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Panorama de movimientos sociales y empresas recuperadas

La Unidad Piquetera reafirma su plan de Lucha ante el fracaso de la reunión con el ministro Zabaleta

Fuentes: Rebelión

Atendiendo que el gobierno, a través del ministro de Desarrollo Social, Juan Horacio Zabaleta, no ha respondido favorablemente a múltiples demandas que planteó la Unidad Piquetera (integrada por numerosas organizaciones sociales), en la tarde del lunes, se dispuso continuar con el Plan de Lucha. Esta vez se convoca a un acampe de 48 horas, que en Buenos Aires se efectuará en la Avenida 9 de Julio, frente al Ministerio.

COMUNICADO 

La unidad piquetera reafirma su plan de Lucha ante el fracaso de la reunión con Zabaleta. 

Acampe piquetero a partir del miércoles a las 14:00 en todo el país. 

La reunión que se realizó hoy con el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta y su gabinete terminó en un rotundo fracaso.
El gobierno emitió un comunicado hablando de un acuerdo que no existe. 

El gobierno dice que: «Al igual que en las otras reuniones se ofreció fortalecer el financiamiento a cooperativas y asistencia con maquinarias, herramientas e insumos para la producción» 

La producción está parada por el ajuste y el pago de una deuda que ahoga la economía. Pero además, el financiamiento para insumos y herramientas que ya estaba acordado hace meses no llega tampoco a los espacios de trabajo. 

Por otra parte, el comunicado oficial ni menciona que le presentamos hace 6 meses un plan para la creación de 1.000.000 de puestos de trabajo. 

Sobre el pedido de aumento de los miserables 16.500 $ que son arrasados por la inflación de los alimentos, el gobierno no tiene ninguna propuesta.
Lo mismo que para la apertura de los programas sociales que siguen cerrados en medio de una enorme crisis socioeconómica. 

Necesitamos respuestas concretas y urgentes ante una situación crítica, con un ajuste que se agrava con el acuerdo humillante con el FMI. 

POLO OBRERO- MTR VOTAMOS LUCHAR – C.U.Ba.☆M.T.R./MIDO – MAR – M29 – BLOQUE PIQUETERO NACIONAL (T.Or.Re- AGRUPACION ARMANDO CONCIENCIA- O.T.L.)- MTR 12 DE ABRIL – FDU – BUEL – A TRABAJAR – ORGANIZACIÓN 17 DE NOVIEMBRE (M.D.L MUJERES EN LUCHA) – MTL REBELDE – M.B.T – FRENTE DE de LA RESISTENCIA-LA WILLIAM COOKE- R.U.P. 

COORDINADORA POR EL CAMBIO SOCIAL: FOL (FRENTE DE ORGANIZACIONES EN LUCHA) -MOVIMIENTO DE LOS PUEBLOS (FRENTE POPULAR DARÍO SANTILLÁN CORRIENTE PLURINACIONAL; MULCS MOVIMIENTO POR LA UNIDAD LATINOAMERICANA Y EL CAMBIO SOCIAL; MOVIMIENTO 8 DE ABRIL; IGUALDAD SOCIAL) – FAR Y COPA EN MARABUNTA – FOB AUTÓNOMA (FEDERACIÓN DE ORGANIZACIONES DE BASE, AUTÓNOMA) – OLP RESISTIR Y LUCHAR. BARRIOS DE PIE – LIBRES DEL SUR. MST TERESA VIVE 

Subsidios a Toyota por emplear a quienes reciben planes 

El domingo Alberto Fernández, en la misma entrevista donde habló de una inflación “autoconstruida”, también se refirió a los millones de trabajadores precarizados, autónomos e informales, que reciben planes sociales del Estado. Para esta realidad que viven millones, el Gobierno no plantea una salida de trabajo genuino. El presidente dijo que hay que buscarle alternativas (sic), «que no sea necesariamente que encuentre un trabajo en la formalidad». 

En esta «búsqueda de alternativas» se inscribe el anuncio de que la fábrica Toyota incorporó a diez beneficiarios del plan social Potenciar Trabajo. El Estado paga medio salario mínimo a estos trabajadores y la patronal abona lo restante para completar el sueldo. Así, estos trabajadores resultan un poco más baratos para la multinacional japonesa, una de las principales productoras de camionetas de lujo del mundo, cuya actividad en Argentina se destina mayormente a la exportación. 

La Toyota viene de aplicar una reforma laboral de hecho, al imponerles a sus trabajadores la obligatoriedad de trabajar los días sábados. Esto fue posible por un acuerdo entre la patronal, el gobierno y los jefes del SMATA. 

La incorporación de estos trabajadores por el Potenciar Trabajo es casi simbólica, son solo diez. Mientras tanto, millones de personas tienen prácticamente bloqueado el acceso a un trabajo formal, con derechos laborales; a la par de que las patronales pujan por aumentar la carga de trabajo, sea aumentando tareas o extendiendo la jornada laboral. 

En los últimos 5 años los beneficiarios de programas sociales perdieron 50% de ingresos 

El dato muestra el brutal ajuste de Macri, pero también de este gobierno sobre las y los trabajadores más precarios. El dato surge de comparar el valor del Potenciar Trabajo con la inflación de alimentos y la inflación general.  

Según las organizaciones que participan de las movilizaciones, los trabajadores y trabajadoras que dependen del Salario Mínimo han perdido el 51% de sus ingresos reales en 5 años, contra el acumulado de la inflación de alimentos. Para mantener el mismo poder adquisitivo que tenían en enero de 2017, el mínimo debería ser de $ 45.713 tomando la inflación general, y de $ 48.407 tomando la de alimentos. 

CerealCoop: una empresa recuperada que produce alimentos para la economía social 

«Ocupar, resistir, producir». El lema de las fábricas recuperadas se llevó a la práctica en la localidad bonaerense de Tres Arroyos, donde decenas de hombres y mujeres enfrentaron la quiebra empresaria, defendieron su fuente de trabajo y crearon una cooperativa de producción de alimentos. En plena pandemia, volvieron a producir cereales para desayuno, avenas arrolladas, copos de maíz y barras de cereales. 

“Éramos 150 trabajadores y trabajadoras que en 2018 quedamos a la deriva”. La cifra se humaniza, se convierte en rostros, historias: “Había mucha gente que tenía cuentas por pagar o que necesitaba un tratamiento médico y no podía hacerlo porque nos habían cortado la obra social”. El relato pertenece a Sebastián Anta, de CerealCoop, empresa recuperada ubicada en la localidad de Tres Arroyos, en el sudeste de Buenos Aires. Tras la situación de desamparo y abandono de la patronal ante la crisis de la firma, sus obreros y obreras apostaron a una forma de organización solidaria para sacarla adelante y seguir produciendo. 

