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¿Mar para Bolivia en el sistema criminal?

Fuentes: Rebelión

«No sé con qué armas van a pelear la Tercera Guerra Mundial pero la Cuarta Guerra Mundial se peleará con palos y piedras» A. Einstein «lo único es que en la secuela de una guerra nuclear global no quedaría vivo nadie para utilizar tales palos y piedras»  Fidel Castro   La Corte Interamericana se pronunció […]

«No sé con qué armas van a pelear la Tercera Guerra Mundial pero la Cuarta Guerra Mundial se peleará con palos y piedras» A. Einstein «lo único es que en la secuela de una guerra nuclear global no quedaría vivo nadie para utilizar tales palos y piedras» 
Fidel Castro

 

La Corte Interamericana se pronunció el 1 de Octubre del 2018 bajo argumentos cuestionados sobre el fallo que favorecía a Chile a no negociar una salida al mar con Bolivia. Después de cinco años de litigio la Corte Interamericana de Derechos humanos vuelve a demostrar que el marco jurídico internacional no es más que un instrumento del poder que reproduce sociedades del sometimiento y que subvierte la democracia en una «guerra» que se cubre de paz y en la que el sistema criminal del Imperio, se impone actualmente como parte de un Nuevo Orden Mundial en la destrucción y reemplazo de los Estados nación por los Estados canalla, que se legitima a través de estos mecanismos jurídicos institucionales.

Según el análisis de Chossudovsky (2016) la nueva dinámica de apropiación de los recursos naturales por parte de las grandes corporaciones transnacionales angloamericanas principalmente, pasa por la aplicación de una nueva doctrina militar, al estilo Orwelliano que pretende construir las bases de la paz sobre la guerra y de la verdad sobre la mentira para legitimar un sistema criminal. Si bien el modelo económico neoliberal de despojo tan criticado desde la academia por el fracaso del modelo desarrollista los últimos años, aún continúa en vigencia, lo cierto es que la legitimación del reciclaje de este modelo económico de desarrollo, pasa hoy en día, por una subversión del discurso del orden y la estabilidad democrática bajo la cual opera todo un sistema de sometimiento criminal que no apela simplemente a grupos delincuenciales para el logro de sus objetivos sino que habría incluido la lógica de un sistema criminal en el mismo aparato estatal en el que los jueces son controlados por estos grupos de poder y donde «entonces los jueces son criminales también» (Chossudovsky 2016:123)

Esta nuevo orden mundial es impuesto por quienes detentan los últimos avances tecnológico científicos y los utilizan como arma, ya no solamente contra los gobiernos que se oponen a la nueva política imperial de Gran Bretaña y EEUU y el nuevo reordenamiento territorial mundial en la apropiación de los recursos naturales estratégicos del planeta, sino que además conlleva toda un política institucionalizada de destrucción social dirigida contra la sociedad misma.

Según este autor los últimos adelantos en armas nucleares de destrucción masiva, dado el contexto del daño que podrían ocasionar, ha generado que estos países se vean en la necesidad de desarrollar armas de destrucción media, es decir «EEUU acaba de realizar pruebas con armas nucleares sub críticas, (lo que) significa el empleo de un arma nuclear sin desplegar toda la energía que pueda alcanzarse con la masa crítica potencial…(ésta es) denominada subcrítica porque no desata reacciones nucleares en cadena» (Chossudovsky, 2016:113). Sin embargo con el avance de la tecnología el uso de armas ya no se limita al uso de armas convencionales o nucleares o sub nucleares, sino que además incorpora toda una ingeniería de alcance electromagnético.

LA TECNOLOGÍA EN EL USO DE LAS ARMAS

El autor señala que esta estrategia remite a un accionar parecido al de la Inquisición en el cual todo vale para destruir al adversario ya no importa incluso la destrucción total. Todo se justifica en la imposición del nuevo sistema, incluso el uso indiscriminado de elementos nocivos a mediano y largo plazo en la salud de las personas. Por esto, si bien desde la ciencia y la tecnología, el uso de armas electromagnéticas y las nuevas características del manejo de las sustancias con la nanotecnología y la bioingeniería genética, han abierto un mundo nuevo de manipulación de los cuerpos, que trae consigo nuevas consecuencias en los seres vivos, en su hábitat y en el mundo de la tecnología misma a todo nivel, su desconocimiento desde la ciudadanía ha dado lugar a una ventaja significativa del poder en las nuevas formas de sometimiento a nivel mundial.

