1. Si casi enloquezco al escuchar los cientos de «spots» del INE en marzo (intimidándome a votar) en la retrasmisión por radio del programa de Carmen Aristegui (que era lo único que escuchaba), hoy que -según se hizo público- me amenazan con 11 millones de «spots» de partidos en campaña, debo asegurarme que ningún medio […]
1. Si casi enloquezco al escuchar los cientos de «spots» del INE en marzo (intimidándome a votar) en la retrasmisión por radio del programa de Carmen Aristegui (que era lo único que escuchaba), hoy que -según se hizo público- me amenazan con 11 millones de «spots» de partidos en campaña, debo asegurarme que ningún medio (ni radio ni TV) esté prendido en la casa por todo el tiempo que duren las campañas. Y no es que sea «un viejo cascarrabias»; al contrario, me siento muy consciente de no ver y escuchar cosas que sé que lesionan la economía del país, en particular la vida del 80 por ciento de la población que tienen miles de necesidades mientras otros despilfarran -como dice el especialista Jorge Alcocer- 37 mil millones de pesos (no 37 millones) en unas elecciones intermedias, es decir, en un «chistecito» electoral.
2. Alcocer parece haber dedicado los 10 ó 15 años recientes al estudio de estos asuntos electorales, pues incluso fue del IFE y subsecretario de Gobernación. Señala con precisión que 22 mil millones de pesos son del gasto federal y 15 mil millones del gasto local. Dentro de ello globaliza el subsidio a los partidos políticos que ahora son 10: PRI: 1,376; PAN: 1,158; PRD: 886,1; Verde (que es el mismo PRI): 444.7, etcétera. Pero además de esos miles de millones, se esconden miles de donaciones de particulares a cambio: «Te presto un avión, helicópteros, automóviles, hoteles para la giras y autobuses para acarreo de la gente, así como despensas, regalos y comidas». ¿Cuántas imprentas para asegurarse futuros contratos ofrecen hechura de carteles, pancartas, mantas, letreros, bolsas, cachuchas, revistas de propaganda política?
3. Un especialista en publicidad decía: me puedo dar una idea de cuánto está gastando cada candidato en su campaña política de 2012. Mi estimado de la tarifa que Televisa maneja por un Spot en el horario de las nueve de la noche en televisión abierta nacional, va desde 1.501,300 pesos (un millón quinientos un mil trescientos pesos). Repito, un solo spot está en esa cantidad. Ahora multipliquen el número de spots que ven a diario de cada candidato por esa cantidad; súmenle unos doscientos mil pesos aproximadamente por cada spot que esté fuera del rango de dicho horario. Al gasto económico por día; vuélvanle a sumar el gasto de la renta de los espectaculares (100 mil pesos por día) más periódicos (50 mil pesos por día) más todos los espacios publicitarios que me faltaron. Estamos hablando (por día) de más de 2 millones de pesos. Durarán 90 días al aire.
4. Está probado que los dos partidos (PRI y PAN) que más gastan obtienen más diputados, senadores, gobernadores y presidentes de la República. Más de mil millones de subsidio más lo que reciben en «préstamo solidario» en las 32 entidades, representan muchos millones de votos comprados. ¿Qué decir de las cientos de miles de tarjetas de grandes centros comerciales, como Soriana, Wall Mart o Chedraui, que reparten los partidos grandes para comprar votos? La realidad es que las elecciones en México desde hace 30 años son idénticas a las grandes fiestas electorales donde los mítines son una pachanga, una gran fiesta, en la que intervienen artistas, payasos, rifas y todo aquello que distrae a la gente, tal como sucede en los EEUU, Alemania y otros lugares de Europa.
5. En alguna ocasión se planteó que las campañas electorales servían o serían para educar política e ideológicamente a la gente de modo que cada vez haya un pueblo con altos niveles de conocimiento y así pueda autogobernarse. Nada de eso sucedió; se registró lo contrario porque los partidos políticos -al ser instrumentos del empresariado y el capitalismo- sólo dedicaron sus campañas políticas para corromper más y más a la gente. Se vislumbra que -dada la gigantesca penetración de la televisión en el 90 por ciento de los hogares, las campañas en los estados no sean necesarias ni tengan que ser formales, y toda ella se desarrolle por TV y radio con lecturas de discursos o la simple cara del candidato.
6. Hace varios años -recuerdo incluso haber publicado un artículo al respecto- se informó que los partidos gastaban el 80 por ciento de su presupuesto de campaña, en la televisión. Creo que fue en 2005 porque incluso López Obrador quiso probar en sus primeros meses de campaña que no la necesitaba e, incluso compró tiempos a las cinco y seis de la mañana. Luego se probó que no era un problema de publicidad; sino de que por consigna AMLO no podría llegar la presidencia por ningún motivo porque era «un peligro para México». Y así ha sido en México: cuando la clase gobernante y empresarial deciden al sucesor -porque en años anteriores hizo su trabajo- las elecciones y el voto sólo sirven para legalizar lo antes decidido.
7. Después de la reforma electoral de 1977 he visto a 50, 100, ó 150 diputadillos de la llamada «oposición» o «de izquierda» quejándose -como si no lo supieran- de que los «mayoritean» en los congresos por los del PRI y el PAN. Hoy parte de ellos forman ya «el pacto por México» y formarán parte de la mayoría aplastante de siete partidos contra Morena, PT y MC. ¿Recuerdan mis amigos que en 1964 se inventaron los llamados diputados de partido y que estrenaron la cámara 20 diputados del PAN, 10 del PPS y cinco del PARM, que adornaban el recinto contra unos 150 diputados del PRI que determinaban todo? Desde hace 51años veo lloriqueos pero con lágrimas doradas con los insultantes salarios de los legisladores.
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