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Reseña del libro "Madrid, la suma de todos"

Madrid: del pozo del Tío Raimundo, Sepu y el Rastro a Mac Donald y la Europeización de la villa.

Fuentes: www.palabranet.net

  Madrid, la suma de todos, de Traficantes de Sueños, sorprende. Y mucho, a alguien que vivió buena parte de su vida en medio de procesos intensos de politización de la vida madridista. De esa ciudad encerrada y gris ocupada por una policía atenta al menor desvió y dispuesta a derrumbar con coses el menor […]

  Madrid, la suma de todos, de Traficantes de Sueños, sorprende. Y mucho, a alguien que vivió buena parte de su vida en medio de procesos intensos de politización de la vida madridista. De esa ciudad encerrada y gris ocupada por una policía atenta al menor desvió y dispuesta a derrumbar con coses el menor atisbo de rebeldía se ha pasado aunque parezca paradójico a una ciudad sin rebeldes, revolucionarios o herejes. Ya todos creemos haber llegado.

Acabada la transición nos quedamos sin promesa y vagabundeamos con la esperanza de cruzar, ya no el charco, sino la línea que indica que somos y tenemos más de lo que merecemos. No queremos ver en todo caso el lado oculto de esa luna. O nuestra visión ha sido opacada por la ilusión de lo global o el espejismo de capitalismo cognitivo. Ambos eficazmente mediatizados en el templo de la publicidad.

Eso se hace visible en este ladrillo hermoso que han titulado con algo de ironía: Madrid ¿la suma de todos? Bien, el paso del pozo a ese misterioso agujero negro que todo se traga ha sido largo. La ciudad se mueve ahora inmensa y abarcante hasta los limites de sus vecinos ocupándolos y desalojándolos con la promesa de que llegaron tiempos mejores. Que no significan mas metros cuadrados o mejores ingresos sino que, aunque suene contrario a los desarrollistas: reducción del espacio que es tambien reducción del ingreso (a tu hogar). Reducción de las zonas verdes que es tambien reducción del ingreso. (de aire a tus pulmones) Aumento del parque automotor que es reducción del ingreso (atascos)

Madrid es una paradoja como lo son todas las ciudades europeas y norteamericanas y así lo muestra ¿la suma de todo? Un revival de la paradoja de la libertad o solo un deja vu que nos atormenta con aquel sin igual: contra franco vivíamos mejor. La ciudad abierta desde hace unas décadas, no mas de tres, a los inmigrantes afro, latinos y europeos del este s la misma que albergo a sus inmigrantes del éxodo nacional de cincuentas y sesentas, aquellos arrinconados en chabolas y periferias sin servicios y estos otros camino de convertirse en guetos alejados de la promesa de la ciudad global y pertrechados en barricadas a punto de estallar como las parisinas de hace casi nada.

La historia se repite pero sin papeles. Madrid se europeíza. Se mete de cabeza en la dinámica democrática de la discriminación y la fuerza argumentativa para hacerlo. Del mismo sitio en donde creció el autoritarismo a ultranza surge el democratismo segregacionista. Allí en donde estaban los inmigrantes o desplazados de la guerra y la pobreza de los cincuenta, cuarenta, están ahora arabo musulmanes y africanos, filipinos y latinos sin papeles y con ingresos, como aquellos, mas bajos que el salario mínimo. Aquellos fueron la leña que animo el crecimiento de los sesenta los de ahora los que empujan el carro veloz de la globalización o su ficción económica. La llamada finaciarizacion. Espejismo económico que atrapa, en la imaginaria maquina tragaperras, el salario mínimo que pagaron por cuidar la rentabilidad de una única moneda.

La judería da antes, Lavapies, corre despavorida de la estigmatización que justifica poco a poco la reprogramación de rescates urbanos, justo allí, en donde antes se ocultaban los judíos tras el nombre de manolos y manolas. Antes no había papeles ahora no los tienen. Pero sabemos que el mundo globalizado exige papeles a aquel que no tiene el único pasaporte a la igualdad: el papel moneda. Así este Madrid de Todo parece la ninfa eco de su propia pérdida de memoria que los autores identifican con versatilidad, padece el Madrid sin Umbral. La gente de otros lados parece traer a este rincón, lo que los autores en algún pasaje llaman, cachitos de otros lados ironía del lenguaje: cachito en Colombia es el último pedazo de cigarrillo de marihuana y por haber llevado muchas veces esos cachitos d este lado ahora somos delincuentes sin delito.

El Madrid del Rastro sin rastros o con huellas escondidas en la velocidad ilusoria del cambio. El Madrid de la Ballesta generalizada, aquella calle de la prostitucion franquista repleta de generales y curas disfrazados de civil y cuidados celosamente por los grises del franquismo tardío. Se repite. Retratado en algunos pasajes por la ficción almodovareña, esa especie de realismo mágico tragicómico en el que se oculta disfrazado el Madrid global, internetiano y si, tan frígido que ya transito por fin de la movida a la inmovilidad, haciendo lo que el capital esperaba: del ciudadano activo de las movilizaciones sociales urbanas de los sesenta-setenta el consumidor compulsivo de finales y comienzo del milenio.