Estas armas «que podrían ser utilizadas para desestabilizar los sistemas de comunicaciones…inhabilitar la generación de electricidad, socavar y desestabilizar el mando y control la infraestructura pública y el transporte. Dentro de la misma familia de armas se podrían también aplicar técnicas de modificación ambientales (guerra climática) que fueron desarrolladas en el Programa de Investigación de Alta Frecuencia Activa Auroral (HAARP). Estos sistemas de armamento son plenamente operativos…todos forman parte de un conjunto integrado de tecnologías que puede proveer un aumento sustancial de la capacidad de EEUU y una degradación de la capacidad del enemigo para lograr la concienciación, el alcance y el poder global. (El subrayado es mío) Una radiación electromagnética que permita perjudicar la salud a distancia» (Chosudovsky, 2016:159)

La radiación electromagnética se constituye para algunos autores en el mayor experimento realizado en el cerebro humano a nivel mundial, tal y como afirma el científico Olle Johanson (2015) cuando se refiere al uso indiscriminado de las ondas electromagnéticas, ya que de acuerdo a sus experimentos, en el Instituto científico de Karolinska, en Estocolmo, esto no solo genera problemas de cáncer, asma y otro tipo de alergias por el nivel de elevación de toxinas en la sangre, sino que además está relacionado con la penetración de la barrera hemato encefálica, el daño neuronal, los niveles de stress debido a la alteración del sueño en las personas, el daño permanente al sistema neurológico que incrementa la ansiedad y la conducta de miedo en las personas, pero que además genera demencia juvenil en los adolescentes y el incremento de la violencia, tal y como también señala la co laureada al premio nobel recientemente, Dra. Devra Davis.

Esta arma de contaminación electromagnética se viene utilizando en Bolivia efectivamente desde Septiembre del 2017 en las vísperas de las elecciones a magistrados, sin embargo ni la clase política, ni la ciudadanía fue capaz de entender este experimento debido al desconocimiento sobre la manipulación de las nuevas tecnologías de contaminación electromagnética y la sobre saturación de antenas de internet y WIFI de uso doméstico y la relación directamente proporcional que esto ha tenido sobre el incremento de la violencia y la criminalidad en la sociedad. Además se debe recordar, que por lo mismo existe una reducida capacidad de respuesta institucional en el control del espectro electromagnético y su uso indiscriminado en Bolivia.

Como señala Chossudovsky (2016) la ventaja que tienen las grandes corporaciones angloamericanas que detentan esta tecnología es altamente significativa ya que ante el desconocimiento de la clase política así como de la sociedad en su conjunto y de cómo opera esta nueva microfísica del poder, no existe mayor oponente ante este despliegue de fuerza. Por lo que a la población solo le toca padecer los golpes sin entender cuál es el sentido y origen del caos y la violencia a su alrededor y a la clase política que carece de un conocimiento a cabalidad sobre los alcances de estas armas electromagnéticas o les resta credibilidad, le toca ser reemplazada por grupos criminales que obedecen a los intereses de estas grandes corporaciones. De ahí la ventaja significativa de estos grupos de poder en una estrategia de desestabilización política, donde las sociedades les toca sufrir los efectos de ésta nueva estrategia de desestabilización.

EL NUEVO LIDERAZGO POLÍTICO

Chossudovsky (2016) resalta además que esta nueva estrategia se caracteriza por el uso de escuadrones de la muerte que a diferencia de los años ´70 en América Latina, no solo ayudan a desestabilizar el país sino que luego se hacen del poder estatal. Esta estrategia se viene desarrollando con éxito desde fines del siglo pasado por grupos de poder angloamericanos que financiaron el desmembramiento de la ex Yugoslavia. Tal es el caso de Albania «con el nombramiento del dirigente del ELK (Ejército de Liberación de Kosovo), Hashim Thaci un ´Luchador por la Libertad de 29 años… Occidente utilizó a estos títeres del ELK para apoyar un acuerdo que transformaría Kosovo en un territorio ocupado bajo administración occidental» (Chossudovsky 2016: 193) Lo más lamentable, sin embargo, es que estos vínculos con el crimen organizado son de conocimiento público a nivel nacional e internacional, por ejemplo en el caso de Thaci, que es un delincuente y quien «antes de ser primer ministro era buscado por la Interpol», ya que era conocido por dirigir una «organización ´tipo Mafia´ involucrada en el tráfico de drogas, armas y órganos humanos» (Chossudovsky 2016: 207), y los casos suman y siguen en todos los países en los que se realiza la «intervención humanitaria» por el control de los recursos naturales, donde se repite este mismo patrón. Tal es el caso de Libia en África donde se encuentran importantes yacimientos de petróleo, o Palestina donde se encuentran importantes reservas de gas natural según el análisis de Chossudovsky.

