Recomiendo:
0

En defensa de la Ley 7722 que protege el agua

Mendoza, guardiana de la humanidad

Fuentes: Rebelión

¡Volvemos a las calles por la 7722! Asamblea popular por el agua Hace dos semanas, ocurrió un acontecimiento de gran importancia para el futuro de tod@s l@s mendocin@s. La Corte Suprema cerró las puertas a la posibilidad histórica de democratizar el ámbito de la Justicia. Desconociendo las más de 70.000 firmas recolectadas por las asambleas […]

¡Volvemos a las calles por la 7722!
Asamblea popular por el agua

Hace dos semanas, ocurrió un acontecimiento de gran importancia para el futuro de tod@s l@s mendocin@s. La Corte Suprema cerró las puertas a la posibilidad histórica de democratizar el ámbito de la Justicia. Desconociendo las más de 70.000 firmas recolectadas por las asambleas de toda Mendoza y haciendo caso omiso a las recomendaciones del máximo tribunal nacional, en un fallo dividido 4 a 3, los magistrados de la provincia rechazaron la convocatoria a una Audiencia Pública antes de fallar sobre la constitucionalidad de una de las leyes más conocidas de la provincia: la ley 7722. Aunque el fiscal de Estado ha pedido que se revea la decisión, al menos por ahora, se ha privado a los mendocinos de participar en un proceso fundamental para las generaciones futuras.

En estos días pasados, la Suprema Corte de la provincia de Córdoba falló, por unanimidad, en favor de la constitucionalidad de una ley hermana, la 9526. En sintonía con esto, es preciso recordarle a nuestra propia Corte Suprema, que están ante el deber de representar y defender los intereses de un pueblo cuya integridad económica y cultural se fundamenta en la relación con el agua. Con el agua de vida que baja de la montaña. Allí arriba, donde vibra nuestro ecosistema fundamental, todo está interconectado. No pueden olvidarse entonces que su decisión será trascendental para todos nuestros hij@s y niet@s. También para los suyos.

Somos conscientes de la presión del lobby minero, integrado por abogados, cámaras empresariales y funcionarios de turno que de una u otra forma se verían beneficiados con el «negocio» de la megaminería. La billetera es grande, demasiado como para corromper a tan pocos. Su intención, profundamente corporativa, es clara: derogar la ley. Las empresas extranjeras, dedicadas a esta forma de explotación a cielo abierto, están dispuestas a acorralar nuestra democracia, poniendo en riesgo las leyes. El intento de derogar la 7722 por la vía judicial, es un claro ataque a la justicia, a los valores de la verdad y el bienestar común y a los intereses de nuestro pueblo que elige defender el agua pura -con todo lo que eso significa en este momento de la humanidad- frente a al saqueo y la contaminación.

Tampoco somos ingenu@s con el proceso de vaciamiento que sufre la provincia. Queremos señalarlo con claridad: es el mismo libreto de las privatizaciones. Es el neoliberalismo en su máxima expresión. Prohibido olvidar: antes de entregar nuestras empresas estatales -estratégicas para la autonomía y el desarrollo- las vaciaron sin misericordia creando en la opinión pública un clima de «entrega soberana». Claro está, todo esto en favor de la salvación de la patria. Así, nuestros bienes comunes sociales, aquellos que nos costaron tantas décadas de sacrificio, fueron completamente rematados a empresas extranjeras. Parece un déjà-vu. Los mismos que vaciaron la provincia, quieren crear la sensación de que la salvación será traída por las trasnacionales de la megaminería. Lo que hay que entregar en este caso, es nuestra zona de glaciares, nuestro más preciado bien común natural. Entregarlo a las dinamitas. Abandonadas las fincas y acorralados sus pequeños productores, parece que ahora, hacer patria es llevar a estos desocupados a «encianurar» el agua de la montaña. Y hacer pasar esta locura como proyecto de desarrollo sustentable. Insistimos con esto porque todo tiene que ver con todo. La 7722 es un freno a semejante desenfreno.

Frente a este panorama, preocupante de cara a nuestro futuro, las asambleas de toda Mendoza volvemos a ponernos en movimiento. Este proceso de conjunto ya comenzó el viernes 21 de agosto con la entrega pública de las últimas 70.000 firmas. Reclamamos con esto que se revea la decisión del máximo tribunal en torno a la convocatoria de la Audiencia Pública. Hasta el 3 de septiembre tienen tiempo de expedirse.

Por este motivo, el próximo jueves 3 de septiembre hacemos una convocatoria abierta para encontrarnos una vez más como pueblo que somos, alegre, consciente y organizado. Con nuestras hijas e hijos. Con nuestros padres y herman@s. Sin otra bandera política que nuestro amor y compromiso. Para defender lo que tod@s sabemos: nuestra ley 7722 es clara como el agua pura, por eso es CONSTITUCIONAL.

En tiempos en los que el ser humano depreda los bienes de la naturaleza poniendo en peligro su propia subsistencia, aquí en Mendoza decidimos cuidar el cielo y la tierra. Protegiendo el agua de nuestra montaña y custodiando su ecosistema.

En este lugar del mundo, existe una ley GUARDIANA DE LA HUMANIDAD.

Mantenerla viva es nuestra decisión irrevocable.

En Mendoza. Jueves 3 de Septiembre / 18:00 Hs / Plaza Independencia.