Los inicios de esta historia se remontan a agosto de 2018, cuando el personal dejó de percibir sus salarios. “Pasaron dos meses y la situación se agravó porque la patronal gastó todos los insumos de la planta y después quedó parada”, relata Anta. A fines de ese año, la empresa quedó en concurso preventivo. “Ningún trabajador está preparado para eso. Parte de los dueños de la empresa se acercaron y nos dijeron que iban a encontrar la forma de inyectar capital para poder reactivarla”, agrega. Pero el 2019 pasó sin noticias. Sin posibilidades de trabajo a la vista, los operarios tomaron la determinación de recuperar la unidad productiva y formar una cooperativa. En ese camino, recibieron colaboración de la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe) y del Estado, que brindó subsidios para reactivar la parte productiva.  

Actualmente producen avena a granel: reciben la avena del campo, la limpian y arrollan. También elaboran avena gruesa, tradicional, instantánea, extrafina, harina de avena, salvado y harina de avena integral. “Nos queda un montón todavía, pero este fue el primer paso para poder estar en la planta como cooperativa, como socios, tomando decisiones en conjunto”, dicen desde la empresa recuperada. 

“Lo principal fue que, después de tanto tiempo de haber sido defraudados por la patronal, empezáramos a creer que había otras alternativas y que dependía de nosotros”, destaca Anta. “No solo buscamos estar trabajando dentro de la cooperativa y estar contentos por eso, sino dar un beneficio a la sociedad y que nuestros productos puedan llegar al común de la gente”, subraya. 

Trabajadores sin empleo, dispuestos a producir 

En Tres Arroyos existen más de 20 cooperativas: de servicios, de transporte, de vivienda y de trabajo. Dos de ellas son recuperadas: Conicop y CerealCoop. La experiencia en Economía social de la localidad sirvió de base a los trabajadores desempleados para formar su propia empresa. “Otras cooperativas que ya habían pasado por las mismas situaciones nos impulsaron, nos mostraron que lo que queríamos hacer no era algo utópico, que iba a ser complicado pero que se podía”, recuerda Anta.  

La empresa en la que trabajaban tenía tres plantas: una en Pilar y dos en Tres Arroyos. Los operarios de Tres Arroyos nunca abandonaron las fábricas. Comenzaron a hacer guardias de limpieza y de cuidado. En febrero de 2020 formaron CerealCoop. Poco después llegó la pandemia, pero para fines de junio de ese año ya contaban con matrícula nacional y en agosto con matrícula provincial. En agosto de 2020 recibieron un subsidio del Ministerio de Desarrollo Social. Con eso pudieron acondicionar los servicios de luz y de gas. En junio de 2021 volvieron a abrir sus puertas. 

De los 85 socios y socias de CerealCoop, hay 30 activos. Se debe a que resta seguir habilitando líneas productivas para generar más puestos de trabajo. Ese es el principal objetivo de la flamante cooperativa. “Toda la parte productiva de la planta estaba, porque teníamos la mano de obra. Pero la parte de compras, ventas, de administración, de comercialización, de finanzas: todo eso lo tuvimos que hacer nosotros desde el comienzo. Es complicado, pero en eso estamos”, explica Anta.  

CerealCoop cuenta con las habilitaciones necesarias para vender en todo el país avena a granel. A su vez, la cooperativa reinscribió sus productos para tener cuatro gamas de alimentos en góndola. Ese fue el primer paso. El segundo fue volver a producir avena para desayuno, fraccionada en 300 y 400 gramos. Otro objetivo es tener una línea de copos de maíz en forma granel y en gramajes pequeños para supermercados. “Esos pasitos chiquitos nos hacen poder seguir ingresando personas activas a la cooperativa. Esa es nuestra gran meta. La intención es que en el menor tiempo posible todos los asociados estén trabajando”, sintetiza el trabajador cooperativista. 

Ocupar, resistir, producir 

¿Qué implica recuperar una empresa? “Desde el momento en que nos dejaron de pagar hasta que abrió la cooperativa, en ningún momento dejamos la fábrica vacía. Recuperar la planta es no abandonarla. Logramos mantener la infraestructura y comenzar a producir de nuevo”, responde Anta. Y recuerda el lema del movimiento nacional de fábricas: ocupar, resistir, producir. “En esos tres ejes nos basamos”, agrega. 

Pero ocupar no es solamente cuidar la fábrica abandonada por sus dueños día y noche. También significa socializar saberes para tomar decisiones colectivas. Anta pone un ejemplo didáctico sobre lo que implica un concurso preventivo cuando una entidad entra en quiebra, como fue el caso de la firma para la que trabajaban. “El concurso preventivo encapsula la deuda pero la empresa tiene la obligación de seguir produciendo. Acá cancelaron la deuda y dejaron de producir. Tendrían que haber venido a dar una respuesta a los trabajadores, cosa que nunca ocurrió”, grafica. De forma colectiva se informaron, se organizaron y pasaron al siguiente eje: resistir. 

Resistir implica sobrellevar los estragos de una quiebra ajena mientras se está desempleado para volver a encender las máquinas. También es una apuesta ideológica. “Hay varias alternativas de lo que se puede hacer dentro del mercado: si vos querés formar parte del capitalismo, que se saca los ojos y va creciendo sin pensar en el conjunto o, por otro lado, se puede pensar en el conjunto y tomar decisiones colectivas para que la sociedad esté mejor, no solamente dentro de la fábrica”, dice Anta. Pero además, supone generar fuentes de trabajo y producir alimentos en un contexto adverso desde el punto de vista económico. 

Las últimas semanas fueron “muy difíciles” porque los precios de los insumos aumentaron de forma muy considerable. CerealCoop no es ajena al aumento del precio de los commodities, en su caso la avena: la materia prima con la que trabajan. “La inflación impacta a todos y nosotros somos nuevos, tenemos poca espalda financiera para enfrentar estos sacudones del país y del mundo. Pero tenemos que trabajar de forma eficiente para lograrlo. Nuestro producto tiene que estar en góndola y ser accesible para todas las personas”, explica Anta.  

En este contexto, plantea que es necesario fortalecer las políticas públicas y medidas económicas concretas para el sector. Afirma: “Necesitamos la contención por parte del Estado, como en parte viene ocurriendo hasta ahora, más acciones que ofrezcan crecimiento e impulso al movimiento cooperativo para que pueda seguir traccionando la economía local, regional y del país”. 