Estas organizaciones criminales van así dirigidas a consolidar el nuevo sistema de despojo a través de las transnacionales, «varias compañías de petróleo occidentales como Shell British Petroleum y Occidental habían puesto los ojos en los abundantes y todavía vírgenes depósitos de petróleo de Albania. Los inversores occidentales también miraban con codicia las inmensas reservas de cromo, cobre, oro, níquel y platino…» (Chossudovsky 2016: 202) y la sociedad despojada de sus recursos naturales, sumida en el caos y dirigida por el crimen organizado rinde sus frutos «los albanos étnicos son ahora el grupo más prominente en la distribución de heroína a los países consumidores de Occidente» es decir no sólo se consolida el despojo a favor de intereses extranjeros sino que el Estado soberano además deja de ser un Estado nación que vela por el interés de los ciudadanos para constituirse en un Estado canalla que mantiene la destrucción social y la postergación de la sociedad como mano de obra barata.

CONSOLIDACIÓN DE LA ESTRATEGIA DE DOMINACIÓN

Si bien Golinger (2005), hacía referencia a la estrategia del golpe suave comparando la situación de Yugoslavia antes de su desmembramiento y el modus operandi con la capacitación de jóvenes entrenados para sembrar violencia y caos bajo una bandera de nacionalismo exacerbado – a través de la NED (Fondo Económico para la Democracia por sus siglas en Inglés) – además de la cooptación de líderes sindicales para enarbolar demandas corporativas que obedecían a intereses regionales o particulares y donde la guerra mediática a través de las tecnologías de la comunicación se convertía en la herramienta principal de esta estrategia del golpe suave en tanto consolidaba la subversión del lenguaje y distorsionaba la realidad. Con Chossudovsky (2016) se resalta la presencia de estos grupos ya no sólo como un sector de apoyo, sino como la nueva cabeza del aparato estatal bajo una institucionalización del crimen organizado, que se extiende a importantes organismos internacionales, «La OTAN alegó que el bombardeo se había realizado para ´salvar las vidas´ de los neonatos. No atacaron la sección del hospital en que se encontraban los bebés, sino el edificio en que estaba ubicado el generador de energía para todo el hospital. Muchos de los niños/as murieron. Estos crímenes de guerra fueron ejecutados de manera selectiva por las ´bombas inteligentes´ de la OTAN. En Yugoslavia el principal objetivo fue la economía civil: hospitales, aeropuertos, edificios gubernamentales, fábricas e infraestructura para no mencionar iglesias del siglo diecisiete y el patrimonio cultural e histórico del país» Chosudovsky (2016: 192) No obstante esta estrategia fue anunciada por los medios de comunicación «como una misión humanitaria de mantenimiento de la paz… Slobodan Milosevic fue demonizado y descrito como un dictador despiadado, mientras que al Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) se le presentó como un digno movimiento nacionalista que luchaba por el derecho de los Albanos» (Chossudovsky 2016: 192).

De la estrategia del golpe suave de Golinger (2006) pasando por la Doctrina del Shock de Naomi Klein (2007) y el sometimiento de los cuerpos, aterrizamos con Chossudovsky en una política propia de Estados criminales en la que el terrorismo mediático consuma la mentira bajo el discurso de «verdad» y la criminalidad bajo el discurso de «democracia». Tenemos una nueva microfísica del poder que atraviesa no solo el aparato y la institucionalidad estatal, en el aspecto político, o la racionalidad que la subyace sino que además penetra el núcleo de la sociedad desde lo social, político, económico, cultural, religioso hasta el imaginario colectivo que la sostiene, y los valores que la constituyen es decir su identidad misma bajo una nueva ingeniería del poder, siendo el objetivo final, el reordenamiento mundial, la reapropiación indiscriminada de los recursos naturales y la destrucción del Estado Nación como Estado soberano, además de la destrucción social que ya no sólo implica una doctrina del shock que se aplica esporádicamente sino que se convierte en una doctrina de estado de shock permanente en los ciudadanos, con la imposición de la nueva Inquisición de los Estados criminales.

