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La nueva lectura de Marx de Michael Heinrich (VII)

Marx y el «marxismo»

Fuentes: Rebelión

Estamos en el primer capítulo del libro de MH. «Capitalismo y ‘marxismo» es su título. En el tercer apartado: «Marx y el ‘marxismo».     Algo más extenso, páginas 53-60, que el resto de los apartados de este capítulo. Básicamente son apuntes sobre la vida de Marx de un autor que está escribiendo una monumental […]

Estamos en el primer capítulo del libro de MH. «Capitalismo y ‘marxismo» es su título. En el tercer apartado: «Marx y el ‘marxismo».

 

 

Algo más extenso, páginas 53-60, que el resto de los apartados de este capítulo. Básicamente son apuntes sobre la vida de Marx de un autor que está escribiendo una monumental biografía (se ha publicado ya el primer tomo) del revolucionario de Tréveris (traducido ya al portugués, se ha anunciado la traducción castellana para 2019).

Copio algunos de sus comentarios, los menos conocidos:

1. «Fue redactor entre 1842 y 1843 de la Rheinischen Zeitung[La Gaceta renana] que como órgano de la burguesía liberal renana se oponía a la autoritaria monarquía prusiana (que entonces dominaba también Renania). Criticó en sus artículos la política prusiana, utilizando como modelo en su crítica la concepción hegeliana de la «esencia» del Estado, concretamente la realización de una «libertad racional» situada por encima de los intereses de clase. En su actividad periodística, fue entrando progresivamente en contacto con cuestiones económicas, con respecto a las cuales comenzó a parecerle dudosa la filosofía hegeliana del Estado».

2. «En 1845, Marx y Engels redactaron conjuntamente La ideología alemana, un escrito (publicado de manera póstuma) que pretendía romper no solo con la «radical» filosofía neohegeliana, sino también, como Marx escribió después, «con nuestra anterior conciencia filosófica». Aquí se criticaba especialmente del mismo modo que en las Tesis sobre Feuerbach escritas por Marx poco tiempo antes, la concepción filosófica de una «esencia humana» y la teoría de la «enajenación». En vez de eso, se deben investigar las relaciones sociales reales en las que viven y trabajan los hombres. Posteriormente nunca vuelve a aparecer en Marx el concepto de una esencia humana (genérica), y de enajenación habla muy raramente y de manera imprecisa. Sin embargo, se ha discutido con frecuencia acerca de si Marx ha abandonado de hecho la teoría de la enajenación o simplemente ya no la coloca en primer plano».

Esta es la cuestión, apunta MH, de la que trata fundamentalmente en la disputa sobre la existencia de una ruptura conceptual entre los escritos del «joven» Marx y los del Marx «maduro». Althusser fue uno de los marxistas que escribió en torno a esa ruptura conceptual.

Para conocer la documentada opinión de Manuel Sacristán sobre este punto, véase: «El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia», un excelente trabajo de filosofía de la ciencia y de, por así decirlo, «filología marxiana». En Sobre Marx y marxismo, Icaria, Barcelona, 1983, pp. 317-367 (es el primer volumen de sus «Panfletos y materiales»). Está anunciada una nueva edición de este texto, una edición de El Viejo Topo que incluye el coloquio y notas complementarias de edición.

3. «El MC había surgido más bien de una intuición genial que de un conocimiento científico profundo (algunas afirmaciones, como la tendencia a una depauperación absoluta de los trabajadores, fueron revisadas posteriormente). Es cierto que Marx ya se había ocupado de la literatura económica en los años 40, pero fue en Londres donde realizó por primera vez un análisis científico amplio y profundo de la economía política».

Convine releer el prólogo sobre el MC que escribió Francisco Fernández Buey para la edición del clásico en El Viejo Topo. Puede verse actualmente en FFB, Marx a contracorriente, Barcelona, El Viejo Topo, 2018.