CerealCoop es una de las 435 empresas recuperadas que hay en el país, una de las 178 que hay en la provincia de Buenos Aires, una de las 56 que producen alimentos y la número 40 por su cantidad de operarios y operarias, según datos del Registro Nacional de Fábricas Recuperadas

REGLAMENTACIÓN del REGISTRO NACIONAL DE EMPRESAS RECUPERADAS 

El Registro Nacional de Empresas Recuperadas, es una herramienta que tiene por objetivo principal registrar a las empresas recuperadas a fin de contar con información sobre su capacidad productiva, formas de comercialización y promoción, y su composición para la planificación e implementación de políticas públicas para el sector. 

Acceso a la reglamentación: 
AQUÍ 

Nueva Resolución Nro: 123/2022

“Logramos la Cooperativa de trabajadores de la salud unidos» 

Fue lo que comunicaron los trabajadores de la ex Clínica San Andrés de Caseros ubicada en Tres de Febrero a través de su página oficial el jueves 24 de marzo. 

Luego de más de 15 meses de lucha y organización recibieron la aprobación de la matrícula para poder conformar la Cooperativa de Trabajadores de la Salud Unidos. Un gran triunfo que muestra que luchar sirve.  

Perlea: lencería de calidad, abandono empresarial y lucha por la fuente laboral 

La textil Tejedurías Naiberger fue fundada en 1931 por una familia de origen polaco. Fabricó durante décadas la tradicional marca de ropa interior femenina Maidenform y en la actualidad era propietaria de las reconocidas líneas de lencería Perlea y Perfect Body. 

Tiene una planta de grandes dimensiones que ocupa más de media cuadra en Lascano al 2400, entre Artigas y Bufano, en el barrio de la Paternal, en la que hay talleres, depósitos, garaje para camiones, oficinas y hasta un local a la calle. 

Hasta mayo de este año la empresa era presidida por Carlos Horacio Naiberger, nieto del fundador, que sucedió en 2008 a su padre, Mauricio, quien falleció en 2012. 

La histórica firma productora de corsetería llegó a tener más de 300 empleados, negocios propios en zonas de alto tránsito de la Ciudad de Buenos Aires y en varias provincias, y una cartera de clientes que abarcaba todo el país. 

Sin embargo, luego de 90 años, el 5 de mayo de 2021 los más de 120 trabajadores que sostenían la empresa últimamente se encontraron con un cartel que anunciaba “cese de actividades hasta nuevo aviso”.

Es el único megataller de su tipo que queda en Buenos Aires, aseguran. 

Sin ropa interior 

El conflicto comenzó en 2012, cuando los dueños Alicia y Horacio dejaron de comprar materiales, de mantener las máquinas y de cubrir las obligaciones con la AFIP, entre otras cosas. En 2016 despidieron a 40 trabajadores que luego de insistentes reclamos fueron reincorporados y desde el 2017 la empresa atravesaba un concurso preventivo. 

Cuatro años de macrismo, pandemia, ambiciones y graves desmanejos empresariales hicieron lo suyo y este año, luego de meses de incumplimientos patronales, los Naiberger intentaron cerrar la fábrica sin dar cuenta de sus obligaciones. 

Cuando comenzó el aislamiento obligatorio se dieron suspensiones sin goce de sueldo durante las cuales los trabajadores solo cobraron el ATP que pagaba el Gobierno Nacional. 

Ocupar 

A partir del día del intento de cierre, cerca de 50 de trabajadoras y trabajadores decidieron quedarse en el lugar, sostener una ocupación pacífica y dar pelea por la continuidad laboral

Pocos días después, los empresarios solicitaron la quiebra que fue otorgada finalmente en junio. En el medio, propusieron reducir el plantel prácticamente a la mitad sin abonar indemnizaciones, o bajar todos los sueldos un 35%. A las últimas audiencias, ni se presentaron. El ministerio de Trabajo ofreció el REPRO (Programa de Recuperación Productiva) y otras ayudas, pero los propietarios los rechazaron. 

Los trabajadores, con apoyo de los sindicatos textiles SETIA, SOIVA y UCI, y acompañamiento del INAES emprendieron el camino hacia la conformación de una cooperativa mientras evalúan con el organismo posibles líneas de crédito. También cuentan con la representación legal de abogados con experiencia en otras fábricas recuperadas. Sin embargo, hasta que la justicia no acepte el plan de negocios presentado, otorgue la personería jurídica y autorice la utilización de la marca, no pueden producir ni comercializar. 

Mientras tanto, recorren la clientela para informar la situación y acordar la continuidad del vínculo comercial. 

Por su parte, el síndico que dispuso el juzgado presentó un plan de reactivación en el que pretendía desconocer las deudas con los trabajadores y los acreedores. “Sospechamos que tiene relación con el dueño, por cómo hablaba de él”, dicen puertas adentro. 

Interviene el juzgado nacional en lo Comercial Nº 5, secretaría Nº 9, a cargo de María Soledad Casazza, y la sindicatura encargada de la quiebra está integrada por los contadores Virginia Dall’Occhio, Lucas Pombo y Juan Manuel Leguizamón, con el patrocinio de Claudio Ariel Zimerman. 

“Fue un año duro para nosotros y para él muy tranquilo porque no nos veía acá y no nos pagó”, cuenta Myriam Juárez, del taller de costura, delegada, con 18 años en la empresa. 

“No conseguís trabajo si te vas de acá, casi todos tenemos más de 40 años, no pasás un pre ocupacional, por eso, de negarse la continuidad, vamos a luchar hasta que nos la den”, agrega. 

Por su parte, Gustavo Martin, del área de mantenimiento, también delegado gremial, cuenta que para esta primera etapa el objetivo es “abastecer el local propio”, y señala que “las máquinas son viejas, algunas tienen 70, 80 años, la empresa venía sin mantenimiento, hay que invertir para renovar”. 

Ceramistas se movilizan por los tarifazos energéticos 

Los ceramistas de las fábricas recuperadas Zanón, Cerámica Neuquén y Stefani se movilizaron el martes 15 a la Casa de gobierno provincial por los altos aumentos de las tarifas.  

Los obreros ceramistas denuncian que han sufrido un aumento del 100% en la tarifa de luz. Lograron reunirse con el presidente del ente energético. Los aspectos de la reunión fueron el aumento de la tarifa a un 100% y la posibilidad de evaluar una tarifa diferenciada para las gestiones obreras. Tendrán una reunión con el ministro de Producción el martes 22. 

Larreta, contra la economía social: «Somos 2 mil familias que quedamos en la Calle» 

Luego de que el gobierno porteño los dejara sin su única fuente laboral, trabajadores y trabajadoras del Mercado de Economía Solidaria Bonpland, comenzaron jornadas de lucha y visibilización. 

