Desde 2015 y hasta enero de este 2022 se registraron 5.790 víctimas de feminicidio en México, la expresión más grave de violencia contras las mujeres, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Año con año, las cifras de víctimas siguen creciendo: para el 2015 fueron 427 mujeres las asesinadas sólo por ser mujeres. El análisis estadístico publicado por el diario El Financiero coincide con la revisión de los reportes del SESNSP, revisados por SEMlac.
No obstante, la estadística choca con los informes oficiales que se dan en las mañaneras, y las declaraciones de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM), que señaló la semana pasada que estamos en las «cifras más bajas» desde 2017.
Contrasta también con los resultados de las encuestas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y las investigaciones estado por estado realizadas por diferentes plataformas informativas.
Lo cierto es que:
Para el 2016 fueron 647; en el 2017, 766; para el 2018 sumaron 917; en el 2019, 973; en el 2020, 978; y en el 2021, 1.006, mientras que para enero de este año se registraron 76 casos.
Si se comparan las cifras de feminicidio, entre el 2015 y el 2021, hay un alza de 121,6 por ciento en el número de víctimas.
Niñas y adolescentes
De los feminicidios registrados de manera oficial del 2015 a enero de 2022, en al menos 576 casos se trataron de niñas y adolescentes que han sido asesinadas en México por el simple hecho de ser mujeres, lo que equivale a 9,9 por ciento del total de los feminicidios registrados en el mismo período.
El feminicidio infantil, definido en la ley como la muerte de una niña o adolescente menor de 18 años, provocada por una relación de subordinación o superioridad, o por un estado de indefensión, desprotección real o incapacidad que imposibilite su defensa, mantienen una tendencia al alza.
Durante el 2015, a nivel nacional se registraron 50 feminicidios infantiles, cifra que se elevó a 55 para el 2016; 66 para un año después; 83 en el 2018; 95 para el 2019; 115 en el 2020 y 107 para finales del 2021. Tan sólo en el primer mes del año se han registrado ya cinco feminicidios de mujeres menores de edad. Lo anterior se traduce en un incrementó de 114 por ciento entre el 2015 y 2021.
En tanto, los datos indican que los últimos tres años han sido los más mortíferos para las niñas mexicanas, ya que del 2019 al 2021 se han registrado 55 por ciento de los casos (317)
Omisiones en tipificación
Del total de los feminicidios registrados en los últimos siete años y un mes, 12,8 por ciento se cometieron con armas de fuego; mientras que otro 15,4 por ciento fueron con algún arma blanca.
Sin embargo, se advierte que dicho delito en México no siempre es tipificado como feminicidio cuando se trata de menores de edad, pues estudios indican que existe una falsa concepción respecto a las causales, ya que se considera que un elemento indispensable para la tipificación del delito consiste en el supuesto de intimidad.
Es decir, que el sujeto activo debe ser un hombre con quien la víctima haya tenido una relación o vínculo íntimo, como por ejemplo el marido, exmarido, compañero, novio, exnovio, amante o con quien procreó un hijo o hija.
Mientras, expertas como Patricia Olamendi, de la organización Nosotras Tenemos Otros Datos explica que los tipos de feminicidio son: íntimo, no íntimo, infantil, familiar, por conexión, sexual sistémico desorganizado, sexual sistémico organizado, prostitución o por ocupaciones estigmatizadas, por trata, por tráfico, transfóbico, lesbofóbico, racista o por mutilación genital femenina.
Del 2015 a enero del 2022 se han registrado cerca de 7.694 asesinatos de niñas y adolescentes en México, de los cuales únicamente 7,4 por ciento se tipifica como feminicidio.
Un estudio de la ONU-Mujeres en el 2018 sobre Violencia y Feminicidio en Niñas y Adolescentes en México señala que, cuando las mujeres crecen, sus factores de riesgo aumentan fuera de la familia. En casos de niñas hasta los 10, el feminicidio es perpetrado de manera recurrente por un familiar del círculo más cercano, mientras que los perpetradores de las adolescentes de 11 a 17 años pueden, con mayor frecuencia, ser su pareja sentimental, o incluso un desconocido, con fines principalmente sexuales.