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Las páginas web sobre Cuba no dejan de deparar sorpresas

¿Libertarios en Cuba?

Fuentes: Perspectivas en movimiento

Supuestamente existe un movimiento libertario, anarquista, en Cuba «por la libertad, la justicia social y el socialismo libertario». Estaría agrupado en el denominado Movimiento Cubano Libertario (MLC), y aunque se declara sucesor y continuador de la lucha social iniciada en el siglo XIX ante la opresión colonial y la intervención imperialista norteamericana, sus consideraciones sobre […]

Supuestamente existe un movimiento libertario, anarquista, en Cuba «por la libertad, la justicia social y el socialismo libertario». Estaría agrupado en el denominado Movimiento Cubano Libertario (MLC), y aunque se declara sucesor y continuador de la lucha social iniciada en el siglo XIX ante la opresión colonial y la intervención imperialista norteamericana, sus consideraciones sobre el régimen socialista actual no difieren ni una coma de los manifiestos de la extrema derecha de Miami.

Califican de fascista al gobierno cubano, y adornan su discurso con soflamas incendiarias propias de la literatura anarquista. Con tiempo y con ganas se podría debatir de ideología y de las cuestiones que plantean. Pero para ello haría falta un poco de honestidad intelectual, algo de lo que el administrador de esta página, Frank Fernandez, carece por completo.

Fernández, nacido en La Habana en 1930, es un exiliado de Miami que se denomina historiador y que hace años fundó en esta ciudad la revista «Guángara Libertaria». El ‘salto a la fama’, por denominarlo de algún modo, de esta publicación tuvo lugar en 1982 cuando salió en defensa de la dictadura militar argentina durante la guerra de las Malvinas.

También en Miami se encuentra el contacto del MLC que, por lo observado al hacer una búsqueda en internet, despierta tantas simpatías entre círculos anarquistas como entre publicaciones digitales del exilio más reaccionario. Incluso fueron invitados por el Movimiento Cubano Unidad Democrática, con sede en Washington D.C., al encuentro realizado en Madrid en octubre pasado. En la lista de ilustres aparecían junto a grupos terroristas de Florida, partidos de extrema derecha y organizaciones financiadas por la CIA, entre otras.

¿Los extremos se tocan?

Resulta curiosa esta cercanía táctica entre supuestos extremoizquierdistas y fascistas escondidos bajo una lluvia de siglas. Pero no lo es tanto si atendemos a las declaraciones de Fernández el Pope.

En primer lugar no tiene la certeza de que existan anarquistas en Cuba, «sin duda alguna tiene que haber embriones libertarios en Cuba, pero masivamente es imposible». Supone que tiene que haber, como supone que el cubano es alegre y belicoso, «un cubano se puede sentar contigo a tomar un plato de sopa, pegarte dos tiros en la cabeza y seguir tomando sopa». No demuestra tener mucho conocimiento, ni mucho respeto, de qué ni cómo piensan los cubanos de Cuba. Y extrapola su visión divertida y violenta del exilio cubano de Miami, para descalificar a quienes residen en la isla.

Pese a denominarse anarquista, no cree en las revoluciones y manipula la historia a su antojo: «Ningún pueblo se ha alzado por el pan todavía. Ese cuento chino de las tomas del palacio de invierno y de la toma de la Bastilla es un cuento y lo sabemos bien. No hay revoluciones, aunque sí haya habido revueltas».

Valora positivamente la transición española, pasando por alto que no fue más que la adaptación de una monarquía heredera del franquismo, aunque inaplicable en el caso cubano pues «los cubanos no somos españoles y estamos a 90 millas del yanqui». Dando a entender que él es uno más de los habitantes de la isla.

Razones de peso le llevan a elegir capitalismo frente a socialismo, pues al fin y al cabo ahora en los países de la Europa del Este «hay anarquistas». Estos regímenes de capitalismo salvaje son denominados por Fernández como «sistemas semi-democráticos», y se muestra partidario «de la semidemocracia, de la seudolibertad de los dos partidos políticos, porque te da cierto espacio político para poder destruirlo o cambiarlo y el otro no». Incluso en el sistema norteamericano, que no debe ser tan malo como lo pintan los comunistas, «a los anarquistas nos tratan como a medio locos, extravagantes, pero es parte de la mentalidad norteamericana, pero existimos».

Sus peregrinos planteamientos le llevan a afirmar que para huir del sectarismo, donde reconoce encontrarse, hay que escuchar a «mucha gente en el mundo con ideas interesantes que no son anarquistas, que comparten nuestras ideas». ¿Se refiere a sus compadres de Miami?

http://perspectivas.wordpress.com/