El 6 de junio al menos 48 millones de mexicanas tuvieron oportunidad de votar, ya que conforman el 52 por ciento del voto, que decidió el resultado; cambio o continuidad, y según todos los analistas, el mapa habla de una recomposición variopinta, donde todos ganaron.
Hubo mayoría del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido oficialista que en la práctica dirige el presidente Andrés Manuel López Obrador, enfrentado con un movimiento feminista que le reclama su pasividad ante una violencia que a diario se cobra la vida de 11 mujeres.
Se reconoce que uno de los grandes hitos mexicanos es la paridad de género, lograda tras años de trabajo, y que culminó en 2020 con la reforma a ocho leyes y normas preexistentes en materia electoral y administrativa para blindar los derechos políticos de las mujeres en los recientes comicios, además de protegerlas de la violencia política en razón de género.
Flavia Freidenberg, coordinadora del Observatorio de Reformas de América Latina de la UNAM y la Organización de Estados Americanos (OEA), en amplia reflexión en la Gaceta de esa casa de estudios cómo habrían reaccionado las mujeres en una de las elecciones más amplias de los últimos tiempos, con paridad electoral y múltiples amenazas y acciones de violencia
«En los últimos años en México, diferentes actores, como mujeres, politólogas y otros, han impulsado a instituciones electorales y jurisdiccionales a sumar esfuerzos sustantivos para trabajar la paridad de género en el ámbito político», explicó Freidenberg, coordinadora de la Red de Politólogas, integrada por 679 mujeres de 30 países.
Así se consiguió previamente la representación igualitaria en cámaras o en 14 congresos estatales donde mayoritariamente hay mujeres. «Ahora la gran novedad de las elecciones 2021 es que siete de 15 gubernaturas tuvieron candidatas de mujeres, un hecho histórico tanto en México como en América Latina»; el resultado hasta ahora, es que al menos cuatro mujeres fueron elegidas claramente, dos, hasta este sábado, estaban en recuento de urnas y boletas.
Y el tema parece otro motivo de celebración, dijo a su vez Valentina Cuevas, coordinadora del Observatorio de Mujer y Política de la ONG Transparencia Electoral, quien destacó a creación en México del Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política, donde se detalla qué han hecho, quiénes son o si tienen un cargo público, que no está presente en todos los países de América Latina. Es importante que se tome como ejemplo».
El registro impulsado por el Instituto Nacional Electoral fue resultado de la iniciativa conocida como 3 de 3 contra la violencia política hacia las mujeres.
Un proceso electoral innovador, pero manchado de sangre
Paradójicamente, estas elecciones, las más grandes y vanguardistas en la historia política del país, son también de las más violentas. Hasta hoy, 90 personajes de la política asesinados, desde el 22 de septiembre en que se inició el proceso electoral, hasta tres días antes.
En este marco, 14 fueron mujeres aspirantes, y al menos otras siete integrantes de sus equipos de trabajo fueron eliminadas o amenazadas de muerte. De las y los asesinados, 35 fueron eran aspirantes y ostentaban candidaturas a puestos de elección e incluían a siete mujeres, indicó el 5 de junio Etellekt Consultores, organización especializada en comunicación y gestión de riesgos, que prepara un informe detallado.
Las agresiones (homicidio, amenazas, robo o secuestro) contra hombres y mujeres de la política sumaban 785, al 6 de junio, según la consultora Etellekt. Y son Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Michoacán, algunos de los estados más peligrosos por la presencia de grupos criminales y del narcotráfico. Nuevas interpretaciones, tras los comicios, hablan de que si hubo intervención de la narcopolítica, sobre todo en entidades del Pacífico, donde creció territorialmente el partido oficial o van punteando sus candidaturas.
Entre los casos más difundidos en los medios, alrededor de las mujeres, están los de Alma Rosa Barragán, candidata de Movimiento Ciudadano asesinada a balazos en un acto de campaña en Moroleón, Guanajuato, donde ahora ganó su hija y el de Ivonne Gallegos, precandidata del Partido Acción Nacional a la presidencia municipal de Ocotlán de Morelos, Oaxaca, quien perdió la vida en un ataque armado, y Carla Enríquez Merlín, candidata de Morena a la presidencia municipal de Cosoloacaque, Veracruz, muerta en su propia casa.
En opinión de Karolina Gilas, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, «hay actores políticos en México que usan la violencia como mecanismo para ejercer control y poder, como el crimen organizado, aunque no es el único. A las mujeres políticas las matan porque no quieren que lleguen al poder».
Machismo y violencia, también en el lenguaje
El machismo y otras prácticas son formas de violencia que afectan los derechos políticos de las mujeres. Una muestra es el lenguaje verbal, es decir «la manera en como los candidatos hacen referencia a las candidatas o en como los medios replican estereotipos de género», planteó Valentina Cuevas, quien coordina una misión independiente de observadores electorales que estuvo durante la jornada electoral y estudia los comicios mexicanos, «su nivel de violencia, el desafío político y su realización en la pandemia».
Otros casos son las leyes de usos y costumbres, visibles en lugares como el estado de Oaxaca, donde 73 por ciento de los municipios se rigen por prácticas que impiden a las mujeres votar, aun por encima de la ley, manifestó en entrevista con Bruno Lutz, investigador y profesor del Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad Autónoma de México (UAM).