“Estoy muy orgullosa del trabajo que venimos haciendo desde hace años con mi familia, somos 35 personas que trabajamos todos los días y que vendemos nuestros productos en el Mercado de Bonpland y sin intermediarios”. Norma y su familia crearon la Cooperativa Agropecuaria de Productos Familiares de Florencio Varela, y luego de casi 20 años de historia, hoy no pueden seguir vendiendo sus productos. “Cada integrante de la familia tiene su propia producción: verdura, huevos de campo, pollos. Estamos muy decepcionados de Larreta que vino a clausurarnos el mercado porque este es nuestro único sostén de vida”, termina Norma. 

En esta situación se encuentran alrededor de 2.000 familias que comercializan sus productos en el Mercado Público de la Economía Solidaria, ubicado en Bonpland 1660 del barrio de Palermo. Esta semana salió a la luz la situación de quienes conforman este espacio que denunciaron mediante un comunicado de prensa que “están siendo acosados por constantes inspecciones de la Agencia Gubernamental de Control (AGC)”. El 11 de marzo se acercaron inspectores de la AGC y clausuraron por Obstrucción de procedimiento, con intervención policial para labrar una Contravención. “Argumentaron que en el edificio no tenemos finalización de obra. Le estamos pidiendo a Larreta que instruya a sus funcionarios, tanto de la AGC como a la Dirección de Desarrollo Gastronómico que tiene a cargo este mercado, a los bomberos, a Seguridad e higiene y a Bromatología; y que se pongan de acuerdo para ver qué más le falta al mercado para que el final de obra se concrete”, cuenta Rosa Zambrano, integrante de la mesa de organizaciones del Mercado de Economía Solidaria. 

El gobierno porteño culpa a los trabajadores del Mercado de Bonpland de algo que el propio Ejecutivo es responsable, e introduce a los integrantes de las cooperativas en una encerrona: Si no hay final de obra no hay habilitación del mercado. “Pero ese trámite es responsabilidad del gobierno porteño, ellos tienen que hacer todos los pasos”, agrega Rosa. 

Hace más de diez años que quienes integran el Mercado de Bonpland, vienen solicitando al gobierno porteño que tienen que realizar el final de obra, que deben concretar el mantenimiento y las obras correspondientes para que lo puedan habilitar. “Si no nosotros no podemos habilitar nuestros puestos. Nosotros no somos ocupas, tenemos nuestros permisos individuales de uso, pero no podemos habilitar los puestos si no terminan la obra del mercado”, cierra Zambrano. 

Karina Cortés es integrante de la Cooperativa Soncko Argentino que contiene a cientos de productores, diseñadores, artesanos y artistas plásticos. En el Mercado venden sus productos hace muchos años. “Nosotros tenemos un taller donde realizamos nuestros productos, y vivimos de lo que vendemos a diario. Es por eso que este cierre nos afecta enormemente porque no podemos comercializar nuestros productos, estamos desesperados”, afirma. La cooperativa Soncko Argentino está compuesta por alrededor de 11 familias que cuenta con 12 unidades productivas y en promedio tienen alrededor de más de 120 clientes mensuales. “Le exigimos a Larreta que se haga cargo y que ponga en condiciones este mercado así podemos trabajar. Somos 2.000 familias que quedamos en la calle por este cierre que es responsabilidad del gobierno porteño”, agrega. 

El mercado de Bonpland era un edificio que pertenecía a la familia Alvear. En 1910, doce años antes de que Marcelo Torcuato de Alvear asumiera como presidente, donaron estas instalaciones al municipio de la Capital Federal con una única condición: Que en el lugar se instale un mercado de Abasto. “Desde entonces el mercado Alvear funcionó durante mucho tiempo, incluso en los peores momentos de crisis. Es por eso que tiene esa estructura de una calle en herradura que lo rodea”, cuenta Guillermo Varela, tesorero de la Cooperadora del Mercado de Bonpland. En pleno apogeo, el mercado Alvear recibía los productos por la entrada posterior que se ubica sobre Ángel Carranza. Estructura que se sigue conservando y que representa una parte importante de la historia del barrio de Palermo. “En el 2001, en medio de la crisis económica, en estas instalaciones nació la Asamblea de Palermo Viejo, y las organizaciones empezaron a tratar de recuperar el mercado que estaba en condiciones edilicias lamentables. En el 2002 el techo se vino abajo y de los que manejaban el mercado en aquel entonces quedó sólo un comerciante”. 

El gobierno de Aníbal Ibarra puso en condiciones el lugar, luego continuó con las obras Jorge Telerman, y cuando asumió Mauricio Macri como jefe de Gobierno, el mercado recibió algunos reacondicionamientos por parte de su gestión. “Es por eso que no entendemos por qué nos clausuraron el lugar, da toda la sensación que ya vinieron con la clausura redactada”, termina Varela. 

Jornadas de lucha y visibilización 

El viernes y sábado, los trabajadores y trabajadoras del Mercado, realizaron diferentes actividades para informar a la comunidad lo sucedido y poner en agenda la situación de más de 2.000 familias. De 10 a 20 horas realizaron una Feria en la calle, luego la Asamblearia y CECOPAF instalaron una radio abierta, donde hablaron cada una de las organizaciones que conforman el Mercado. Ambas jornadas estuvieron integradas por talleres de dibujo, lectura de cuentos y talleres de indumentaria y textil. 

Comienzo de clases en el bachillerato del FOL en Bajo Flores 

El lunes 28, con una asamblea de presentación, dieron comienzo las clases en el Bachillerato popular del FOL en el barrio del Bajo Flores, donde la organización tiene un espacio acondicionado a tal fin; quienes impulsan este proyecto ya vienen de una trayectoria en Bachis populares. 

Con el requisito de tener el primario completo y ser mayor de 18 años, las y los vecinos de la zona podrán inscribirse para concluir sus estudios secundarios. En torno a la experiencia de la Educación popular en una organización social, charlamos con Migo y Hugo, docentes y militantes del FOL. 