4. «Esto le llevó a finales de los años 50 al proyecto de una crítica de la economía política que debía desarrollarse en varios libros y para la que fue elaborando a partir de 1857 [SLA: Marx no tenía entonces aún 40 años] una serie de manuscritos muy extensos, pero que quedaron inconclusos y no fueron publicados por él (entre ellos la Introducción de 1857, losGrundrisse de 1857/1858 y las Teorías sobre la plusvalía de 1861-1863). Marx trabajó hasta el final de su vida [1883] en este proyecto [unos 25 años] pero solo pudo publicar una parte del mismo: en 1859 apareció como comienzo la Contribución a la crítica de la economía política. Primer cuaderno [existe traducción al castellano], un pequeño escrito sobre la mercancía y el dinero que no tuvo continuación. En lugar de ello se publicó en 1867 el primer libro de El Capitaly en 1872 apareció la segunda edición corregida del mismo».

Los libros II y III fueron publicados por Engels tras la muerte de Marx, en 1885 (dos años después de su fallecimiento) y en 1894 (11 años después, 27 años después del primer libro) respectivamente. Manuel Sacristán, uno de los grandes marxólogos españoles, tradujo los libros I y II (editados) y la mitad del libro III (no publicado).También escribió presentaciones y anotaciones. Todo lo anteior está recogido en M. Sacristán, Escritos sobre El Capital (y textos afines), Mataró (Barcelona), El Viejo Topo, 2004 (edición de Salvador López Arnal).

5. «Marx y Engels constituyeron para los partidos socialdemócratas una especie de «think tank»: mantuvieron correspondencia con muchos líderes de partido y escribieron artículos para la prensa socialdemócrata. Se solicitaba su opinión sobre las más diversas cuestiones políticas y científicas».

MH recuerda que el resumen del A-D engelsiano, El desarrollo del socialismo desde la utopía hasta la ciencia (las traducciones castellanas suelen usar otro título), forma parte de los escritos más leídos en el MO antes de la I Guerra Mundial. En cambio, EC fue conocido solo por una pequeña minoría.

MH sostiene que dado que Engels no solo criticó a Dühring sino que mostró en diversos apartados las posiciones «correctas» del socialismo científico, sentó las bases de un marxismo ideológico «que fue acogido favorablemente por la propaganda socialdemócrata y que se fue simplificando cada vez más». Para MH, este «marxismo» simplificado encontró su más destacado representante en la obra de Karl Kautsky.

También Sacristán tradujo al castellano el Anti-Dühring. Su presentación -«La tarea de Engels en el Anti-Dühring«- ha sido uno de sus textos más influyentes, material de formación de varias generaciones de estudiantes y activistas. Puede verse ahora en M. Sacristán, Sobre dialéctica, Mataró (Barcelona), El Viejo Topo, 2009.

6. «Los rasgos más destacables de ese marxismo popular eran un burdo economicismo (es decir, la ideología y la política se reducen a una traducción directa y consciente de intereses económicos), así como un marco determinado histórico (el fin del capitalismo y la tevolución socialista se consideran acontecimientos que van a suceder por necesidad natural).»

Ese marxismo ideológico -economicismo + determinismo- fue el que se propagó en el interior del MO, sostiene MH, no propiamente la crítica de la economía política de Marx. Ese marxismo actuó como generador de identidad: mostrada a donde se pertenecía como trabajador y socialista, y explicaba todos los problemas del modo más simplificado posible.

MH no se queda ahí. Desde su perspectiva e interpretación, una continuación y simplificación ulterior de ese marxismo no marxiano de carácter ideológico tuvo lugar en el marco del marxismo-leninismo. Lenin desarrolló, en su opinión, un pensamiento profundamente enraizado en ese marxismo. Cita para justificar o ayudar a su afirmación uno de los peores textos del revolucionario soviético: «La doctrina de Marx es todopoderosa porque es verdadera. Está concluida en sí misma y es armoniosa, les da a los hombres una visión del mundo unitaria».