«En el norte de México, algunas mujeres aceptan -con convicción y anuencia del partido- postularse a cargos menores como sindicas, pues debido a la violencia del narcotráfico no hay hombre que se quiera arriesgar», explicó el académico. «Hay partidos que respetan la ley al proponer candidatas, pero cuando ganan les piden renunciar a favor de un candidato masculino. A más poder en un cargo político, hay mayor injerencia de poner un hombre sobre una mujer, incluso con artilugios».
El 31 de mayo, sin mostrar pruebas, Lupita Jones, candidata a la gubernatura de Baja California por la alianza Va por México, denunció públicamente que su contrincante del Partido Encuentro Solidario, Jorge Hank Rohn, le ofreció cinco millones de dólares por declinar a su favor.
Más mujeres votantes que hombres
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), de los 48 millones de mujeres inscritas en la lista nominal de electores, 3.7 millones de ellas, de edades entre 18 y 20 años, habrían votado por primera vez en 2021 para elegir representantes de diputaciones federales y de congresos, ayuntamientos, alcaldías y otros a nivel estatal.
«En estas elecciones hubo más mujeres votantes que hombres», indicó Bruno Lutz, doctor en Ciencias Sociales por la UNAM y maestro en Estudios de las Sociedades Latinoamericanos por la Universidad de la Sorbona. «El que la mayoría de los votantes sean mujeres, también tiene que ver con factores como la migración masculina a Estados Unidos o la tasa de homicidios de hombres. Hay una consecuencia demográfica que afecta el voto».
Aunque no hay encuestas o sondeos que indiquen la intención del voto femenino a nivel nacional, sí hay indicios sobre su comportamiento.
En una entrevista con El Financiero TV, Roy Campos, presidente de Mitofsky Group, una de las principales encuestadoras del país, dijo que en ocho de los 15 estados donde se elegirán gubernaturas, las candidatas tenían amplias posibilidades de ganar. Estos estados son Baja California, Chihuahua, Colima, Campeche, Guerrero, Querétaro, Tlaxcala y Zacatecas. Los resultados confirmaron el triunfo femenino en Baja California, Chihuahua, Colima y Tlaxcala. Está a debate Guerrero y Campeche, pero quedaron muy atrás en Zacatecas y Querétaro.
Por su parte, Lorena Becerra, directora de encuestas del consorcio mediático Grupo Reforma, comentó a DW: «Las elecciones en México tienen matices. No existe una brecha de género como en Estados Unidos y Europa. Varía mucho, por ejemplo, si se trata de una elección local. Sí hay segmentos de mujeres molestas por el discurso de López Obrador o por dinámicas locales que están costando, pero eso no se ha transformado en una brecha de género del voto femenino o un peso a nivel federal».
Asesinatos políticos en la campaña electoral
«La fuerza del movimiento de mujeres, interrumpida por la pandemia, no se ha convertido en un movimiento femenino electoral, quizás porque se detuvo, pero si no se atiende puede costarles (a Morena) la elección en 2024», agregó Becerra, doctora en Ciencia Política por la Duke University (Estados Unidos) y analista de opinión pública y comportamiento electoral.
Pese a que no se sabe cuál será el resultado del voto femenino, hasta que decante resultados de participación el Instituto Nacional Electoral, Karolina Gilas, experta en derecho electoral y representación política de las mujeres e integrante de la Red de Politólogas, observa «que el comportamiento electoral de las mujeres en el mundo muestra actitudes liberales de izquierda, una tendencia en los años 80, en los países desarrollados».
«El tradicionalismo conservador de las mujeres pasó a la historia. Hay evidencia de que no deciden su voto a partir de la sororidad, sino de factores como propuestas, ideología y otros más», planteó.
Mujeres votadas y votantes
Este 6 de junio, donde votaron las mujeres y habrá a todos los niveles ganadoras y candidatas exitosas, participaron figuras del mundo de la actuación, el espectáculo, la política, el deporte o la cultura.
La más controvertida hasta hoy es Evelyn Salgado Macedonio, quien sustituyó en la boleta electoral a su padre, Félix Salgado Macedonio, el depuesto candidato morenista a la gubernatura de Guerrero, acusado de violaciones sexuales contra mujeres, exalcalde de Acapulco y hombre cercano a López Obrador. La senadora Néstora Salgado, excomandante de la Policía comunitaria de Olinalá, cargo con el que enfrentó al narco y que le valió casi tres años de prisión injustificada, fue su contrincante.
Para la mayoría de los académicos entrevistados, el universo variopinto de candidatas -y candidatos- refleja una crisis de representación de los partidos mexicanos, una desesperación por buscar gente famosa que les generen votos y no que represente a la sociedad por sus programas públicos.
«No hay una sola manera de hacer política ni de representar, porque la sociedad mexicana es diversa y plural, aunque tener cuerpo de mujer no significa defensa de género o de los intereses de las mujeres, pues hay mujeres que no son feministas. Hay una gran expectativa por los resultados finales, dijo Flavia Freidenberg, doctora en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca y coordinadora del Observatorio de Reformas de América Latina de la UNAM y la Organización de Estados Americanos (OEA).