Hay de Dulce, de rajas, de mole… En México, como en Brasil, también irrumpen indignados. Pero acá la indignación pertenece a una cepa distinta. Aunque acá también son jóvenes, la (anti)causa a la que responden se sostiene en una triste senilidad intelectual o discursiva. Y es que la aparición del minino Morris en la disputa […]
Hay de Dulce, de rajas, de mole…
En México, como en Brasil, también irrumpen indignados. Pero acá la indignación pertenece a una cepa distinta. Aunque acá también son jóvenes, la (anti)causa a la que responden se sostiene en una triste senilidad intelectual o discursiva. Y es que la aparición del minino Morris en la disputa comicial por la presidencia municipal de Xalapa -más allá de las simpatías o antipatías que pudiera despertar-, ha puesto al descubierto uno de los males más reprochables en cualquier sociedad: la lacerante senectud de muchos jóvenes. Figúrese que no pocos homólogos generacionales (los indignados en cuestión) esgrimen con airada convicción e insospechada indignación un argumento típicamente arcaico: a saber, que la candigatura del celebérrimo Morris pone en peligro un objetivo largamente perseguido: el derrocamiento del PRI en la entidad, o la materialización de un anhelado «cambio». Y como la lógica estadística (siempre caprichosa) indica que el candidato panista está virtualmente descalificado, se infiere que este hipotético cambio está corporeizado en la figura de la contendiente más próxima al desteñido candidato tricolor: la Sra. Dauzón. Bien dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Aunque acá los tropiezos alcanzan una cifra astronómica, que francamente hace dudar de nuestra condición de hombre. Y es que tal argumentación, si se nos permite la modesta curiosidad, acarrea necesariamente la siguiente pregunta: ¿En qué vetusta inteligencia cabe la idea de que una empresaria acaudalada, visiblemente extraña a la realidad de las nuevas generaciones, adherida a un partido enquistado orgánicamente en la estructura tradicional priista, fundado por un priista de cuño (Dante Delgado), y cuyo conyugue es un histórico integrante del priismo estatal, puede conducir a la sociedad a un cambio?
Esta indignación de los panegiristas del cambio sin cambio, que torpemente ven en las elecciones una herramienta para destronar al rey midas tricolor, tiene una explicación: el olvido, desconocimiento u omisión de la historia pretérita y presente. ¿Cuántas veces más deberá fracasar una «alternativa» u «oposición» electoral para que la inefectividad o inutilidad del voto -el sistema electoral en su conjunto- quede terminantemente demostrada?
La no tan incomprensible turbulencia en Brasil
Que la gente en Brasil se esté manifestando en las calles no supone ningún enigma. Lo realmente enigmático es que los analistas o especialistas o intelectuales lo etiqueten como un acontecimiento inesperado. O peor aún, que no avizoren un explicación plausible en su horizonte de razonamiento. O como dicen, «más pior «, que ante su impotencia para comprender el estallido recurran a una suerte de argumentación metafísica: «Nacidos de la nada (¡sic!), hay brotes de protesta por todo el país, contra el alza de los precios de los autobuses en un principio, y luego contra cualquier cosa (¡sic!)» (Eric Nepomuceno).
Pero hasta en México sabemos que la organización de megaeventos deportivos en aquel país ha conducido al desplazamiento de asentamientos enteros, al despojo de vivienda entre los estratos marginales. En un país que afortunadamente ya conoce lo que es cambiar la política a través de la movilización (sino véase los orígenes del PT), es tan sólo natural que la gente estime con más criterio político la protección de sus derechos básicos. La movilización es fruto de una creciente conciencia política-popular en Brasil. Es un rebase por la izquierda a esa izquierda partidaria que alguna vez trazó e inauguró en las calles el empoderamiento ciudadano, y que ahora encumbrada en el poder pretende frenar este proceso.
El panismo bárbaro o bávaro
Felizmente algunos periodistas han decidido escudriñar los truculentos orígenes del panismo troglodita (cruda tautología). No hacía falta una investigación tan exhaustiva para reconocer las inclinaciones oscurantistas de Acción Nacional: su discurso y acciones lo exhiben sin disfraz que valga. («Somos tercamente democráticos», explicaba sofísticamente Lujambio Irazábal). Pero el esfuerzo es loable. Y tan sólo a modo de contribución a esta iniciativa, reproduzco parcialmente un artículo que vira en la dirección de la crítica en curso al panismo pro-fascista:
Primer acto
Ciudad Juárez, Chih., 22 de octubre. Un comando armado irrumpe en una fiesta de cumpleaños y acribilla indiscriminadamente a los asistentes. La mayoría de los presentes son estudiantes de secundaria y preparatoria. Entre las víctimas adultas destaca la madre del festejado, de 30 años, quien deja seis hijos en la orfandad, y al menos otras tres mujeres, una embarazada. Dos niños de siete y 11 años también resultan heridos. La brutal masacre deja un saldo de 14 muertos y 20 heridos…
…Tercer acto
Saltillo, Coahuila, 24 de octubre. Cuerpos de seguridad (Policía Federal Preventiva) matan a tres miembros de una familia al disparar más de 200 balazos contra la camioneta en que viajaban las víctimas, asesinando al instante a una madre de familia, de 47 años de edad, y a sus dos hijos de 18 y 14 años, respectivamente. El menor de edad fallece en el lugar del tiroteo y su hermana en el momento en que es subida a la ambulancia, cada uno con seis balazos…
…Quinto acto
Ciudad Juárez, Chih., 28 de octubre. Un «comando» intercepta un camión de la maquiladora Eagle Ottawa y balea a los trabajadores -la mayoría mujeres- que eran trasladados de la planta de la empresa a sus hogares. Cuatro empleados -tres mujeres- mueren en el instante, 15 resultan heridos. Familiares confirman que dos de las mujeres ultimadas tenían cada una tres hijos cuyas edades van de los cuatro a los 11 años.
Sexto acto
Ciudad Juárez, Chih., 29 de octubre. Indignados por la desquiciada violencia rampante, estudiantes universitarios se manifiestan en las calles para condenar la negligencia de las autoridades y exigir cese a la barbarie. El gobierno responde con el envío de Policías federales, a quienes se les da la orden de disparar contra los manifestantes. Un estudiante de sociología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) recibe un impacto de bala por la espalda que lo deja gravemente herido.
Séptimo acto
En relación con estos hechos, humanamente repulsivos, un integrante de la «nomenclatura» calderonista, según parece, responsable de la política interna, emite públicamente la siguiente declaración: «Los recientes actos criminales ocurridos en diversos puntos del país confirman la pertinencia de conservar y reforzar la estrategia del presidente Felipe Calderón Hinojosa en materia de seguridad» (sic).
¿Cómo se llamó la obra?
Los hornos de Calderón.
Fuente: http://lavoznet.blogspot.mx/2013/06/mas-acerca-de-morris-la-no-tan.html