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Mas allá de la Ley de Medios, pasan cosas

Fuentes: Red Eco

¿Por qué pedirle peras al olmo? Si en los años de bonanza no se «derramó» la riqueza – ni por voluntad de las empresas, ni por acción del Estado – menos es de esperar que suceda en estos tiempos de crisis y supuesta baja en las ganancias. La instalación mediática del debate sobre la ley […]

¿Por qué pedirle peras al olmo? Si en los años de bonanza no se «derramó» la riqueza – ni por voluntad de las empresas, ni por acción del Estado – menos es de esperar que suceda en estos tiempos de crisis y supuesta baja en las ganancias.

La instalación mediática del debate sobre la ley de medios corrió de la escena otras informaciones que marcan las consecuencias del proyecto político kirchnerista, que dice querer «ser» y «hacer» pero que en la práctica tiene otros resultados. Algunas cosas que pasan, más allá de la ley.

Pasa que casi un 37 por ciento de los trabajadores – unas 4,3 millones de personas, casi – están en negro. Hay zonas, como las provincias del noroeste donde casi la mitad trabaja sin estar registrada, por lo que no tiene obra social ni accederá a una  jubilación.

Pasa que la desocupación ha crecido. Según datos del Indec se han perdido en el último trimestre 164 mil puestos de trabajo, lo que equivale a que esa misma cantidad de familias no tengan al menos un ingreso. Estimaciones privadas hablan de 250 mil desocupados más y advierten que para las estadísticas, al reducirse la cantidad de gente que busca trabajo, también cae la tasa de desempleo.

Pasa que según los últimos relevamientos de la Central de Trabajadores Argentinos la pobreza se ubica en un 33 por ciento de los argentinos (para la Iglesia un 40, para el Indec un 14). Son 13 millones de personas que deben vivir con 8 pesos diarios (2 dólares) para comer, viajar, vestirse, comprar algún medicamento, etc. Lo curioso es que para las estadísticas si los ingresos superan un dólar dejamos de ser «indigentes» y entramos en la categoría de «pobres».

Pasa que la brecha de ingresos entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre es similar a la del último trimestre de 1998 y más desigual que hace dos décadas, e incluso que en buena parte de los 90.

Pasa que uno los recursos públicos y subsidios destinados a financiar al capital privado se multiplicaron por 10 de 2005 a la fecha. Entre regímenes promocionales, subsidios y préstamos, el Estado transfirió al sector empresarial y sobre todo al más concentrado la suma de 41.212,3 millones de pesos.

Pasa que hoy – luego de la estatización de las AFJP aprobada por todos los que repudiamos las privatizaciones menemista – alrededor de un 88% de los jubilados cobran menos que la canasta básica de pobreza.

Pasa que desde esa estatización, los fondos de los jubilados se han utilizado para pago de deuda pública a través de canjes de bonos, préstamos al Tesoro Nacional, ayuda a empresas privadas diversas, entre ellas las multinacionales automotrices, el «plan anticrisis» y el «Mega Plan de Obras Públicas» destinado en su mayoría a favorecer el consumo de sectores de la clase media.

Pasa que a casi diez meses de dicha estatización recién acaban de aprobar (Resolución de ANSeS 134/2009) la reglamentación por la cual debe regirse el Consejo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema Integrado Previsional Argentino (FGS), que es ni mas ni menos quien debe controlar el manejo de los fondo de los jubilados.

Pasa que «volvimos» al FMI del que en realidad nunca nos fuimos, porque el default declarado por Argentina a fines de 2001 no afectó ni un solo dólar de los que siguieron cobrando el FMI, el BM y el BID.

Pasa que como el gobierno necesita plata (lo que se llama volver al «mercado financiero internacional») debe entonces dar una «señal». Por eso se apresta a cerrar el pago de los 7 mil millones al Club de Paris. Pero además evalúa reestructurar la misma deuda que Néstor Kirchner dijo que no iba a pagar: casi 30 mil millones de dólares a los inversores privados que no entraron en el canje 2005.

Pasa que se sigue con los pagos de la deuda o canjes de deuda de corto plazo por otra a mas largo plazo (condicionando a generaciones futuras). A pesar de pagar y canjear, se calcula que la deuda externa argentina esta cercana a los 145.000 millones de dólares, sin incluir lo que quedó fuera del canje (Casi la mitad de lo que el país produce).

Pasa que en el proyecto del presupuesto 2010 se destinan a Educación, Ciencia y Tecnología poco más de 24 mil millones, a Salud poco menos de 6 mil millones, mientras que para pagar deuda se presupuestan 122 mil millones.

Pasa que el hambre, en el país que produce alimentos para 300 millones de personas (8 veces su población), se lleva la vida de nuestros niños y ancianos.

Y pasa que terminar con el hambre solo significaría para el gobierno resignar 27 mil millones de pesos, que es apenas el 5% del gasto consolidado desde el Estado… apenas el 20% de lo subsidiado a los grandes grupos económicos.

Esto es lo que pasa… porque sigue pasando el capitalismo por estas tierras.

Fuente original: http://www.redeco.com.ar/nv/index.php?option=com_content&task=view&id=2307&Itemid=44

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa de la autora, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.