El registro de la candidatura independiente de Marichuy como parte del CNI es un avance, tanto para el propio neozapatismo, como para la incipiente democracia mexicana. Es un avance para el neozapatismo porque este ha ido de más a menos en los últimos años. La candidatura de Marichuy puede ayudarles a revertir esa tendencia. Esto […]
El registro de la candidatura independiente de Marichuy como parte del CNI es un avance, tanto para el propio neozapatismo, como para la incipiente democracia mexicana. Es un avance para el neozapatismo porque este ha ido de más a menos en los últimos años. La candidatura de Marichuy puede ayudarles a revertir esa tendencia. Esto les permitirá posicionar una agenda en el debate nacional, principalmente relacionado al tema indígena que hoy no aparece en los discursos de los políticos. También temas relacionados a los feminicidios, la violación de derechos humanos, depredación ambiental, pobreza y desigualdad. Y justo por esto es que veo que la candidatura independiente de Marichuy es algo bueno para la democracia: puede ayudar a elevar el nivel del debate público nacional.
Hasta ahora AMLO venia poniendo énfasis en la corrupción. En un segundo plano de su discurso entraba el tema de las políticas neoliberales, en particular la reforma energética por el tema del gasolinazo. Con el CNI en la arena pública nacional, el debate puede que se cargue un poco más hacia la izquierda, donde se obligará a los políticos a posicionarse sobre temas fundamentales. Habrá que ver cómo se van desarrollando los hechos.
Me parece lamentable que algunos morenistas piensen que la candidatura independiente del CNI-EZLN es una estrategia del PRI para supuestamente dividir el voto de izquierda. Como si el objetivo de esta candidatura independiente fuera debilitar a AMLO. Eso es un error grave basado en prejuicios y no en análisis políticos serios. Esto es así porque:
1) Marichuy va a atraer el voto de la izquierda radical abstencionista. Esos no votarían por AMLO en ningún caso.
2) Si Marichuy gana votos que en principio irían a Morena, será por errores discursivos y de estrategia de AMLO. El peje debe tener mucho cuidado en su interacción con Marichuy. Si comete errores discursivos machistas o racistas en su interacción con ella, esto va a generar un debate inútil y muy desgastante entre toda la izquierda mexicana. También AMLO tiene que dejar claro qué postura tiene ante temas fundamentales que constituyen una agenda social: feminicidios, depredación de recursos naturales, pobreza y desigualdad, etc.
3) El discurso de Marichuy hará ver a AMLO como un político moderado y tibio. Esto supondrá un reto para la derecha mexicana, pues ya no será tan fácil hacer parecer a AMLO como el «radical populista peligroso para México». Esto puede beneficiar la imagen que hay sobre AMLO entre los votantes no-radicales (la inmensa mayoría de los mexicanos). Para la gente la ultraizquierda no la representaría AMLO, sino Marichuy.
4) En México hay un enorme nivel de abstencionismo, cerca del 40% de los electores nunca vota. A esos tienen que convencer Morena y los suyos, no temer a Marichuy porque les quitará votos y, finalmente
5) La principal preocupación de AMLO y Morena debe ser el tema del fraude. Ellos ya han ganado elecciones (presidenciales en 2006, recientemente en el Estado de México), pero el PRI les aplica el fraude de manera sistemática. Ante eso deberían diseñar estrategias políticas fuertes, basadas en la movilización social que impidan el fraude. Ese es el tema central, no preocuparse porque el CNI les quitará votos.
La imagen de Marichuy es simbólicamente muy potente, una mujer indígena presentándose a las elecciones presidenciales. Es la primera vez que esto pasa en la historia de México, un país con herencias y lastres coloniales y machistas. Ella es la candidata con mayor autoridad moral para hablar de temas sociales, pues viene de abajo. Ella viene del México profundo, del México que ha resistido siglos de colonialismo-racista. Es posible que ella despierte la consciencia dormida de los mexicanos, para impulsar la autoorganización social, civil, independiente de partidos políticos, que tanto necesitamos.
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