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Entrevista a Jeff Tweedy líder de la banda Wilco

«Me da lo mismo que paguen o no por mi música, me importa que me escuchen»

Fuentes: El Cultural

Se le ha puesto la aureola de «salvador del rock» y su banda, Wilco, ha seducido a crítica y público por igual. Jeff Tweedy ha forjado su carrera en los escenarios independientes de EEUU, pero sus hallazgos musicales han sido tan impactantes que ha trascendido al gran público. La próxima semana llega a Madrid y Barcelona para ofrecer dos recitales.

Si en política el consenso cada vez se vende más caro, las corrientes de opinión musicales coinciden en que Wilco es, en la actualidad, la banda que marca la diferencia. Lejos de ser el «grupo de moda», los de Chicago han dejado una huella profunda con los cinco álbumes que han publicado en su década de existencia. Una trayectoria que empezó con el grupo en la cabeza del country alternativo y ha terminado catapultándolos a metas superiores, llegando a revitalizar el rock actual a base de pequeñas dosis de experimentación y la búsqueda constante de nuevas formas de expresión.

La cabeza pensante de la banda es Jeff Tweedy (Belleville, Illinois, 1967), que entre disco y disco tiene la afición de hacer giras en solitario por pequeños teatros. Estas actuaciones acaban de ser recogidas en el DVD Sunken Treasure: Live in the Pacific Northwest (Nonesuch / Dro Atlantic, 2006), que el cantante presentará en Madrid (La Riviera) el próximo 1 de diciembre y al día siguiente en el festival Primavera Club de Barcelona. Este songwriter aficionado a la poesía -hace dos años publicó su primer libro-, casado y padre de dos niños, responde a El Cultural desde su estudio de Chicago, donde se encuentra grabando el próximo álbum de Wilco, previsto para la próxima primavera.

-¿Cuál es la motivación que le lleva a hacer estas giras en solitario?
-Como escritor de canciones para mí es muy importante permanecer conectado con el trabajo de hacer una canción, en solitario. Estos recitales me ayudan a estar en contacto con esa idea básica del escritor de canciones que no necesita más que su voz y un instrumento para comunicarse con alguien.

300 canciones en la cabeza
-¿Qué le aportan estos conciertos que no lo hagan los de Wilco?
-Son shows entretenidos, más tranquilos y que me permiten jugar con mucho más material. Tengo en la cabeza más de 300 canciones que puedo tocar en cualquier momento, mientras que con la banda no puedes asumir tanto material.

-¿Cambia mucho el repertorio de concierto a concierto?
-Cada noche es distinta. No elijo ninguna canción hasta que me subo al escenario. Las escojo al instante, aprovechando el feedback que recibo del público.

-Artistas de las últimas décadas (Dylan, Neil Young, Springsteen) han optado en algún momento por este tipo de interpretación. ¿Siente que sigue su tradición?
-Creo que sigo una tradición mucho más antigua que la de los músicos que mencionas. Mi tradición es básicamente humana: nos cantamos canciones unos a otros desde tiempos inmemoriales. Lo que yo hago es una forma de estar en contacto con esa tradición y continuarla. Por algún motivo, al ser humano le gusta tener melodías, cantar canciones y recordar sentimientos. Y la única forma que tiene el ser humano de recordar sentimientos es a través de la música.

-Sus letras son parte fundamental de las canciones de Wilco, ¿cree que estos conciertos en acústico ayudan a que el público les preste mayor atención?
-Es verdad que las letras son más visibles en los recitales acústicos, pero ésa no es la intención. La única intención es tocar las canciones de forma distinta, lo que llega a cambiar su significado. Revela las canciones en su forma más básica.

-Su último disco, A Ghost Is Born (Nonesuch, 2004), fue colgado en Internet meses antes de salir a la venta. ¿Le preocupa que la gente disponga de sus canciones sin pagar por ellas?
-Durante toda mi vida, lo más importante para mí ha sido que la gente escuche mi música. Quiero compartir esa música con la gente. Y cuando digo compartir me refiero a eso: compartir. Y si la gente quiere escuchar a Wilco sin pagar ni apoyarnos financieramente, yo seguiría estando contento. Para mí, lo más importante es ser escuchado.