APRENDIZAJE DE LA CRISIS POLÍTTICA DEL 2008 Y EL FRACASO DEL GOLPE CÍVICO PREFECTURAL EN BOLIVIA

Esta situación nos recuerda la racionalidad subyacente en la estrategia de desestabilización que se aplicó en Bolivia con la crisis política del 2008 en la que la principal herramienta fue el poder mediático que desvirtuó los acontecimientos reales en torno a la discusión sobre Autonomía y Capitalía en la fase final de la Asamblea Constituyente para evitar la aprobación de la Carta Magna. Aunque en los hechos no se pudiera concretar lo que el Vicepresidente Álvaro García Linera denominara como el Frustrado Golpe Cívico Prefectural, a pesar de la violencia con la que se intentó la toma de instituciones, o con la presencia de grupos vandálicos y terroristas, la especulación de la canasta básica familiar, y el intento de magnicidio que culminó con la expulsión del embajador de EEUU en Bolivia, Philip Goldberg quien habría sido ex embajador de EEUU en la ex Yugoslavia, y que dirigió la estrategia de desestabilización y el financiamiento de grupos terroristas para el efecto.

En ese contexto y a diferencia de la ex Yugoslavia no se tuvo el éxito esperado debido a que la oposición no contaba con que la demanda de la Asamblea Constituyente era en realidad la demanda de otra racionalidad que les era ajena, a pesar de ser reconocida por los pueblos indígenas en la participación de la construcción de un nuevo proyecto país, la incomprensión de esta racionalidad que subyace a la demanda de una reconfiguración del marco jurídico nacional impidió a la «oposición» concretar el golpe cívico desde la unidad de las diferentes gobernaciones del país que se autodenominaron el sector de la «media luna» ya que sus demandas se limitaron a un problema regional, si bien legítimo, no llegaba a interpelar la demanda nacional de la construcción de un nuevo proyecto país que se respaldaba en la cosmovisión andino amazónica y la nueva visión de país de una «nación clandestina».

Por otro lado el grupo terrorista que actuó en Bolivia dirigido por Rosza quien también participó en los grupos militares que llevaron al desmembramiento de la ex Yugoslavia, nos remite a la cooptación y preparación de jóvenes que en medio del caos y del crimen organizado, buscaron un sentido de vida que se mune de múltiples elementos (religiosos, políticos, culturales) y que justifican su accionar criminal a través de una ideología de mercado, y que también desconocía la racionalidad que acompañaba a la Asamblea Constituyente y que por lo mismo no llegó a sumar. Todo ello aunado a la búsqueda de un nuevo protagonismo en la historia en tanto apropiación del poder, un sueño típico de mercado en la búsqueda del éxito inmediato que no era propio de la racionalidad que sostenía el proceso de cambio de las grandes mayorías del país, en ese momento.

Si bien en Bolivia este golpe no llegó a concretarse debido a la amplia presencia de un 68% de la población que se considera de extracción indígena y un amplio porcentaje de la población que estaban cansados de la impunidad y la corrupción del aparato estatal y que ha permitido a Evo Morales mantenerse en el poder, lo cierto es que hoy en día con la penetración de ideas y valores altamente sofisticada que se realizó a través de la tecnología mediática este sostén ideológico que nutre las bases de los movimientos sociales que respaldan al gobierno, sufrió por primera vez un revés el 21 de Febrero del 2016 cuando la población dijo no a la repostulación de Evo Morales con un 51.34 % .

LA ESTRATEGIA DE MANIPULACIÓN DE LAS CONCIENCIAS: 21F EL DÍA DE LA MENTIRA

Nuevamente el uso de la tecnología mediática permitió crear a partir de rumores una realidad aparente con visos de corrupción en el gobierno. Sin embargo esta vez logró lo que no se pudo lograr el año 2008, que la gente cambiara su percepción sobre la gestión de gobierno a través de una campaña de manipulación de las conciencias en una escalada de acusaciones y rumores sin comprobación, frente a la inercia del aparato estatal y del gobierno del MAS que aún tiene como principal debilidad de su gobierno el no haber transformado lo suficiente la dinámica institucional y la cultura clientelar que por años se habría enquistado en el seno del aparato estatal.