Migo comienza historiando sobre los Bachilleratos populares y qué características tienen en la Ciudad de Buenos Aires. “Los bachilleratos populares tienen en Ciudad y Conurbano una importante tradición. Todo a partir de la crisis del 2001 en adelante, por supuesto hay antecedentes de Educación popular que se remontan mucho más atrás en el tiempo en Argentina y Latinoamérica, pero la lucha específica del sector de Bachilleratos populares tiene ese punto de emergencia histórica notoria y muy marcada. Surgen como iniciativa en contexto de crisis social económica de una gran pobreza en el país, para reconectar a las personas que habían quedado por fuera de la posibilidad de terminar los estudios secundarios en el ámbito educativo formal existente por las peculiaridades, como puede ser su ritmo de trabajo precario que le impone una falta de posibilidad de control de sus horarios, por cuestiones de índole familiar o de cuidado o de tener hijes, que dificultan poder mantener un ritmo de regularidad en cursadas y demás y también por dificultades económicas, estigmatización inclusive y distintos tipos de problemáticas como consumo problemático de sustancias o alcohol”

Migo le suma a modo de conclusión, que los Bachis “surgen como iniciativas destinadas a esas poblaciones en barrios populares, pero además con un objetivo político que es poner en juego un tipo de educación critica que repiense y problematice las prácticas educativas de enseñanza y aprendizaje, las relaciones de poder a la hora de construir conocimiento y que apueste fuertemente por lo colectivo en términos de las prácticas político pedagógicas. Pero además todo esto enmarcado en un horizonte de transformación social y como un aporte más entre otros en la construcción de poder popular”

Por su parte, Hugo reflexiona sobre los objetivos de la organización social al fomentar estos espacios y afirma “en el FOL venimos hablando de crecimiento cualitativo, venimos hablando de trascender la lucha económica hacia una lucha cada vez más política y debe incluir al conjunto, al colectivo. Creo que el cambio social se puede lograr a través de la construcción de poder popular y este poder popular no puede prescindir de la educación, una de las patas importantes sobre la que se levanta la sociedad”

“En este sentido podemos hablar de una educación que esté ligada a los intereses de nuestra clase y obviamente que estará en confrontación, en contradicción con los intereses del sistema capitalista a través del Estado, lo cual implica que siempre estemos dispuestos a luchar para lograr lo que necesitamos”. 

“La Educación popular a través de los Bachilleratos populares es una forma o un principio para ir construyendo la educación que necesitamos en vista de esa nueva sociedad donde no exista la división social, la explotación, la diferenciación social de todo tipo, la opresión y donde no exista la propiedad privada”. 

“Por eso esta educación no puede ser la reproducción de la educación tradicional, de la educación burguesa, que se reproduce cotidianamente a través de las instituciones dedicadas a eso. Por lo tanto, pensar una educación al servicio de nuestros intereses implica redefinir muchas cosas y a la vez estamos en el camino con nuestras historias, con nuestra mochila llena de educación burguesa que hemos recibido a través del Estado de este sistema. Por eso el desafío constantemente es un ir aprendiendo. De eso se trata, de que podamos prepararnos cada vez mejor para llevar adelante lo que tanto ansiamos”

Migo con respecto a las expectativas con este proyecto plantea que “al abrir este espacio seguiremos ese camino de lucha por su reconocimiento. Hay una organización que coordina y nuclea las reivindicaciones específicas de este sector que es la Coordinadora de Bachilleratos Populares en Lucha que es un espacio muy importante en esta historia porque ha permitido conquistar reconocimientos del Estado para poder otorgar títulos oficiales, salarios para docentes, becas para les estudiantes. En la Ciudad de Buenos Aires la coyuntura fue cambiando, sin embargo, se siguen abriendo nuevos bachilleratos”

Las expectativas de Hugo es la de “poder desarrollarnos territorialmente, poder llevar a la práctica esas ideas que nos mueven por el cambio social y construir ese poder popular implica un proceso. Como coordinar, articular con otros espacios organizados que estén viendo la salida a la situación crítica por el mismo lado. Como el cambio social no puede provenir de dos o tres personas, sino a través de la mayoría, apuntamos a trabajar sobre la conciencia en el FOL para ir mejorando formas de conocimiento hacia una lucha cada vez más política para transformar la realidad que nos toca vivir, la opresión, la marginación, la explotación, hacia una vida digna en la que podamos contar con todo lo que necesitamos en la manera en la que la necesitamos y para eso hace  falta ser constructor y constructora participe de ese cambio”

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Las mujeres de las fábricas recuperadas 

El jueves 3 se acercó una delegación de la Comisión de mujeres de Madygraf a La Nirva, fábrica recuperada que se encuentra de pie hace ya más de dos años. 

“Salimos a las 13:00 desde Garín rumbo a Lomas del Mirador, allí nos recibieron cálidamente las trabajadoras y comenzamos un recorrido por su planta, nos mostraron las líneas de producción y pudimos conocer varios trabajadores y trabajadoras, lxs indispensables, tal como lo sabemos en Madygraf, para hacer funcionar las máquinas y llevar el plato de comida a nuestrxs hijxs. 

Después del recorrido intercambiamos en ronda sobre la experiencia de cada una, sobre las peleas diarias que tenemos por delante, de la fuerza con la que contamos lxs trabajadores para poner en pie y sostener una gestión obrera, y demostrar todo lo que les laburantes unides y decidides podemos hacer. 

Entre todas resaltamos la importancia de unirnos a otras luchas y trabajadores, difundir nuestra historia y salir de los muros de las fábricas, y como mujeres salir a las calles este 8 de marzo por la defensa de nuestros derechos, porque la violencia machista también continúa ahí, junto a miles de otras trabajadoras, desocupadas, docentes y jóvenes. Sabemos por nuestra experiencia que eso nos da más fuerzas para seguir peleando y es una respuesta para los que no quieren que las gestiones obreras sigan de pie, para la defensa de los puestos de trabajo frente a la crisis en curso que sabemos traerá mayor desocupación y cierres de fábricas en el país bajo las condiciones que impone el FMI. 

El tiempo nos quedó corto para tanto por hacer y nos propusimos realizar un nuevo encuentro. Mientras, el camino lo seguimos haciendo juntas”. 

Mujeres se abren camino a la dignidad en fábrica cooperativa 

“Empezamos a hacer champús y jabones en la cocina de la casa de una compañera en 2017. Éramos cinco o seis chicas sin trabajo, buscando una salida colectiva, y hoy estamos acá”, dice Letsy Villca, entre las paredes blancas del amplio laboratorio de Maleza Cosmética Natural, una cooperativa que reúne en la CABA a 44 mujeres que apenas superan los 20 años. 

Maleza ha recorrido un largo camino en poco tiempo y actualmente produce 400champús y 600 pastillas de jabón semanales, además de cremas faciales y óleos para sacar el maquillaje, entre otros artículos. Se venden por todaArgentina a través de una plataforma digital propia y de otros canales de comercialización alternativos. 

El Ministerio de Desarrollo Social, como parte del programa de ayuda social focalizado en el apoyo a la Economía popular, dio un subsidio a Maleza que le permitió comprar los tubos de vidrio, termómetros, extractores de aceite, mesas de acero y el equipamiento de oficina que hoy ocupan lo que era un galpón desmantelado de una antigua fábrica. 