-¿Cómo ve el futuro de la industria musical?
-Realmente, no lo sé. Pero el futuro de la música no tiene nada que ver con el futuro de la industria musical. No creo que la música corra ningún tipo de peligro si es real, vibrante y parte de la vida de la gente, como siempre ha sido. Sobre el negocio musical me preocupo menos. Estoy contento de ganarme la vida con lo que hago y te aseguro que no doy por sentado que siempre vaya a ser así.

-Innumerables medios califican a su grupo Wilco como la mejor banda del mundo en la actualidad. ¿Usted qué dice?
-No me sienta mal (ríe). Yo, por mi parte, no puedo pensar en esos términos. No le encuentro sentido. La música tiene un enorme poder de influencia sobre la vida de la gente, de una forma muy profunda, y no se consigue nada haciendo jerarquías o clasificaciones sobre si algo es mejor o peor. ¿Cómo puedes discutir si es mejor Justin Timberlake o Wolfmother?

Cambiar de sonido
-Gran parte de la culpa de que se diga eso fue su disco Yankee Hotel Foxtrot (Nonesuch, 2002). ¿Qué movió al grupo a cambiar el sonido de forma tan pronunciada?
-Estábamos pasando una mala época tocando de forma tradicional, las formas clásicas no lograban hacer que las canciones comunicaran lo que queríamos. Así que hicimos una labor de deconstrucción musical para que las canciones funcionaran. Pero no fue algo consciente o premeditado, sencillamente surgió de una búsqueda.

-Está grabando su próximo disco. ¿Cómo suena lo nuevo de Wilco?
-Básicamente, estamos grabando en directo en el estudio, con muy pocas grabaciones adicionales. En contraste con Yankee…, las interpretaciones son lo más importante en este disco. De hecho, no creo que necesitemos mucho tiempo de edición en el estudio. Es más una vuelta al Being There. Estoy realmente emocionado con el resultado, porque mientras tocamos ya suena como si fuera el disco.

-¿Qué le empujó a colaborar con Billy Bragg para poner música a letras escritas por Woody Guthrie?
-Woody Guthrie es parte de la cultura norteamericana y fue una gran influencia para mí de joven. Ése proyecto era un privilegio imposible de rechazar. ¿Quién rechazaría co-escribir una canción con Woody Guthrie?

-¿Cree que la música popular actual ha perdido el peligro que tenía en tiempos de Woody Guthrie o Pete Seeger?
-Puede que los efectos sean distintos a los que un día fueron. Pero yo nunca desestimaría el poder de la música para cambiar las percepciones de la gente. Hay un poder político o filosófico inherente en la música. Te sitúa en el lugar de la creación, y no en el de las cosas que ya existen. Le dice a la gente de forma automática: «No tiene por qué ser de esta manera». Una vez se recibe ese mensaje, la gente puede dar una nueva forma a sus vidas, del modo que ellos quieran. Y eso es todavía algo bastante peligroso.

-¿Qué opinión le merecen los resultados de las últimas elecciones en su país?
-Es una señal de esperanza. En mi opinión, de todas las cosas que le podían haber pasado a Estados Unidos, el Gobierno de Bush es la peor de ellas. Ha sido traumático vivir en este país en los últimos seis años, en semejante clima de ignorancia e inmoralidad.

-Esta situación, ¿ha llegado a verse reflejada en sus canciones?
-De alguna manera sí, pero es difícil de explicar. Ha sido muy doloroso vivir en una sociedad llena de miedo, en una cultura construida sobre el miedo, algo desmoralizante. El resultado de estas elecciones demuestra que América está levantándose de esos miedos.

-¿Se confía en los demócratas?
-Bueno, tienen el potencial para hacer cambios significativos y, como mínimo, pueden limitar el daño que la presidencia de Bush pudiera hacer en los próximos dos años.