Sin embargo, ésta vez fue la soberbia del gobierno frente a sus logros y el aire exitista sobre el crecimiento económico, lo que le impidió reconocer la nueva estrategia de desestabilización política y mediática y las nuevas tecnologías comunicacionales como herramienta principal de esta nueva estrategia de desestabilización efectivamente utilizada en los países vecinos, y crear una estrategia comunicacional propia para hacerle frente, lo cual derivó en la pérdida de votos ante el electorado.

Ésta estrategia de desestabilización ha demostrado logros importantes reconfigurando el panorama político de América Latina y los cambios realizados por los gobiernos progresistas en la región. Por ejemplo, en Brasil, la misma estrategia de desestabilización fue aplicada pero con mayor éxito debido a la campaña mediática en torno al Impeachment de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff y el terrorismo mediático en la espiral de rumores de corrupción del gobierno. Si bien una de las lecciones aprendidas es que a pesar de las medidas sociales adoptadas por el gobierno en favor de los sectores más vulnerables del país, lo cierto es que no se supo construir conciencia social sobre los beneficios de la política asumida. Una de las lecciones más importantes es que una gran parte de los beneficiarios de estos programas sociales atribuyeron su éxito económico y social no a las políticas de gobierno sino a su propio esfuerzo, ante el desconocimiento de la política nacional e internacional y la incidencia de la política de gobierno en las mejoras de su condición económica, tal y como lo expresó la ex presidenta de Brasil Dilma Rouseff en el programa televisivo del ex presidente de Ecuador Rafael Correa el presente año. Por ello se puede ver cómo, con el gobierno de Temer recién el pueblo logró entender el fracaso social y económico al no apoyar de forma masiva al gobierno que les permitió obtener una estabilidad económica, de ahí el respaldo contundente posterior a Lula cuando éste fuera encarcelado.

El aprendizaje también de Argentina nos remite con Macri a un retorno del modelo económico neoliberal reciclado bajo el sistema de crimen organizado pero que sin embargo, no permite entender la racionalidad criminal que lo sostiene con la imposición del modelo económico del FMI y las medidas económicas aplicadas por este gobierno, respaldado por la mentira democrática que lo legitima, así como tampoco permite al pueblo articularse en la defensa de su democracia, de ahí que urge tomar conciencia del nuevo campo político de confrontación de fuerzas y reconocer el impacto de los nuevos avances científico tecnológico que la acompañan.

De igual manera el bloqueo económico contra Venezuela se evidencia como parte de este plan de desestabilización de América Latina para la reapropiación de sus recursos naturales y la demanda de mano de obra barata. La migración masiva que ha desencadenado en Venezuela como resultado de esta estrategia de desestabilización, ha generado una importante resistencia del pueblo venezolano al golpe de EEUU, que se viste de «intervención humanitaria» y que América Latina desde sus pueblos y ante la ausencia de sus gobiernos, debe denunciar para evitar el colapso de Venezuela y el sometimiento de la región.

Esta misma estrategia de desestabilización nos toca presenciarla en Nicaragua luego de un crecimiento sostenido del PIB del 4.5 y 5% los últimos años reconocidos por el FMI y la consecuente campaña de desprestigio contra el presidente Daniel Ortega, así como la escalada de violencia y el caos que se han venido detonando como parte de la estrategia mediática y violenta a través de grupos criminales contra la sociedad civil, y la campaña comunicacional que demoniza su gobierno como dictatorial.

Estos aprendizajes deben ser considerados en un contexto que nos remite a una América Latina ya no solamente depauperada, destruida social y económicamente sino también actualmente criminalizada, y recoger experiencias de sociedades como la Salvadoreña que nos remiten a Estados donde la criminalidad está a la orden del día no solo en las estructuras de poder sino también en la cotidianeidad y donde por poner un ejemplo, las violaciones sexuales ya no sólo van dirigidas contra adolescentes mujeres sino también contra adolescentes varones en una inseguridad ciudadana que fácilmente conduce a la desesperación y a la migración masiva. Solo que en este caso ni la migración, ni las razones que la respaldan, van acompañadas del gran aparato mediático.

Todo esto sólo puede evidenciar la consolidación en la región de la nueva política criminal que se ejerce contra América Latina por la reapropiación de sus recursos naturales y principalmente contra los gobiernos denominados progresistas, en los que la ciudadanía consciente juega un rol determinante.