El lugar tiene 213 metros cuadrados y las chicas lo alquilaron en enero de 2021. 

Al salir de la cocina de una casa y llegar a un lugar espacioso, bien acondicionado y propio, lograron aumentar la producción en 500 % debido a las mejores condiciones de trabajo y a la posibilidad de acopiar materia prima. 

Para ello, durante tres meses de tarea de albañilería, las propias jóvenes reciclaron y reformaron la propiedad, que hoy tiene una sala reuniones, oficinas, baños, vestuarios y un gran laboratorio. 

“La maleza es la planta que se arranca del suelo y vuelve a crecer. Lo que es rechazado, pero resiste, porque es fuerte y siempre está surgiendo otra vez. Por eso elegimos el nombre”, explica Brisa Medina, de 22 años. 

Es que el proyecto va más allá de lo productivo: el laboratorio de la cooperativa es también un espacio de encuentro social y comunitario para pelear por derechos y generar conciencia colectiva. 

La instalación de Maleza está en el sur de la ciudad de Buenos Aires, en Villa Lugano, un barrio de fábricas y viviendas populares, lejos de las zonas más cotizadas de la ciudad. 

Las y los integrantes de la cooperativa -también hay dos varones- viven a unas 25 cuadras de la planta, en la Villa 20, uno de los asentamientos informales más grandes de la Ciudad, con más de 30 000 habitantes. 

La mayoría de quienes viven en la Villa 20 son inmigrantes bolivianos y paraguayos que trabajan como costureros para fabricantes de ropa en talleres precarios montados en sus propias viviendas. 

El oficio se transmite de generación en generación, igual que las duras condiciones de trabajo, a cambio de una retribución que es fijada de manera unilateral por los compradores, sin derecho a la negociación. 

“Nosotras queríamos hacer otra cosa: tener un proyecto que fuera propio, que nos gustara, con un lugar de trabajo digno, que nos permitiera estudiar y en el que pudiéramos aprovechar nuestros conocimientos, porque muchas fuimos compañeras en una escuela técnica química, pero es casi imposible conseguir trabajo”, cuenta Letsy, de 22 años. 

Al conocimiento técnico, que creció a través de distintos cursos después del colegio, las chicas de Maleza agregaron los saberes ancestralestransmitidos por sus familias, para fabricar cosméticos que no tienen químicos contaminantes y son producidos de manera amigable con el ambiente. 

“Yo veía desde chica que mi mamá preparaba y vendía yuyos medicinales y productos naturales. Ahí empecé a aprender”, recuerda Ruth Ortiz, que tiene 23 años y una hija de 4. 

Ruth agrega que el objetivo era fabricar un producto con el que se pudiera soñar con un horizonte de ventas masivas, ya que muchos en la Villa suman algunos ingresos cocinando pan o comidas, pero los venden solamente a los vecinos. 

“Apenas nos sentimos listas empezamos a ir a vender en ferias callejeras y fuimos mejorando los productos y el envasado de a poco”, relata. 

La cooperativa, reconoce, fue para muchas más una necesidad que una elección: “Es muy difícil conseguir trabajo para cualquiera, pero es más difícil para las de la Villa. Cuando una dice dónde vive, no te quieren tomar”. 

Ruth es la única integrante de la cooperativa que es mamá. De hecho, empezó a trabajar cuando su hija era un bebé de ocho meses. Muchas veces la lleva el laboratorio y entre todas se turnan para cuidarla, ya que justamente una de las premisas fundamentales de Maleza es que las mujeres puedan trabajar fuera de la casa, generen un ingreso propio y no queden atrapadas en la trampa de las tareas domésticas, sin remuneración. 

A Brisa, quien trabajaba como cajera en una peluquería, la dejaron sin trabajo en marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia de covid-19 y se ordenó el cierre de todos los comercios no esenciales en Argentina. “Maleza fue entonces mi salvación”, reconoce. 

Luego de la catástrofe socioeconómica del primer año de pandemia, 2021 fue en Argentina un año de recuperación económica, aunque marcada por una alarmante precariedad laboral: los datos oficiales dicen que se crearon el año pasado casi tres millones de puestos de trabajo, pero casi todos son de asalariados no registrados (1.329.000) y cuentapropistas (1.463.000). 

Los trabajadores informales o no registrados y los cuentapropistas o autónomos son, además, los más castigados por la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos, en una economía con una inflación que supera el 50 % anual. 

En ese escenario, Maleza busca una salida todavía difícil. Sus ingresos actuales alcanzan para pagar el alquiler del laboratorio más los servicios de electricidad, agua e internet y otros gastos del lugar, pero todavía no para pagar salarios a las integrantes. 

“Estamos buscando formas para bajar los costos y aumentar la rentabilidad. Si bien las ventas todavía no llegaron a los niveles que creemos que podrían llegar, estamos avanzando en la promoción y abriendo nuevos canales de comercialización, por lo que esperamos tener ganancias a mediados de este año”, sostiene otra integrante de la cooperativa, Julia Argnani. 

Hoy, Maleza está divididas en cuatro áreas de trabajo: administración, producción, comercialización y comunicación, que incluye el diseño y la administración de las redes sociales. Busca ser, además, una herramienta de potenciación de otras cooperativas sociales, ya que, por ejemplo, entrega sus productos en bolsas reutilizables fabricadas por otro grupo de mujeres. 

Todas las y los integrantes de Maleza tienen un ingreso fijo gracias a que son beneficiarias de Potenciar Trabajo, un plan para la inclusión socio-productiva y el desarrollo local administrado por el ministerio de Desarrollo Social. 

El programa reconoce a inscritos en el Renatep con la mitad del salario mínimo, vital y móvil vigente en Argentina, de 16.500 pesos (equivalente a unos 150 dólares oficiales), a cambio de una jornada laboral de cuatro horas. 

El Potenciar Trabajo, lo cobran actualmente 1.200.000 trabajadores informales, según los datos suministrados por el ministerio de Desarrollo Social. Su monto cubre apenas la cuarta parte del ingreso que necesita una familia de cuatro personas para no ser pobre, de acuerdo al instituto oficial de estadísticas (Indec). 

“Nuestro objetivo es también estar orgullosas de dónde partimos y mostrar que una cooperativa de mujeres como la nuestra puede hacer productos de calidad”, concluye Julia. 

Albañilas, construyendo relatos colectivos 

La experiencia de las Albañilas del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) de la localidad de Fiske Menuco-Río Negro, fue parte del panel “Construyendo estrategias alternativas para un hábitat justo” organizado por CISCSA Ciudades Feministas que se llevó a cabo de manera virtual. 

