Recomiendo:
0

Las muy atípicas manifestaciones del 15 de noviembre

Fuentes: Rebelión

1. Las marchas convocadas en Ciudad de México y otras del país para el 15 de noviembre con la etiqueta «Generación Z» aprovecharon el descontento espontáneo y legítimo causado por el ambiente de inseguridad en todo el país y por el creciente autoritarismo de los gobiernos de la autodenominada «Cuarta Transformación», para sacar a la calle a decenas de miles de personas con motivaciones y objetivos diferentes.

2. Aunque la convocatoria era aparentemente anónima, emanó de grupos específicos que usaron medios de difusión masiva —destacadamente Televisión Azteca, de Ricardo Salinas Pliego—, influencers, redes sociales y grupos de WhatsApp para convocar, específicamente a los jóvenes, utilizando esta vez símbolos emblemáticos familiares a los adolescentes y adultos jóvenes, que, sin embargo, no fueron el grupo etario predominante en las manifestaciones.

3. Las marchas del 15 de noviembre comenzaron a convocarse, incluso a través de la televisión, desde el mes de octubre, antes del asesinato del presidente municipal de Uruapan Carlos Manzo Rodríguez. En la televisora de Salinas, con anticipación, ya se hablaba de la marcha del 15 de noviembre como de la “Generación Z”; por ejemplo: https://n9.cl/b2j4zo. Luego, usaron ese trágico acontecimiento como una bandera y un detonador para ampliar la convocatoria, pese a que la viuda de Manzo, ahora presidenta municipal de esa demarcación michoacana, se deslindó de la marcha y anunció que su movimiento político-social, identificado como “del Sombrero”, no asistiría. El viernes 7 de noviembre se habían manifestado en Uruapan decenas de miles en protesta por el crimen y en demanda de seguridad y alto al ambiente de criminalidad en la región.

4. Toda convocatoria a una manifestación, debiera ser claro, emana de grupos particulares de interés (gremial, económico, social, político, partidario). Etiquetas ambiguas como «sociedad civil», “Marea Rosa” o, en esta ocasión, «Generación Z», que no refieren a ningún grupo específico, son por naturaleza engañosas y tienden a la manipulación. No aparecieron en las movilizaciones del sábado 15 las demandas legítimas levantadas por capas amplias y de la población, como la jornada de 40 horas, democracia sindical, la mejoría de los servicios de salud y educación, apoyos al campo, presentación de los desaparecidos o la solidaridad con el pueblo palestino.

5. La composición social variopinta de los manifestantes no es lo que da su caracterización a un movimiento. Al igual que en un partido u organización política, el agrupar a masas populares no refiere su verdadera naturaleza. Partidos de derecha, conservadores, populistas, fascistas, etc., logran atraer a segmentos de las clases trabajadoras en función de su discurso de salvamento, particularmente en situaciones de crisis.

6. La integración heterogénea de la convocatoria dio tanto para consignas legítimas y sentidas como la de la recuperación de la seguridad y alto a la tolerancia y complicidad con las bandas delincuenciales, como para tendencias desestabilizadoras y grupos fascistoides —que se hicieron presentes, aunque minoritarios— que buscan avanzar en sus propósitos entre la población. En las convocatorias al 15 de noviembre, entre otras cosas, se señalaba no llevar banderas palestinas; pero sí figuraron banderas nazis, emblemas fascistas, supremacistas y ultranacionalistas. Aparecieron pintas con mensajes claramente misóginos y antisemitas contra la presidenta Sheinbaum y pancartas invitando a la intervención del gobierno estadounidense. Los personajes políticos identificables que participaron o la promovieron —como Vicente Fox, Claudio X. González, el economista Arturo Herrera, los autores del portal La Derecha Diario y otros— deberían aclarar los alcances que esperaban de esta movilización. Los dirigentes de Somos México, como el ex perredista Guadalupe Acosta Naranjo y Emilio Álvarez-Icaza, que aspiran a constituirse como partido político nacional, han salido a denunciar la represión policiaca, pero no se hacen cargo de la infiltración a la marcha por grupos de provocación.

7. La ambigüedad de la convocatoria no hace necesariamente a los convocantes responsables de los hechos de violencia en el Zócalo, pero sí de haber propiciado una movilización descontrolada que facilitó la infiltración de los grupos de choque que ahí actuaron. El periodista Alejandro Meléndez reportó para el portal Julio Astillero: «Tengo 30 años cubriendo protestas y esta vez no fue el Bloque Negro». Se percató de provocadores de otros grupos, incluso de la delincuencia organizada que se identificaron como tales y amenazaron a los policías. De ser cierto, la policía de la capital enfrentó en las vallas frente al Palacio Nacional a sicarios entrenados y preparados para generar el caos. https://n9.cl/h6fix8.

8. La reacción de la policía, con gases, balas de goma y cargas contra la multitud fue desproporcionada, afectando a muchos manifestantes no violentos, lo que está siendo aprovechado por el discurso de la derecha para destacar el carácter represivo del gobierno federal y el de la ciudad de México. Manifestantes del 15 de noviembre pacíficos, no involucrados en agresiones a los policías, fueron detenidos en el Zócalo, incluso con brutalidad, por los agentes de orden y están ahora sujetos a prisión preventiva oficiosa. ¿Quieren tener Claudia Sheinbaum Pardo y Clara Brugada sus presos políticos al estilo diazordacista? La Comisión de Derechos Humanos de Ciudad de México ha empezado a intervenir en esclarecer las detenciones; no así la CNDH, que, como siempre, se encuentra desaparecida ante este tipo de acontecimientos.

9. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyos gobiernos en el pasado fueron responsables de tantos crímenes de Estado y formas de represión a la disidencia y la protesta social, ahora aparece ofreciendo defender a los detenidos el 15 de noviembre tratando de mejorar su imagen ante la sociedad a la que tanto ha agraviado, también, con su corrupción del presente.

10. La exhibición de uno de los influencers convocantes a la marcha “de la Generación Z” como contratista del Partido Acción Nacional es una punta de hebra del entramado por el que la derecha radical se enmascara para llegar con mensajes engañosos a grupos más amplios de la sociedad a los que quiere encauzar.

11. Los mismos grupos interesados en la manifestación del 15 convocaron a salir nuevamente a las calles el 20 de noviembre, como una acción desestabilizadora que obligó a modificar la ruta del desfile cívico-militar en el Centro Histórico de la ciudad por el aniversario de la Revolución Mexicana. La respuesta social ha sido menor, casi nula, dados los antecedentes de violencia suscitados el sábado anterior, pero da cuenta de la persistencia de construir una oposición sobre identidades y consignas engañosas.

12. Los grupos organizados y ciudadanos progresistas no tienen lugar en este tipo de movilizaciones, amorfas pero capitalizables políticamente, que carecen de un programa de mejora social o transformación política. Pueden ser manipuladas por la oposición derechista, e incluso fascistoide, que pretende atraer especialmente a sectores de jóvenes auténticamente indignados con las condiciones actuales del país.

Eduardo Nava Hernández. Politólogo – UMSNH

X: @ednava7

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.