MAR PARA BOLIVIA

De ahí que no sea extraño que la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Haya responda a esta racionalidad del despojo con el veredicto que favoreció a Chile y que se desarrolla como parte de la imposición de los Estados canalla o Estados criminales, donde nos toca presenciar una nueva política ya no en función de la sociedad, sino del lucro y del despojo a través de la institucionalización del crimen organizado.

En esta caricatura de lo que debería ser la justicia, los grupos de oposición en Bolivia y fuera de ella, son ahora quienes se visten de una «moral subvertida» en el acatamiento pasivo del fallo de La Haya, pero también se alinean en esta estrategia de desestabilización al demandar al gobierno «capacidad en el manejo político del país», sin reconocer el contexto y la nueva racionalidad política que lo sostiene, pero además con un discurso que revela nuevamente tintes de racismo y discriminación colonial.

La lucha por recuperar el mar para Bolivia es una lucha que no va a claudicar, es cierto, pero también es cierto que nos movemos en un sistema criminal que se respalda en estos mecanismos jurídicos. Este aprendizaje para nuestra querida Bolivia permite al país por primera vez a nivel mundial, denunciar la falta de legitimidad del sistema judicial y evidenciar un accionar que no obedece a una justicia para el pueblo, sino que se consolida como instrumento que legaliza el atropello de este sistema criminal de despojo de los pueblos.

Sin embargo, esta oportunidad permite también a Bolivia un protagonismo importante no solamente en la búsqueda de un derecho humano esencial para el desarrollo de nuestros pueblos, sino que además y debido al amplio respaldo a nivel mundial ante esta demanda, se constituye en un ejemplo histórico de demanda de Justicia para los pueblos del mundo que creen en la democracia y el sistema judicial que lo sostiene. Con la denuncia de manipulación grotesca de la justicia, no sólo se refuerza la dignidad de la demanda marítima sino que también se refuerza a nivel mundial la necesidad de los países del mundo de contar con un sistema judicial que no se someta al sistema criminal actual.

De ahí que es comprensible que se intente defenestrar la figura de Evo Morales a nivel mundial como un líder incapaz de entender la nueva diplomacia del sistema criminal. Evo es el pueblo que a pesar de la ilegalidad con la que actúan las instituciones del cuestionado aparato estatal a nivel internacional, sigue creyendo en la democracia, pero esta vez el pueblo que lo acompaña ya no pide construir el nuevo marco jurídico de Bolivia, el pueblo a nivel mundial ha sido duramente golpeado por esta Inquisición del sistema criminal como refiere Chossudovsky. Por lo tanto el desafío para Bolivia es demostrar la verdadera cara del sistema jurídico internacional, y el desafío para los pueblos del mundo que acompañan esta demanda legítima será presionar para que la corte de Justicia internacional responda a la credibilidad y a la legitimidad que la sostiene ante el mundo antes que a una «legalidad» cuestionada. Este es el «mal ejemplo» que no se debe permitir al mundo, pero que Bolivia está dando.

Por ello es comprensible también que la oposición se empecine en denunciar que Evo Morales debe acatar el fallo de La Haya y no cuestionarlo porque hacerlo es dejar en evidencia ante el mundo la manipulación de estos mecanismos jurídicos como parte de la microfísica del poder de los Estado criminales como los denomina Chossudovsky.

CONCLUSIÓN

En esta nueva estrategia de desestabilización que se presenta como una guerra silenciosa de última tecnología, y que remite a una nueva Inquisición del sistema criminal según el autor que analizamos, es necesario considerar nuevas estrategias de respuesta, que no permitan su profundización en Bolivia a riesgo de seguir el camino de los países destruidos que deja a su paso este nuevo sistema, esto dependerá del nivel de comprensión no solo desde el gobierno sino también desde la sociedad, de cómo opera esta estrategia en sus primeras etapas para impedir su consolidación.

En una primera etapa están la violencia mediática con momentos de caos, violencia y confrontación con tintes raciales en Bolivia, que sirven de antesala para la creación de grupos de choque que generen desestabilización en el país, además del uso de las nuevas tecnologías de destrucción masiva a través de las armas electromagnéticas dirigidas contra la población (atentando a su salud física y mental) en momentos determinantes para la desestabilización política y social del país, pero además la confrontación detonada desde y entre los propios bolivianos con nuevas características bajo la lucha por la «democracia» y en «defensa de la patria» que legitima el uso de la violencia.