El panel fue el último encuentro de tres instancias del Seminario Taller Mujeres y Ciudades: (In)Justicias Territoriales. A partir de compartir las experiencias federales  de organización se abordó el Derecho de las Mujeres a las Ciudades y los Territorios. En este marco Katerinne, Yesica y Guillermina dieron a conocer el proyecto de Albañilas del FOL. 

Las compañeras plasmaron no sólo cómo se desarrolla Albañilas en el barrio popular de Alta Barda, Fiske Menuco, sino que también dieron a conocer las complejidades del contexto en el que se organizaron, las problemáticas a las que se enfrentaron y las potencialidades de la organización anticapitalista, antipatriarcal y antiracista en contextos como el que les toca atravesar. 

La exposición inició con la reproducción en vivo del trailer del corto documental “Albañilas” que estrenaron en mayo del año pasado. Guillermina comenzó por contar que la  producción de este corto buscaba presentar otra mirada que dispute dos ideas que están fuertemente arraigadas en el sentido común y que muchas veces los medios de comunicación hegemónicos refuerzan: “una de ellas es esta idea de división sexual del trabajo que rige toda la sociedad no solo la tarea de albañilería y, por otra parte, cuestionar otra idea del sentido común también muy reaccionaria, conservadora que tiene que ver con el lugar de las organizaciones sociales, las organizaciones populares en la sociedad. Tiene que ver con que quiénes nos organizamos en estos movimientos somos vagas, planeras, planeros, que no queremos trabajar”. 

Desde el trabajo concreto que realizan las Albañilas y el proyecto de desarrollo que propone el FOL en los barrios populares, buscan construir alternativas a este modelo de explotación que los coloca en el lugar del estigma a partir de esas ideas que proliferan en el sentido común. La compañera también explicó que lo hacen a través de la acción directa, la lucha callejera y de la puesta en práctica de principios socialistas, anticapitalistas, prácticas feministas, prácticas que no sean racistas y también prácticas democráticas, “nosotras trabajamos y luchamos y eso no está escindido porque muchas veces también nos sucedió que se aplaudía un montón Albañilas, y nosotras decíamos bueno somos las mismas que nos manifestamos en los municipios y seccionales provinciales. Esa es una idea integral en nuestras vidas y no estamos separadas las que trabajamos y las que luchamos. Somos las mismas personas que estamos en la calle reclamando y que a la vez en los territorios desarrollamos todas estas tareas que tienen que ver con lo comunitario”. 

Organizarse en barrios populares implica pensar y realizar su tarea de manera situada, es decir, partir de las necesidades específicas de su sector y comunidad. “Lo que nos trae a este seminario también es una enorme injusticia territorial, que es lo que se viene mencionando y también una agudización que se viene dando en el último largo período de años de la precarización de la vida en general, no sólo en las condiciones laborales sino en el conjunto de la vida. Nos parecía importante mencionar que en Argentina actualmente cerca del 50% de la población se encuentra  por debajo de la línea de la pobreza, y un dato muy fuerte es que 6 de cada 10 niñes son pobres en Argentina. Este es el contexto social en el que Albañilas se desarrolla. Y por el cual nos parece fundamental organizarnos”. 

Otra cuestión de la que habló Yesica fue de la feminización de la pobreza que se ha profundizado en el último tiempo y de las condiciones que tienen que atravesar las mujeres del sector desocupado: “La mayoría somos madres solteras precarizadas que al aprender este oficio y tener un espacio en la casita del FOL para poder llevarlo a cabo es muy gratificante. Por eso lo recalco como un logro para nosotras. Contando también que la orga acá en Fiske es más del 80% mujeres. En estos barrios en los que está el FOL solemos estar a la periferia del centro. Una mujer que es nacida y criada en los barrios y que en la mayoría de las oportunidades le tocó ser mamá joven. Suelen ser desplazadas de la familia o de la misma pareja que nos dejan a la deriva. Que aparezcan organizaciones así como el FOL con compañeras que nos entienden que estuvieron en la misma, que te ayudan, que te apoyan, que te escuchan, que te comprenden son las mismas que te impulsan a crecer”. Pero también profundizó en aquello que planteaba Guillermina sobre los estereotipos de géneros que rigen la distribución de tareas productivas, retomando los dichos con los que se encuentran nuestras compañeras Albañilas cada vez que dicen a qué se dedican, “las compañeras hablan mucho de los dichos, de lo que les dice la gente cuando se enteran que están trabajando de albañilería, justamente cumplen el trabajo que muchos varones suelen hacer. Voy a remarcarlos: que ese trabajo es sólo de hombres o que ese trabajo no lo pueden hacer como lo hacen los albañiles hombres. ¿Por qué recalco esto? Lo hago porque está más que claro, y lo bueno es visibilizar que nosotras también podemos hacerlo, que no es un trabajo de un solo género, que no nos hace menos mujeres ni más masculinas el emprenderlo. Que nos da la valentía de poder encarar algún empleo nuevo de características similares. También es una forma de abrir un abanico de posibilidades para las compañeras”. 

En este sentido Katerinne dijo que las mujeres estamos casi siempre sumergidas en el “vos no podés” que viene del otro y reforzó “como todas sabemos, es muy conocido que la sociedad es patriarcal, nos encapsula a las mujeres a la casa, a tareas de hogar y cuidado de niños y es por eso que ser protagonistas de este hecho es un gran progreso. Luchamos por la dignidad laboral. Por eso es de gran importancia que se den estas oportunidades, que se visibilice como mujeres independientes y capaces. Todo esto está en proceso, y es un proceso lento que se ve afectado por diferentes condiciones a las que nos vemos sometidas a la hora de llevar a cabo nuestro trabajo.” 

Por otro lado, la compañera explicitó dos de los conflictos más grandes que enfrentan las zonas de sacrificio y extractivismo, el acceso a vivienda y tierras y el acceso a agua potable. Según relató Katerinne la tarea de albañilería surge a partir de la necesidad y el derecho a una vivienda digna y el agua como recurso indispensable para construir, pero también para vivir “se nos es administrada a través de camiones cisternas los cuales muchas veces no pasan, o si no estás no te deja agua. Entonces nos vemos obligadas a tener que ir hasta el canal de riego a buscar agua en tanques, llenado de manera manual, terminamos mojadas muchas veces. Hay bajas temperaturas y eso daña las condiciones físicas. En cuanto al agua para beber tenemos que llevar nuestras propias botellas. Allá colectivamente juntamos botellas para poder hacernos un té y compartir por el frío. Nosotras consideramos que el agua es un bien común y tenemos derecho a ella, sin embargo, hay autoridades que nos privan de tal derecho. Por eso consideramos la importancia de organizarnos, luchar y hacernos visibles”. 

