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López Obrador dará en el trasero a los Calderón, Mouriño, Beltrones, Gamboa y Creel

Fuentes: Rebelión

  1. Por los medios de información se difunde con amplitud que López Obrador ha caído vertiginosamente en popularidad por la inmensa corrupción perredista y por dedicarse a boicotear el trabajo del presidente ilegítimo Felipe Calderón. Sin embargo, después de observar las dos grandes concentraciones del los días 18 y 25 en el Zócalo de […]

 

1. Por los medios de información se difunde con amplitud que López Obrador ha caído vertiginosamente en popularidad por la inmensa corrupción perredista y por dedicarse a boicotear el trabajo del presidente ilegítimo Felipe Calderón. Sin embargo, después de observar las dos grandes concentraciones del los días 18 y 25 en el Zócalo de la Ciudad de México y la respuesta que los asistentes dieron a sus mensajes (llamando a extender la protesta social contra la privatización del petróleo en todo el país) se puede probar que esta batalla se extiende y se profundiza. Los priístas tienen que pensar dos veces si van a traicionar 50 años de nacionalismo de su partido y si vuelven a enredarse con el gobierno del PAN como lo hicieron durante el desafuero. Parece que AMLO va con todo y ha logrado sumar a su lucha a la opinión pública nacional que no está dispuesta a perder su patrimonio para que el gobierno cumpla sus compromisos privatizadores.

2. Durante la reunión privada, previa a la sesión en la cámara de senadores, Beltrones se refirió al tema AMLO y advirtió muy preocupado a los integrantes de su grupo parlamentario que «no pueden desestimar el significado de la concentración llevada a cabo un día antes (martes 25) en el Zócalo, ya que las movilizaciones han prendido » . Es evidente, les dijo, que López Obrador busca crear inconformidad «por la supuesta privatización del petróleo formando comandos» para llevar el país a la inestabilidad y volver a posicionarse políticamente con miras a 2009 y 2012. En ese contexto, agregó Beltrones, el PRI no puede dar la imagen de un partido colaboracionista, sino de una oposición razonada. A partir de tal razonamiento el PRI ha emplazado al presidente Calderón exigiéndole que presente su proyecto de reforma sobre la privatización petrolera y que, en caso de no hacerlo en estos días, el PRI se encargará de realizarlo.

3. PAN y PRI están aterrorizados porque las movilizaciones lópezobradoristas programadas contra la privatización del petróleo «han prendido». Les disgusta que un núcleo de prestigiados intelectuales (Pitol, Del Paso, Poniatowska, Monsiváis, Pacheco, etcétera) se presente unidos para apoyar la batalla contra la privatización y que miles de mujeres se hayan organizado en «comandos» para bloquear carreteras e instituciones si el gobierno decide avanzar hacia la privatización. Por primera vez la dirigencia de AMLO ha planeado las acciones que hace mucho debieron poner en práctica y esta oportunidad debe ser apoyada por los demás grupos de izquierda (APPO, CNTE, zapatistas, Diálogo Nacional) para exigir otras demandas, tales como la libertad inmediata de todos los presos políticos. El PRD también, como grupo parlamentario sentirá el apoyo para negociar en posición de fuerza, tal como siempre debería ser.

4 . La batalla contra el desafuero de López Obrador en 2005 fue más particularizada y limitada que la lucha contra la privatización del petróleo y la electricidad. En ésta, que es mucho más amplia, fácilmente podrían participar diversos sectores del PRI y de la población dispuestos a defender con dignidad y convicción los recursos públicos que pertenecen a toda la nación. Si los funestos líderes del PAN y del PRI no dan marcha atrás, tal como «con gran convicción» ha declarado el panista Santiago Creel, podrían sufrir nuevamente la vergüenza que pasaron cuando Fox reconoció que López Obrador había tenido razón al defenderse contra la trampa que le tendieron haciendo uso de un malintencionado desafuero. Pero esos señores no tienen vergüenza, mucho menos dignidad. Están más dispuestos a cubrirse de suciedad que a salvar la mínima reputación que les queda frente a sus hijos y su familia.

