Es evidente que la crisis económica mundial desembarcó en la Argentina, siendo prueba de ello el discurso oficial, que hasta hace poco tiempo, septiembre, denotaba suficiencia por la evolución económica local y sugería al gobierno de EEUU pensar en un Plan B ante la debacle de las finanzas y la economía en el país del […]
Es evidente que la crisis económica mundial desembarcó en la Argentina, siendo prueba de ello el discurso oficial, que hasta hace poco tiempo, septiembre, denotaba suficiencia por la evolución económica local y sugería al gobierno de EEUU pensar en un Plan B ante la debacle de las finanzas y la economía en el país del norte. Ya desde noviembre empezaron algunas señales de desaceleración y desde entonces comenzaron los anuncios anticrisis. El objetivo central apunta a frenar la caída de la actividad económica y su principal consecuencia en cesantías de personal.
Algunos de los anuncios avanzan en el Parlamento, caso de la moratoria fiscal, previsional y el blanqueo de capitales. Más allá de discusiones morales, impropias en el sistema capitalista, con el blanqueo se presentaron dificultades políticas para su aprobación en la Cámara de Diputados, ya que legisladores del oficialismo restaron su apoyo al artículo específico y con distintos argumentos se teme que el blanqueo habilite «perdones» a movimientos de capitales asociados a fines delictivos. Las críticas incluyen observaciones de interpretación legal sobre la mayoría necesaria para la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados y girado al Senado para su consideración.
Durante la semana pasada y regresada la presidente de Rusia, donde se suscribieron un conjunto de acuerdos para potenciar la relación económica, se anunciaron medidas complementarias para estimular el crédito al consumo, con especial interés en el gasto familiar asociado a las fiestas de fin de año y las facilidades para la adquisición de automotores y taxis. Gran expectativa generó el propósito de la eliminación de la tablita de Machinea que mejora el ingreso de los salarios superiores a 7.000 pesos mensuales. En esa situación estarían unos 240.000 trabajadores y 120.000 autónomos. Debe recordarse que es una medida reclamada desde hace tiempo por las categorías de ingresos más elevados luego de las recomposiciones salariales posconvertibilidad. Mineros y petroleros, entre otros generaron conflictos importantes en los últimos años con esta reivindicación.
Es una medida que completa acciones de estímulo para el consumo de sectores medios y altos y pese a la reducción de ingreso fiscal que supone la eliminación de la tablita de Machinea, se considera compensable con la recaudación derivada del gasto de las familias, vía IVA, que supone la transferencia neta de ingresos a los bolsillos de esos ingresos más altos. Claro que también, producto de la propia situación económica esos mayores ingresos pueden derivar hacia ahorros y allí se tensiona la relación entre las tasas de interés y el tipo de cambio. Es que existe una tendencia a ahorrar en divisas que tiende a elevar el precio de dólar y aunque en los últimos días de la semana el dólar bajó unos centavos, la tendencia es alcista con relación a semanas previas, acercándose a una paridad de 3,50 pesos por dólar. Esa variación del dólar lleva a una competencia con los bancos que elevan sus tasas sobre depósitos para no perder clientes y recursos que terminan encareciendo el crédito, en momentos que se requiere ampliación de crédito y merma en las tasas de interés.
Pero es evidente que la principal preocupación hoy pasa por intentar mantener el nivel de actividad y por ello los anuncios continúan. Se informó un plan de obras públicas por 110.000 millones de pesos, parte del cual ya fuera anunciado en noviembre pasado. Unos 40.000 millones no tienen aún financiamiento y algunas de las obras ya fueron ejecutadas, siendo quizá la novedad un programa de obras a ejecutar desde los municipios y para licitar entre pequeñas y medianas empresas, cooperativas de producción u otros emprendimientos empresariales de carácter local.
El objetivo político en general es el de mantener con anuncios de política económica la expectativa por acciones gubernamentales que intentan ir contra el ciclo económico que tiende a la desaceleración.
Se venía reclamando que hubieran anuncios para los sectores de menores ingresos. Desde el gobierno se justifica que todas las medidas son para evitar despidos y además con la obra pública se pretende duplicar la dotación de trabajadores en el ámbito de la construcción, aunque no queda claro en que tiempo ello ocurrirá. También se anunció una gratificación especial por única vez para los jubilados de 200 pesos. Si bien es pequeña, para quien lo perciba será una contribución a sobrepasar el fin de año, especialmente si se considera que el 92% de los jubilados percibe ingresos por debajo de la línea de la pobreza..
El reclamo que se generaliza, pese a la gratificación y la razón contra las cesantías, apunta a reivindicaciones demandadas por sectores de menores ingresos ante el privilegio que hasta ahora reciben los sectores de medianos y altos ingresos. Es sabido que entre las familias de menores ingresos, todo aumento de recursos se destina al consumo de necesidades insatisfechas, mientras que en sectores de mayores ingresos el gasto se canaliza en bienes y servicios, aunque también en ahorro o inversión, a veces de tipo especulativa.
Los anuncios en cuestión se realizaron antes del viaje a Brasil de la Presidenta para participar en las Cumbres de Presidentes en Bahía, dicho en plural porque además de un encuentro por el Mercosur y asociados, habrá reuniones por Unasur y un cónclave al que están invitados todos los países de la región, con excepción claro está de EEUU y Canadá. Existen expectativas en dicha reunión, especialmente para bajar la conflictividad existente en la región y que tiene al anfitrión como uno de los más involucrados en problemas con otros países de la región, con Bolivia, Paraguay Ecuador, en este caso y entre otros, por temas asociados a la deuda declarada en default, uno de los grandes temas de la semana. Es que Rafael Correa reinstaló el tema de la cesación de pagos por deudas ilegítimas y odiosas y reabre la discusión sobre un tema que continúa condicionando la política económica en nuestros países.
Pero no solo es Brasil el que tiene problemas. El conflicto entre Argentina y Uruguay, desencadenante para la objeción a que Kirchner presida UNASUR es uno de los asuntos que paralizan políticas de mayor integración en momentos de crisis que aconsejan asumir medidas en conjunto de nuestros países. Son problemas entre los Estados, a tener en cuenta…, aunque lo que realmente importa a la hora de consignar los problemas sociales es la densidad social y política de la lucha y organización popular que se expresa en las cumbres alternativas que rodean los cónclaves oficiales. En la dinámica política de la sociedad está la potencia de la posibilidad de constituir alternativa y enfrentar los efectos de la crisis capitalista disputando por otro mundo posible, anticapitalista, socialista.