Las tres resaltaron la importancia de la organización y la potencia colectiva para que se escuchen sus reclamos y se garanticen sus derechos como sector siempre postergado. Pero también la importancia del trabajo comunitario como espacio de acompañamiento, de encuentro y construcción de lazos solidarios que las inviten a formar entramados que las contengan a todxs.  “Mis compañeras lo dicen en el corto, ellas han salido de cosas tormentosas, ha sido un crecimiento para cada una y grupalmente el avance del trabajo en equipo. Aprendimos a debatir las cosas que pasan, nos ayudamos mutuamente a tener voz y a decir lo que opinamos constructivamente. Es esperanzador trabajar y compartir dentro de esta orga que es el FOL” dijo Yesica. 

En este sentido Katerinne también expresó que “Albañilas es un grupo de mujeres como pudieron observar que actualmente está construyendo el establecimiento principal del FOL o como le decimos nosotras la casita del FOL. Esta es principalmente para guardar mercadería, nuestras herramientas y allí se realizan determinadas actividades como comedor y merendero. Acá es donde radica la importancia de la construcción de esta casita, además sumado al valor de que sea realizado por los propios integrantes del FOL y en su mayoría mujeres”. 

Sobre la experiencia de participar en este tipo de instancias Yesica comentó que “es importante que vayamos ocupando estos espacios, ya que por un lado, beneficia a la organización, para de alguna forma mostrar lo que hacemos dentro de ella y lo que ella impacta en nosotrxs  y, por otro lado, damos a conocer el apoyo que tenemos a romper con estas desigualdades e injusticias en el mundo actual”. 

Katerinne por su parte resaltó los intercambios y caminos en común que van tejiendo con otras organizaciones: “Creo que la importancia radica en compartir algunos sentimientos y vivencias con otres que también se organizan de la misma manera y llevan adelante trabajos de construcción. Saber que no estamos solas, saber que así como nosotras hay muchas mujeres más”. 

Las compañeras compartieron el panel con otras organizaciones que proponen una mirada crítica sobre la situación de las mujeres y los territorios desde perspectivas anticapitalistas y populares, la Asociación Civil Madre Tierra de Morón, el Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales de Tucumán y el Centro Cultural de la Cooperación de CABA. 

«Sin lugar para prácticas punteriles y opresivas» 

Comunicado de la Coordinadora por el Cambio Social

09/03/2022 

Desde el momento en que conformamos la Coordinadora por el Cambio Social adoptamos las consignas del Feminismo y contra el Patriarcado. Para nosotres no es una frase vacía: sintetiza años de construcción en el movimiento popular junto al propósito de aportar a un cambio social hacia una sociedad sin explotación ni opresión, lo que supone tirar abajo el capitalismo y el patriarcado y, por supuesto, desterrar de nuestras organizaciones las prácticas machistas, patriarcales, autoritarias y opresivas que el sistema nos inculca para perpetuarse. 

Hace ya varies días tomamos conocimiento de graves denuncias contra Diego Ayala, dirigente de Izquierda Latinoamericana Socialista, organización que integra la Coordinadora. Autocríticamente podemos decir que si bien existían dificultades para franquear  e intentar superar en debates políticos, no advertimos la raíz profunda de su estructuración como organización. Esta organización se sostiene con métodos punteriles y opresivos. Además las dificultades se agravan por la forma en que se manejó Ayala a espaldas del debate colectivo en el seno de la Coordinadora. 

Estas denuncias, que fueron realizadas y hechas públicas por compañeras que son o han sido parte de esa organización, comprenden acosos y abuso sexual (incluso de una niña de 14 años), amenazas reiteradas, violencia psicológica y abuso de poder, y manejo indebido de recursos. Todos estos procederes no son acordes a las prácticas y principios políticos de las organizaciones que conformamos  la Coordinadora y tampoco de les compañeres que integran el Movimiento de los Pueblos, el cual es parte de esta Coordinadora por el Cambio Social y del que era parte, Izquierda Latinoamericana Socialista. Tampoco lo son seguramente de la mayoría de las organizaciones que luchamos por una sociedad socialista y anti patriarcal. 

Ante las diferencias políticas, los problemas internos o las denuncias de algunes de los integrantes de Izquierda Latinoamericana Socialista, la respuesta de Diego Ayala fue siempre la baja de programas de asistencia y/o de provisión de mercadería a las personas afectadas, lo que se evidencia como una práctica que sería habitual en esa organización como método de “disciplinamiento”. 

Por esto mismo, en primer lugar no ponemos en duda la palabra de las compañeras denunciantes, y no podemos menos que adoptar medidas acordes a las graves denuncias, que además de ser ejemplificadoras, resulten una reparación y una protección concreta a las compañeras afectadas y a las denunciantes. A pesar que las denuncias se hicieron públicas, y en algunos casos en los juzgados correspondientes, la dirección de ILS no ha estado a la altura de la gravedad de las mismas. Por el contrario, se buscó por todas las maneras posibles justificar y encubrir las situaciones planteadas. 

En ese sentido, resolvemos: 

. Expulsar no solamente  a su responsable nacional, Diego Ayala, sino también  a Izquierda Latinoamericana Socialista del Movimiento de los Pueblos. 

. Desconocer los eventuales resultados de una supuesta Comisión investigadora integrada sólo por miembros actuales de ILS, en vista de la actitud justificadora de Diego y que ayuda a re victimizar a las denunciantes asumida hasta el momento por integrantes de la conducción de ILS. 

. Disponer los procedimientos necesarios para evitar nuevas intimidaciones que impidan la libre expresión de quienes necesiten formular denuncias. 

. Disponer los medios necesarios para contener y apoyar a las compañeras y las familias afectadas en estas últimas denuncias. 

. Disponer la suspensión de cualquier tipo de sanción (baja de programas o de provisión de alimentos) a todes les compañeres de ILS. 

. Responsabilizar a Diego Ayala  y a quienes hayan operado como cómplices  de sus abusos, de cualquier hecho intimidatorio y amenazante, que pueda afectar a las compañeras y las familias involucradas. 

Coordinadora por el Cambio Social 

MDP (Frente Popular Darío Santillán – Corriente Plurinacional / Movimiento 8 de Abril / Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social) FOL- Frente de Organizaciones en Lucha/ FOB Autónoma- Federación de Organizaciones de Base- Autónoma/ FAR y COPA en Marabunta/ OLP Resistir y Luchar/ Igualdad Social. 

Fuentes: Agencia Tierra Viva, Resumen Latinoamericano, La Izquierda Diario, Tiempo Argentino, Prensa del FOL, Canal Abierto 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.