1. Como con los estudiantes de Guerrero: Policías estatales a bordo de 14 vehículos sin logotipos (estos se borran o tapan, según la tarea) incursionaron la madrugada de hoy en la comunidad San Bernardino Chalchihuapan, estado de Puebla. Vestidos de negro, con pasamontañas y armas largas derribaron puertas, rompieron chapas y ventanas. En medio de […]
1. Como con los estudiantes de Guerrero: Policías estatales a bordo de 14 vehículos sin logotipos (estos se borran o tapan, según la tarea) incursionaron la madrugada de hoy en la comunidad San Bernardino Chalchihuapan, estado de Puebla. Vestidos de negro, con pasamontañas y armas largas derribaron puertas, rompieron chapas y ventanas. En medio de golpes y empujones, encañonaron a sus habitantes -ancianos mujeres y niños- y se llevaron a cinco pobladores, denunciaron los habitantes. Causó gran alarma en la población y muchos han pensado salir de la comunidad por miedo a que los militares regresen y la represión sea más brutal.
2. «Nosotros no le hemos hecho daño a nadie, somos gente de paz, dijo a «La Jornada» una madre de tres hijos al ver que se llevaban a su marido; pero de manera violenta uno de los hombres me respondió con una cachetada gritándome: cállate pendeja que también a ti te levantamos y te llevamos donde nadie sabe , me respondió golpeándome con su arma y lanzando amenazas de que nos matarían». A ninguno pude verle la cara, sólo sus ojos encendidos de odio contra nosotros. Yo le pedía que tuviera piedad porque somos gente muy pobre y de trabajo y mi marido es la única persona que mantiene a los tres hijos.
3. Los militares o militarizados de Guerrero y de todo el mundo actúan siempre por órdenes superiores; pero muchas veces no pueden esperar las órdenes por la urgencia de «eliminar a los enemigos»; actúan entonces por la ideología que les inculcan desde el primer minuto que son contratados por la institución armada. «Al enemigo hay que aniquilarlo, después averiguamos». ¿Qué es para ellos ser patriota, ser un héroe muriendo por la patria, sino la defensa del gobierno, del régimen establecido, de la clase dominante? ¿Qué son para ellos los rebeldes, los luchadores sociales (sean estudiantes, trabajadores, comunistas o anarquistas) sino los «enemigos que están contra la patria?
4. Las fuerzas armadas del gobierno son «pueblo, pero idiotizado con los discursos que a todas horas les meten por sus superiores». Los izquierdistas siempre hemos respetado a los soldados, a los policías diciendo que «es el pueblo uniformado»; pero siempre se nos olvida que ese pueblo ingresó a las fuerzas represivas por falta de trabajo, por hambre y por eso está dispuesto y tiene la obligación de hacer lo que le ordenen. Algunas veces nos hemos ilusionado que algún día en vez de apuntar al pueblo con sus armas las voltearán contra la burguesía porque son la clase explotadora, pero eso no sucederá porque «no muerden la mano» de quien les asegura su paga y la vida de su familia.
5. Ningún soldado saldrá del ejército asqueado por el despotismo, las jerarquías o los castigos militares porque logran «resbalar» todo; sólo desertarán de él si los narcotraficantes les ofrecen mayores ingresos económicos y más seguridad. Hubo un tiempo en que las guerrillas captaron a algunos soldados por la ideología revolucionaria radical de transformación social que propagaban. Pero, ¿de qué vivirá él y su familia si no logra ingresos seguros? Por ello los gobiernos -con los gigantescos dineros del presupuesto público, llegan contar con millones de soldados, policías, «orejas» y demás. Tienen a tanta fuerza que acordonan todos los movimientos.
6. Por ello los 43 estudiantes normalistas «desaparecidos» si fueron entregados -como se publicó algún día- a los narcotraficantes pueden estar con vida porque éstos no ven a la escuela Normal de Ayotzinapa como su enemiga. Pero puta, si les ordenaron a los policías desaparecerlos, lo más seguro es que estén muertos y el gobierno sólo esté buscando desde hace semanas, los argumentos que no le perjudiquen para anunciar sus asesinatos. Como dicen por ahí: Oh Alá que los narcos -que aún tengan una ideología solidaria con el pueblo- los mantengan bien escondidos a pesar del sufrimiento de los padres. Pero es sólo una ilusión.
7. Los estudiantes de Ayotzinapa, a los que conocí el 30 y 31 de agosto y a los 500 que asistimos a Congreso Social nos dieron parte de su comida y abrieron su casa para estar con ellos, son hijos de campesinos pobres y miserables. Los narcos nunca los han perseguido y si los tuvieran en su poder no tendrían ningún pretexto para asesinarlos. Entiendo que ellos tienen negocios con los ricos empresarios y el gobierno y cuando se han violado acuerdos se han asesinado mutuamente. Si como dice Mao: «hasta en lo negativo surgen cosas positivas», pues lo mejor para la izquierda es organizar el descontento social, radicalizándolo.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.