1. El pasado 20 de enero falleció en su departamento de la ciudad de México Luis Sosa Pérez. Fue durante 55 años -empleado de ferrocarril, fundador de la juventud o partido comunista en Yucatán, participante directo en mil un mítines, manifestaciones, congresos y confrontaciones- uno de los pocos que dieron la vida entera por la […]
1. El pasado 20 de enero falleció en su departamento de la ciudad de México Luis Sosa Pérez. Fue durante 55 años -empleado de ferrocarril, fundador de la juventud o partido comunista en Yucatán, participante directo en mil un mítines, manifestaciones, congresos y confrontaciones- uno de los pocos que dieron la vida entera por la transformación de México. Luis Sosa, José Acal, Humberto Escobedo y el que escribe, fundamos en Mérida, en 1962, el Partido Comunista (PCM) que seguía la línea de Jruschov encabezado en México por Verdugo y Terrazas, para sustituir el partido comunista de Yucatán (encinista) creado unos 15 años antes en la época de Stalin. Un año más tarde ingresarían unos diez más, entre ellos Roger Aguilar quien, durante décadas levantó con fidelidad la bandera de PCM en Yucatán.
2. Al morir Stalin en 1953, en el mundo comenzaron a derrumbarse todos los líderes stalinistas para dar paso a la línea jruschoviana. En México se derrumbó en 1960 Dionisio Encinas que durante 20 años, con el stalinismo, había dominado el PCM; subió el grupo Martínez Verdugo-Manuel Terrazas. Éstos al siguiente año expulsaron a Revuelas, Rojo, Labastida, Lizalde, meses después a Rousset y el Dr. Rivera, dando lugar al surgimiento de la corriente espartaquista. La línea internacional fue determinante, sobre todo para tomar posición ante el gobierno imperialista de los EEUU y el llamada nacionalismo del gobierno mexicano. En aquellos años gran parte de la izquierda se presentaba como «antimperialista» y respetaba al gobierno de México por ser «nacionalista» y hasta «patriota».
3. A los tres años me separé del PCM -por convicción- para integrarme al espartaquismo en la ciudad de México que había roto con el PCM. Dos años después me enteré que mi compañero Luis Sosa se había trasladado a México y comenzaba a figurar como profesional del PCM visitando centros ferrocarrileros en el país y participando -junto al abogado Gómez Gutiérrez, Othón Salazar y Valentín Campa, en los que se llamó el Frente Sindical Independiente. Desde entonces, en nuestras actividades políticas y sindicales nos topamos muchas veces: él trabajaba con los ferrocarrileros de Norberto Vargas, del PCM y yo junto a los vallejistas de Buenavista y talleres de Pantaco y el Valle de México, cuando Vallejo estaba aún en la cárcel. Desde que me separé del PC Luis tuvo mucho rencor contra mí, mismo que superamos hablando en 2013.
4. Luis, tres años mayor que yo, como empleado de oficinas de ferrocarriles había participado en la tibia protesta que se hizo en Yucatán contra la represión en la huelga ferrocarrilera de 1959; además era un combativo orador (con premio de concurso de oratoria). Se hizo izquierdista un año antes que yo por tener un hermano militante de izquierda, por el movimiento ferrocarrilero y la revolución cubana. Aunque nunca fue un gran lector de libros, estuvo siempre mejor informado que yo porque era gran lector de periódicos, revistas, y por su activismo contaba con mucha experiencia. Nunca en su larga militancia fue un oportunista; por el contrario, fue siempre fiel a su partido, afrontó con valentía los cambios internos registrados en el PCM, PSUM, PMS, aunque al parecer siempre estuvo en minoría sufriendo derrotas.
5. Me encontré a Luis como asesor de diputados federales del PRD en el congreso (Quintero, uno de ellos), como trabajador burócrata en la delegación Iztacalco y tomamos juntos café y cervezas algunas veces. Él, por su honradez, capacidad política y fidelidad al PCM, PRD y Morena, debió ser diputado por lo menos tres veces, así como senador o asambleísta, tal como muchos autoproclamados «izquierdistas» lo han hecho. A pesar de que siempre estuvo muy jodido económicamente pude coincidir con él en reuniones de Atenco, Chiapas, Oaxaca. Parece que en muchos años nuestras diferencias políticas tuvieron como base que él siempre fue militante fiel de organización y yo sólo militante y apoyador libertario del movimiento social, además de ser articulista desde 1975, mismo año en que dejé la militancia partidaria espartaquista.
6. En tanto Luis -a nivel internacional- no dejó de ser fiel seguidor de la línea soviética, yo durante el debate chino-soviético me mantuve con el PCCH; luego simpaticé con la crítica a la burocracia soviética fundamentada y difundida por los trotskistas y, desde 1975-76 -con base en mis lecturas e información- me convencí del planteamiento de los anarquistas. No olvido que Luis me respondió por lo menos cuatro veces, en diferentes medios (Revista Yucatán, Diario de Yucatán, Indicador Político) artículos míos en los que hice críticas al carrillopuertismo tratando de demostrar que no fue socialista. Él, por el contrario, siempre defendió a Felipe Carrillo y su «socialismo yucateco»; estaba muy pendiente de mis actividades políticas, sobre todo cuando fui parte de la primera directiva del SPAUNAM en 1975-76.
7. Luis puso mil veces en riesgo su vida. Fue un excelente orador y agitador, así como confrontador de represiones. Calculo que estuvo en la cárcel unas cinco veces después de ser orador en actos de protesta. Pienso que Luis, así como el Trotsky del «profeta armado, desarmado, desterrado y asesinado», fue también -por su intransigencia y terquedad- un coleccionador de derrotas en su militancia partidaria. Nunca le toqué el tema, pero si nuestros amigos mutuos (Javier Centeno, administrativo de le Delegación Iztacalco, entre ellos), me dijeron siempre que sus ingresos económicos eran muy bajos. Los últimos años fue un militante fiel de Morena y el lopezobradorismo y había organizado un círculo de estudios y discusión de unas 40 personas en el Zócalo, círculo que visité en dos ocasiones.
8. Vaya pues esta nota como un recuerdo y reconocimiento a un luchador social de toda su vida. No le conocí ninguna otra cara de vida porque sólo lo encontré y conversé con él de problemas y actividades políticas. Yo, más que profesor por 42 años, mis deseos y sueños fueron ser como Luis fue en el PCM, profesional político de izquierda radical para ayudar a las luchas del movimiento social. Pero la vida sale por uno de los diversos caminos con que te topas. Cuando conocí al Luis en 1960 en las pintas de muros y las pegas de volantes recién había recibido mi contrato y plaza como profesor de primaria; después de fundamos juntos el Instituto Cultural México-Cuba, el Movimiento de Liberación Nacional y el Frente Electoral del Pueblo, del que fui presidente en Yucatán en 1965. Pronto alcanzaré a Luis en su nuevo trabajo de agitación política.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.
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