Para ello la estrategia mediática va a atacar sistemáticamente las bases que sostienen a este proceso y tratándose de un sistema criminal inmoral lo lógico es que comience por cuestionar la moral del proceso y la racionalidad que subyace al Vivir Bien en el proceso de cambio que vive Bolivia, y atacar en ambos frentes simultáneamente el del gobierno y el de los ciudadanos, más aún cuando en su primer intento el año 2008 fracasó por no entender la racionalidad con la que se enfrentaba. En el caso de los ciudadanos sea a través de la penetración mediática cultural globalizante (música, literatura alienante, cine, etc.) o bien a través de mecanismos de manejo de la conciencia a partir de la subliminalización y/o subversión del lenguaje (en la perversión de los valores que subyacen al Vivir Bien y que se distorsionan en los valores del mercado a través de redes sociales principalmente) tanto dentro y fuera de las filas del MAS en lo que respecta a las organizaciones sociales y otras asociaciones, así como en todos y cada uno de los ciudadanos. Además del uso de armas electromagnéticas, la crisis climatológica y la creación de pandemias para debilitar la salud de las personas.

El cuestionamiento moral contra el gobierno ya lo hemos visto como en el caso Zapata pero que ahora se basa en hechos reales como el caso de funcionarios que habrían demostrado poca responsabilidad institucional como en el caso de la medalla presidencial o de corrupción como en el caso del Banco Unión, y/o negligencia institucional como en el caso de Jhiery Fernández y el cuestionado sistema judicial.

Por ello no sólo el gobierno, sino también la sociedad deberán tomar consciencia que el primer atentado contra este sistema criminal es la moral que sostiene el proceso de cambios en Bolivia y con ello la lucha de los pueblos por la dignidad y la vida que enarbola un Vivir Bien que ahora se pretende subvertir porque esto atenta contra la racionalidad misma del sistema criminal no sólo a nivel local sino también a nivel mundial. La fuerza del proceso de cambio debe ser principalmente recuperar el sentido de la lucha que lo sostiene, esto es el vivir Bien y la racionalidad de valores que lo acompaña en la construcción de un proyecto país en un Estado nación soberano.

Además de recoger las principales enseñanzas de la desestabilización de los gobiernos progresistas en la región, así como tomar consciencia del contexto social político, económico, científico -tecnológico y cultural que atenta contra el desarrollo de este proceso de cambios boliviano tanto para el gobierno como para el pueblo que lo respalda.

Por último será un desafío histórico para el gobierno del MAS demostrar que la Corte Internacional de Justicia de la Haya no se constituye en una Justicia para los pueblos y que perdió legitimidad ante el mundo con su veredicto en favor de Chile, pero será también un desafío para la sociedad boliviana impulsar nuevamente la demanda marítima dentro y fuera de Bolivia como una demanda legítima del país ante la cual los tribunales internacionales deben manifestarse en resguardo del derecho de los pueblos y no de intereses corporativos. Así como tomar consciencia del contexto mundial social político y económico en el que se sitúa esta demanda y la trascendencia de la misma como una demanda legítima de los pueblos. Pero también y sobre todo asumir con la misma madurez que asumieron los abuelos en la vigilia de la Asamblea Constituyente apostando pacíficamente por la democracia en la que siempre creyeron, y vigilar porque el proceso de cambios que trajo crecimiento económico para el país no retroceda hasta la época negra de neoliberalismo reciclado bajo una guerra silenciosa que trae muchos más muertos consigo de lo que trajeron la primera y la segunda guerra mundial, sólo que esta vez bajo las riendas del crimen organizado institucionalizado en el aparato estatal en el sistema globalizado actual y velar por que el Vivir Bien se consolide no solo como discurso sino como la base de la nueva sociedad que se quiere construir no sólo en Bolivia sino también a nivel mundial.

BIBLIOGRAFÍA

Michel Chossudovsky. La Globalización de la Guerra. Managua. PAVSA. 2016

Eva Golinger. El Código Chávez. Descifrando la Intervención de los EEUU en Venezuela. Caracas. AGENCIA LATINOAMERICANA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS 2 (Alia2). 2005

Naomi Klein. La Doctrina del Shock. Barcelona. PAIDÓS. 2007

Cynthia Cisneros. La Contaminación Electromagnética: Un Tema Urgente de Regular en Bolivia. 2018 https://www.linkedin.com/in/cynthia-cisneros-fajardo-654968a4?originalSubdomain=bo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.