Hace unas semanas, Miguel Ríos publicó un artículo en el diario «El País» llamando a la huelga de los músicos en protesta contra la piratería e iniciaba su alegato simpatizando con las luchas de los trabajadores de los astilleros, poniéndolos como ejemplo de combatividad frente a una reconversión. La realidad es que la actividad manufacturera […]
Hace unas semanas, Miguel Ríos publicó un artículo en el diario «El País» llamando a la huelga de los músicos en protesta contra la piratería e iniciaba su alegato simpatizando con las luchas de los trabajadores de los astilleros, poniéndolos como ejemplo de combatividad frente a una reconversión. La realidad es que la actividad manufacturera no ha hecho nada más que disminuir en nuestro entorno durante los últimos treinta años y que estas movilizaciones lo que consiguen básicamente es aliviar, en parte, la situación de los obreros que se enfrentan al paro con más de cuarenta años y con pocas posibilidades de encontrar nuevo trabajo.
¡Qué diferente es su situación de la de Miguel Ríos! ¿Cómo se atreve a compararse? En sus años de gloria ganó el suficiente dinero para no pasar estrecheces el resto de su vida . Sospecho que tras los duros alegatos de este cantante como de otros como Ramoncín o Sisa se encuentra un problema individual de falta de creatividad y por tanto de falta de ventas o conciertos. Yo en ningún «top manta» he encontrado discos de alguno de los anteriores, por lo que no sé por lo que achacan su descenso de ventas a la piratería. En las redes p2p sólo encuentras sus grandes éxitos de los 70 o 80 ninguna obra musical reciente.
No suelo comprar esas copias de cds que se venden en la calle, no tanto por ningún problema ético sino porque en su gran mayoría no tienen ninguna cualidad ni calidad. En el «top manta» abunda los cantantes salidos de «Operación triunfo», «frikis» televisivos y cantantes como Alejandro Sanz que viven y pagan sus impuestos en Miami. Los manteros no son ninguna amenaza para la música, solamente para la «industria musical» que desde luego tendrá que sufrir un proceso de reconversión.
Frente a esta reconversión, Miguel Ríos propone una huelga muy «sui generis» porque es «frente al gobierno y frente a la sociedad». Sería la primera huelga de trabajadores defendiendo a sus patrones y contra la sociedad. ¿Cómo sería la huelga? ¿formarían piquetes que abuchearían a quien vaya cantando por la calle? ¿estaría Julio Iglesias en el comité de huelga?
Hablemos en serio
El año pasado la Sociedad General de Autores de España (SGAE) consiguió la mayor recaudación de su historia al alcanzar los 300,7 millones de euros de ingresos, incrementando en un 11,9 % su resultado frente al ejercicio anterior. Y no es bastante, en el acto de presentación de resultados Tedy Bautista, insistió en el grave problema que supone la «piratería», y afirmó que es necesario que el Gobierno se implique en acabar con las «descargas ilegales» por Internet.
En un futuro muy cercano va a ser más difícil ese pretendido control ya que se van a ir incrementado las posibilidades de obtener contenidos «lícitos» en la red, puesto que internet va a ser un medio por el que van a emitir las emisoras de radio y televisiones.
Tanto la «Cadena Ser» y «La COPE» tienen ya disponibles algunos de sus programas para ser escuchados mediante el «podcasting». Y que básicamente consiste en suscribirte a determinados programas para descargartelos a tu PC y posteriormente copiarlos a tu reproductor mp3 de manera que puedas oír el programa de radio cuando tu desees. Tecnologías similares también están teniendo éxito para la televisión de manera que dentro de poco la programación de nuestra televisión la elegiremos nosotros. Ante tal cantidad de archivos multimedia en la red ¿quién va a decidir la licitud o ilicitud del contenido?
A pesar de toda la propaganda del Gobierno y la SGAE, el artículo 270 del Código Penal requiere «ánimo de lucro» para que la difusión de una obra con «copyright» sea perseguible penalmente. Sólo cometería delito quien publica la obra y cobra por ello, nunca el que descarga los archivos.
Ante las ganancias de la SGAE mediante sus diferentes ingresos (incluido el canon que pago por hacer las copias de seguridad de mis documentos), la opción más adecuada es comprar únicamente los discos de auténticos artistas como Kiko Veneno o Manu Chao y otros muchos que no claman por la persecución penal de su público y reconocen el abuso que comete la industria del disco.