 

Fuente: http://asambleaporelagua.org/mendoza-guardiana-de-la-humanidad/

 

El derecho a la vida es constitucional
Adolfo Pérez Esquivel

La humanidad está frente a grandes desafíos, las tecnologías han cambiado el pensamiento y provocado la aceleración del tiempo, lo que incide en la vida de los pueblos. Los llamados países desarrollados, del Norte, explotan de diversas formas a los países del sur, dejándolos sometidos a sus intereses políticos y económicos. Lo trágico de todo esto es que los propios países del Sur -como es el caso de Argentina en su gran mayoría de dirigentes políticos y empresarios- están tan sometidos al colonialismo cultural que terminan repitiendo los mismos mecanismos del ‘sistema’, privilegiando a los grandes capitales trasnacionales y haciéndolos pasar por encima de la vida de los pueblos. De los pueblos donde ellos mismos nacieron.

Por suerte, todavía existen los hijos de esta tierra que eligen la vida por sobre el capital. En medio de un mundo devastado y sufriente, se animan a luchar y a defender sus más preciados bienes comunes.

Tal es el caso de Mendoza, provincia conocida y respetada (y claro está, odiada por las grandes corporaciones mineras) por su acérrima defensa del agua. Desde el año 2007, cuando fue sancionada la más querida de las leyes provinciales, la famosa Ley 7722, el pueblo dejó en claro el camino que habría transitar frente a esta difícil hora planetaria: el de la convivencia con la Madre Tierra, y el de la clausura de su propio suicidio. Digo bien: con la 7722 Mendoza clausuró la posibilidad de un suicidio colectivo. A corto o mediano plazo. ¿A quién se le puede ocurrir dinamitar la zona de glaciares, el lugar donde reside la fuente de la vida? ¿Quién es capaz de colocar una pileta de mil hectáreas de cianuro en las nacientes de los ríos? ¿Qué es eso sino un suicidio?

Quedará en el recuerdo de todos los luchadores de este país, aquellas jornadas en donde toda la provincia organizada se animó a gritar NI-UN-PASO-ATRÁS frente al avance de los poderes corporativos, tanto políticos como megamineros. Desde Alvear, pasando por San Rafael y el Valle de Uco y llegando hasta Mendoza Capital. No lo olvidemos, la 7722 es hija de ese proceso, no fue dádiva de ningún gobernante. Qué bueno sería que todos estos mandatarios hoy pudieran sentirse orgullosos de aquella ley que promulgaron después de tanta presión popular. Ley que quizás, muy a pesar de ellos, les protege la vida. Y la de sus hijos.

El Papa Francisco en su encíclica Laudato Sí, señala los peligros que amenazan a la vida en la Casa Común, el planeta Tierra, cuando plantea la explotación irracional de las empresas trasnacionales y el empobrecimiento de la población, el uso y abuso del agua y los grandes índices de contaminación con sustancias tóxicas. Frente a esto señala que se torna indispensable crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y que asegure la protección de los ecosistemas, antes que las nuevas formas de poder derivadas del paradigma tecnoeconómico terminen arrasando no sólo con la política sino también con la libertad y la justicia (cfr 53). Eso es la Ley 7722.

Sé, al igual que las asambleas y demás luchadores socioambientales, que precisamos de algunos recursos mineros. Lo mismo pasa con nuestros bienes comunes como el agua, los bosques o la biodiversidad. Pero es preciso recordar que no somos los dueños de la Madre Tierra sino que somos parte de ella. Por eso, el camino es lograr el equilibrio entre las nuestras necesidades y la democracia de la Tierra, hoy violentada y explotada sin misericordia. Cuando se quiebra este equilibrio el resultado es la violencia contra la Madre Naturaleza, y con toda la Creación. Incluso contra nosotros, los seres humanos. Debemos ser conscientes que como humanidad estamos al borde del colapso. Y que toda acción local redunda en beneficio o en perjuicio de la totalidad. Tenemos que sacar de una vez lo mejor de nosotros.

Es necesaria la toma de conciencia crítica y la organización social para ser protagonistas y constructores de nuestras propias vidas. La historia me confió una responsabilidad muy grande, lo que me ha permitido recorrer el mundo y acompañar a los pueblos que más sufren. Debo confiarles que he visto con mis propios ojos los estragos de la minería a cielo abierto. Corrijo: de la minería a infierno abierto. Lo único que tiene de sustentable este tipo de explotación, de altísima violencia contra los pueblos y contra la Madre Naturaleza, es la rentabilidad de sus empresas. No se dejen engañar mendocinos. Ni se dejen manipular. Que no lo vean no quiere decir que no suceda. Su provincia no va a ser la excepción.

Una vez más les toca defender la Ley. Les toca vivir horas decisivas.

Quiero que sepan que los acompaño. La democracia es derecho e igualdad para todos y todas. Es necesario hacer valer tanto este derecho sagrado como así también las leyes que protegen la vida del pueblo.

No se olviden mendocinos que lo que se siembra se recoge. Están a las puertas de sembrar un no rotundo (¡no es no!), para cosechar a futuro, muchos sí definitivos.Anímense a mirar la montaña y jurarle una vida de paz. Júrenselo a ustedes mismos. Por sus hijas e hijos. Ustedes que pueden, miren los glaciares. Allí late el corazón de su ecosistema madre. Mirenlos y díganle que se prometen vivir. Juntos y a la par.

Animo en este proceso.

El derecho de vivir es quizás, el más constitucional.

Esperemos que la Corte Suprema de Justicia este a la altura de las circunstancias históricas y ratifique lo que la 7722 es: UNA LEY CONSTITUCIONAL.

Córdoba ya ha dado su veredicto por unanimidad ratificando hace unos días la constitucionalidad de una ley hermana.

No dejen de defender lo suyo en las calles. Ese es el lugar del pueblo.

Les deseo mucha fuerza y esperanza.

Les envío el abrazo de Paz y Bien.

 

Fuente: http://www.mdzol.com/opinion/625935-el-derecho-a-la-vida-es-constitucional/