La escisión del MO es descrita por MH en estos términos: un ala socialdemócrata que se aleja de manera creciente de la teoría de Marx y de la meta de la superación del capitalismo, y un ala comunista que usa terminología marxista y retórica revolucionaria pero que, en la práctica, se limita a justificar lo giros políticos en política exterior y en política interior de la URSS. Ejemplo dado por el filósofo alemán: el pacto Hitler-Stalin. Puestos a hablar de simplificaciones, ¿no hay mucha simplificación en este comentario de MH? Sí, en mi opinión.

MH sostiene que a día de hoy (principios del siglo XXI) las ideas hoy universalmente difundidas sobre el supuesto contenido de la teoría de Marx se basan en ese marxismo ideológico. Afirma que «para la mayor parte de lo que en el siglo XX firma como marxismo o marxismo-leninismo, sigue siendo válido lo que Marx manifestó a su yerno Paul Lafargue, cuando este le informó sobre el «marxismo» francés: «Si eso es marxismo, entonces yo no soy marxista» (MEW 35, p. 388)».

Sin embargo, nuestro autor apunta otro escenario alternativo, el marxismo con el que él simpatiza, el no ideológico ni leninista: en los años 20 y 30 se desarrollaron distintas variantes de distinta amplitud de una crítica marxista, esta sí, al marxismo ideológico. Estas concepciones, están asociadas a los nombres de Gramsci, Korsch, Lukács o la Escuela de Frankfurt, normalmente agrupada bajo la denominación «marxismo occidental».

Destacadamente, todos estos autores fueron traducidos al castellano por Manuel Sacristán. Especialmente, Gramsci y Lukács (el autor que más tradujo, unas 5.000 páginas traducidas). De su Gramsci, recordemos su Antología (reeditada por Akal recientemente) y El orden y el tiempo (Trotta, 1998, edición de Albert Domingo Curto). De hecho, su último escrito largo fue la presentación del undécimo Cuaderno de la Cárcel del revolucionario sardo (traducido por su amigo y discípulo Miguel Candel).

Este marxismo se limitó a criticar los fundamentos filosóficos y teórico-históricos del marxismo tradicional ideológico, el Diamat y el Hismat, en opinión de MH. Fue en los años 60 y 70 cuando se alcanzó a ver por vez primera que en el marxismo tradicional la crítica de la economía política había sido reducida a una alternativa economía política marxista, perdiendo el alcance del concepto de crítica en Marx. Volveremos a este punto esencial.

Como consecuencia de movimiento estudiantil y de la lucha contra la guerra del Vietnam, surgieron nuevos debates sobre la obra de Marx. MH cita los nombres de Althusser y sus colaboradores. Además de El Capitalestuvieron presentes los Grundrisse (Rosdolsky fue uno de sus grandes estudiosos).

En los debates que surgieron en Alemania sobre la construcción y la estructura de la crítica de la EP, tuvieron un papel central los escritos de Backhaus, así como un libro de Reichelt de 1970. Supusieron un impulso para una nueva lectura de Marx.

La denominación nueva lectura de Marx, señala MH en una nota a pie de página, la utilizó por vez primera Hans-Georg Backkaus en el prólogo a la obra citada. Otros autores de esta corriente: Elbe, Brentel, Behrens, Rakowitz, Milios, Dimoulis, Economakis, Postone. Entre nosotros, Clara Ramas San Miguel.

Vayamos a continuación al capítulo II.

 

PS. Un asunto que tal vez sea de su interés. Lo es del mío.

Las hijas de Karl Marx: correspondencia familiar (1866-1898) . Edición de la correspondencia entre las tres hijas de Karl Marx, nunca editada en castellano y olvidada en sus ediciones francesa e inglesa. https://www.verkami.com/locale/es/projects/22260-libro-las-hijas-de-karl-marx-correspondencia-familiar-1866-1898

 

 

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