodológica? ¿Se tratará de la frontera en términos de instrumento cualitativo? ¿Habrá utilizado una bola de cristal?

Desde mi condición de profesor universitario de economía ese titular tiene nota: Suspenso. Muy deficiente. Desde mi condición de ciudadano, también tiene nota: muy ruin. Mezquino. Muy canalla. Muy sin vergüenza. Queda dicho todo.

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