 

5. ¡Ningún paso atrás! Hay que formar brigadas para frenar definitivamente el avance de la derecha que busca poner en práctica de las llamadas «reformas estructurales». Quizá (como repiten a diario gobernantes del PAN y del PRI) no quieran privatizar las empresas (PEMEX, CFE, IMSS, ISSSTE) pero es evidente que el petróleo, la electricidad, los servicios de salud, están siendo privatizados en partes; que poderosas empresas nacionales y extranjeras están compitiendo con las empresas que aún están en manos del Estado. La batalla debe continuar para demostrar al gobierno derechista (PAN/PRI) que los derechos del pueblo deben respetarse. No debe temerse a las calumnias de los medios de información, gobierno y empresarios, que buscan intimidar a la población. Hay experiencias de todas las campañas anticomunistas que se han desarrollado contra las luchas de los trabajadores con el objetivo de debilitarlos y derrotarlos. ¿Cuántos asesinatos se han suscitado en nombre de la libertad y la democracia?

 

6. Ningún movimiento de masas de los trabajadores es derrotado totalmente, porque siempre quedan experiencias y testimonios inolvidables que luego son aportaciones para otras batallas. Las luchas de los estudiantes del Poli en 1956, los ferrocarrileros (1958/59), los estudiantes de 1968, las huelgas obreras de los setenta, la batalla postelectoral de 1988, el levantamiento del EZLN en 1994, la lucha contra el desafuero y el fraude electoral encabezados por López Obrador (2005/06) y la represión contra la APPO oaxaqueña (2006) han dado y siguen proporcionando mucho ánimo y enriquecedoras historias vivientes. Muchos estudiantes politécnicos y ferrocarrileros viven aún para contar sus historias y, aunque viejos, sus corazones laten con intensidad cuando recuerdan las bárbaras represiones ordenadas por los presidentes Ruiz Cortines y López Mateos para expulsar a los estudiantes del internado del IPN y luego encarcelar a miles de obreros huelguistas.

 

7. Los medios de información siempre bombardearon al pueblo con calumnias propagando que el Poli era un «nido» de comunistas, el sindicato FFCC era «dirigido por el comunista Vallejo», los estudiantes del 68 representaban al «comunismo internacional», las huelgas obreras de los sesenta recibían «influencia comunista», Cárdenas tuvo «un papá Lázaro comunista», Marcos era un «enviado del comunismo extranjero», López Obrador agente de comunismo de Castro y Chávez y los de la APPO son «terroristas», además de anarco/comunistas». En resumen: iglesia, empresarios, medios de información y gobierno siempre le tuvieron terror al comunismo por eso crearon un ley en el código penal para enviar a la cárcel a todos los que protestaban o hacían huelga con la acusación de «disolución social, motín, robo, amenazas contra la autoridad, daño en propiedad ajena, pandillerismo», etcétera.

 

8. Los líderes de la legislatura del PRI (Beltrones y Gamboa Patrón) así como los del PAN (Creel y Larios) han amarrado compromisos para sacar la privatización del petróleo a cambio de otros acuerdos muy evidentes, tales como seguir apoyando a los gobernadores de Oaxaca y Puebla, mantener en Gobernación a Mouriño, frenar la investigación a Fox y sus familiares, mantener a raya a Esther Gordillo, seguir apoyando la militarización del país, etcétera. Para esos hampones de la política (sin principios o ética) lo más importante es que PRI y PAN se mantengan unidos para frenar a López Obrador y otros sectores radicales de izquierda que podrían unírsele. Saben que AMLO no lo es todo, pero que una vez iniciado el movimiento que llevará a plantones, mítines, bloqueos, es posible que se haga grande el movimiento de protesta que lleve a que esos legisladores les den una nueva patada en el trasero.

 

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