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Las rejas del capitalismo opresor no matan, pero sacudirlas buscando derribarlas da fortaleza

Libertad a maestros CNTE

Fuentes: Rebelión

1. Me imagino a mis cuatro camaradas de la Coordinadora de maestros (CNTE) tras las rejas de la prisión capitalista sacudiéndolas con furia. ¿Cuántas rejas no hemos sacudido en nuestras batallas en Gobernación, en calle chivatito de los Pinos, en el Zócalo, frente a Palacio, en la avenida aeropuerto y decenas de lugares donde las […]

1. Me imagino a mis cuatro camaradas de la Coordinadora de maestros (CNTE) tras las rejas de la prisión capitalista sacudiéndolas con furia. ¿Cuántas rejas no hemos sacudido en nuestras batallas en Gobernación, en calle chivatito de los Pinos, en el Zócalo, frente a Palacio, en la avenida aeropuerto y decenas de lugares donde las fuerzas armadas con sus caballos, perros, armas, gases pimienta y lacrimógenos, han querido impedirnos el paso? ¿Cuántas rejas hemos echado abajo en las calles del DF, Oaxaca, Monterrey, Morelia, Guadalajara, Mérida, Cancún, haciendo correr a los represores mientras nos arrojan gases lacrimógenos, manguerazos de agua, pintura y hasta balas para dispersarnos y hacernos retroceder?

2. Nunca los gobiernos asesinos y sus perros, jueces o policías, han contado con argumentos acusatorios contra los presos políticos de izquierda. Jamás podrán acusarlos de robo, de despojo, de delincuencia ni nada; se nos podrá acusar de resistencia, repudio, protesta, oposición, burlas e «insultos» a la autoridad burguesa establecida, nada más; pero son acusaciones políticas lógicas frente a enemigos de clase. ¿Qué hicieron nuestros cuatro maestros y que hacen los otros cincuenta perseguidos? Poner en riego su libertad y vida en defensa de la educación nacional ante un gobierno que se la entrega al sector privado para hacer negocios. Esto el gobierno lo silencia para que el pueblo no se dé cuenta del enorme valor de los luchadores presos.

3. Al ratito habrán apresado a otros maestros que se hayan distinguido en sus batallas en las calles; buscarán acusarlos de cualquier invento policiaco con el apoyo de abogados transas, con el fin de desprestigiarlos; pero eso fortalecerá la conciencia y la lucha social acercando más nuestro triunfo. ¿Puede algún alto funcionario (al estilo Chuayfet, Nuño, Peña) compararse con el prestigio que tienen los maestros con sus alumnos, padres de familia y comunidad? ¿Por qué será que los diputados, senadores, gobernadores, secretarios de Estado, presidentes, jueces, policías, en México son sinónimos de corrupción? A los maestros de la CNTE sólo se les puede calificar de rebeldes, de luchadores sociales, de comprometidos con su pueblo.

4. Los tontos capitalistas del gobierno y empresarios creen que metiendo a prisión a los líderes campesinos, obreros, maestros, pueblo, van a acabar con las manifestaciones y protestas. Son tan de poco entendimiento que no se dan cuenta que cuando se llega a ese grado de prohibir que la gente salga a la calle para patentizar su descontento, es que estamos ya muy cerca de levantamientos de mayor magnitud. Yo les diría: «Gracias opresores inexpertos, sigan por ese camino porque por allí se van directo al despeñadero». Como gobernantes fascistas, les falta recoger en cada estado de la República a unos mil rebeldes más.

5. Ni Hitler, ni Pinochet, ni Videla, tomaron el camino del diálogo porque «nada tenían que dialogar con gente que estaba en desacuerdo con ellos». Construyeron su «verdad» y «nadie podía tener la razón sobre ella». Hoy esos personajes multi asesinos siguen hirviendo entre llamas, aceite, alcohol y estiércol. Ese debería ser el «destino» de esos poderosos defensores del capital que reprimen, encarcelan y asesinan al pueblo. ¿Cuántos gobernantes en México han endeudado al país, han hecho más grandes la distancia entre las clases sociales, han profundizado el desempleo y la inseguridad, y se han salvado de eso que llaman en México del linchamiento del pueblo que está hasta la madre de ellos?

6. En México sólo deberían estar en la cárcel los llamados delincuentes de «cuello blanco», es decir, ex banqueros, ex gobernantes, ex saqueadores del país, sino también los actuales que ejercen muy bien esa misma tarea. Los «presos comunes» de origen pobre, que son el 90 por ciento, deberían estar trabajando en la ciudad o el campo con un salario decoroso, junto a su familia. Los presos políticos de izquierda, al estilo de los profesores de la CNTE, deberían estar en sus escuelas, en la calle o en las plazas debatiendo proyectos y programas políticos, económicos, educativos, para ayudar a poner de pie al país. En México se necesitan ideas del pueblo que transformen de manera radical e este país y al mundo que están de cabeza.

7. Los compañeros de la CNTE ya tenemos ahora una tarea prioritaria: sacar de la cárcel a nuestros compañeros y fortalecer mucho más la lucha social para evitar que otros profesores y luchadores sociales sean encarcelados. Hay que acordar en serio con otras organizaciones de izquierda honesta y luchadora el apoyo mutuo ante el neofascismo que busca fortalecerse en México tal como ha sucedido en otros países. Contrario a los que piensan que la burguesía mexicana y el imperialismo están a punto de derrumbarse, hay que decir que históricamente sí, pero todavía tienen mucha fuerza para reprimir, encarcelar y asesinar. Pero nosotros somos más poderosos si conseguimos unir nuestras fuerzas. ¡Libertad a luchadores sociales presos!

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.