Que las prisas son malas consejeras es bien sabido. Solo así se comprende mi reacción furibunda, tras haber leído en varias páginas de información alternativa, y todas de izquierda, una supuesta frase de Manu Chao , pronunciada durante el Foro celebrado hace unas semanas en Mar del Plata , relativa a que « él no […]
Que las prisas son malas consejeras es bien sabido. Solo así se comprende mi reacción furibunda, tras haber leído en varias páginas de información alternativa, y todas de izquierda, una supuesta frase de Manu Chao , pronunciada durante el Foro celebrado hace unas semanas en Mar del Plata , relativa a que « él no había llegado a cantar para Hugo Chávez «. Caí en la trampa con la misma inocencia con la que una mosca se mete en un pastel de rica miel, y queda atrapada en él…
Por ello hoy entono el Aleluya y el Mea culpa, y me alegra sobremanera que mi colega y amigo Ramón , padre de la criatura creadora de discos tan imprescindibles como Clandestino, recriminara con ternura mi metedura de pata, por la sencilla razón de que Manu jamás pronunció una frase de ese calibre , porque además apoya la revolución bolivariana, apoya a la izquierda radical, apoya a Evo Morales, y simpatiza con la revolución cubana. Resulta que algún avispado gusano había sido el culpable de la hazaña, sabiendo que algún cándido inocentón, como quien firma estas líneas, saldría por peteneras regañando al trovador, como así ocurrió.
Mas, héteme aquí, queridos amiguitos, que tarde o temprano la verdad resplandece, y que quienes me atacaron con fiereza, apoyando la pretendida frase de Chao en nombre de un supuesto espíritu anarquista, cuando no de una mala entendida acracia, han resbalado mucho más que yo en la yema del huevo. Quienes censurábamos aquellas palabras (desmentidas hoy), y ahora entonamos el mea culpa por haber ido de bruces a la red de la malas intenciones, al menos podemos esperar el perdón del ofendido. Pero quienes se solidarizaron con ese inexistente desprecio hacia el presidente de la Revolución más bonita de Latinoamérica, han quedado en el más absoluto de los ridículos, a menos que ahora cierren filas con nuestro amigo Manu Chao al saber que éste, no sólo no defiende buena parte de los logros de Cuba , los que va obteniendo Venezuela , y los que emprende Bolivia , sino que para demostrarlo, como hacen los valientes, los honestos y los coherentes, viene a cantar a La Habana, a Caracas y a La Paz (el próximo mes de Marzo suena como la fecha más probable e idónea para ello) , para ratificar así su compromiso con aquellos gobiernos que han plantado cara a George « Bebe doble » Bush, el mayor criminal del norte de América, el terrorista más inculto y estúpido de cuantos se han sentado en la Casa Blanca , el libertador de Posada Carriles , el amigo de Ben Laden , el íntimo de Blair , de su mamporrero Aznar , y demás ralea de criminales ataviados con trajes de seda y zapatos de 1.000 dólares, incluidos varios mandatarios de la Comunidad europea, y algunos que están por entrar en ese pesebre, dispuestos a lanzar el correspondiente balido.
No quepo en mí mismo de alegría al saber la buena nueva. Manu Chao viene, una vez más, a dar un buen puñado de conciertos al continente latinoamericano , y también en esta ocasión, para escupirle a los poderosos mediocres, su servilismo y miseria.
Firme y solidario, como Joaquín Sabina , que en estos días rompió valientemente el bloqueo cultural contra Cuba. Por ello se me sale el alma del pecho, porque constatar que no todas las estrellas del ritmo bailan al son de la deshonestidad.
Un mundo mejor es posible, necesario e imprescindible. Y además, factible.