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Milei y el “halcón” Macri

Fuentes: Rebelión

Javier Milei, candidato de una fuerza liberal con aristas de ultraderecha. parece haber iniciado un camino hacia la apariencia de “moderación”.

En una entrevista realizada para el programa “La Rosca” emitido por la señal Todo Noticias el 2 de noviembre separó de modo explícito al expresidente Mauricio Macri de la denostada “casta política” y abrió la posibilidad de una alianza para futuros comicios.

Elogios para Macri

Eso a partir de la admisión de que Macri es también un liberal y valorando que su plan inicial era bueno y el problema era quienes lo acompañaron. Sus críticas atribuyeron el desbarajuste económico de su gestión a las “malas compañías” de la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica.

Estas declaraciones  fueron acompañadas por un visible esfuerzo del candidato a diputado por asumir un tono más sosegado, no sólo sin exabruptos sino con razonamientos de un matiz más bien académico. Avanzada la charla retomó ciertos énfasis, habló de “empujar” al kirchnerismo a un tercer lugar electoral. E incluso confesó que “soñaba” con dejar al “comunista” Carlos Heller afuera del parlamento.

Argumentó acerca de la posibilidad de una alianza con los liberales, los libertarios, el “peronismo republicano y federal”, los conservadores, a los que también llamó paleolibertarios, los menemistas. Por último y con particular hincapié, incluyó a los “halcones” de PRO.

En otro bloque sostuvo que deberían estar el kirchnerismo  y la izquierda a la que motejó de “inviable”. Y les agregó a radicales, “cívicos” y las “palomas” de PRO. Algo así como un nuevo “clivaje” en la política argentina, al que presentó como parte de un “ordenamiento ideológico” de liberales versus “colectivistas”.

En particular sobre la ubicación ideológica del expresidente sostuvo “hizo una autocrítica, dijo que iba a abrazar más fuerte las ideas de la libertad, me parece que está del lado de los halcones, no de las palomas”.

En esa línea asimismo aseveró:

“Llegó (al gobierno) y tenía un discurso muy razonable y entendible. Pero si uno llega al poder y tiene por un lado a la UCR con su socialismo impregnado hasta la médula, la Coalición Cívica y las “palomas”, puede ser que haya quedado encerrado y no lo dejaron tomar decisiones. Y por eso el gobierno fue lo malo que fue”, lo exculpó.

Como se ve, el candidato de “La libertad avanza” ha elaborado su propia versión de la “teoría del cerco” con el fundador del PRO como víctima inocente de turno.

Viejas y nuevas alianzas

La política de alianzas esbozada por el economista no luce factible en lo inmediato.  Por ahora todo parece apuntar a la postulación de Horacio Rodríguez Larreta en las próximas elecciones presidenciales, es probable que con algún rival interno surgido de la UCR. Se supone también que Macri acompañará, con mayor o menor beneplácito, la candidatura del que fuera su socio en sus días de jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma.

Sin embargo no suena tan aventurado pensar en una lista interna de “Juntos por el Cambio” para los comicios de 2023 que reúna a los “duros” de la coalición con las huestes de Milei, sobre todo si estas mantienen o incrementan su caudal electoral (cercano al 14% en las internas abiertas) en la inminente votación del 14 de noviembre. Lo que se reforzaría si su correligionario José Luis Espert remonta su no muy lucida votación del pasado 12 de septiembre en la provincia de Buenos Aires. (Alcanzó sólo el 4,87% en las preliminares). El expresidente pone su parte, ya que acaba de declarar “Ojalá que podamos confluir en una propuesta única en 2023”, a propósito de una reunión que mantuvieron ambos.

No sería todavía el ordenamiento en bloques que preconiza el candidato de “La libertad avanza”, pero sí un nuevo estadio en la configuración de una derecha sin cortapisas ni atenuantes.

Para dicho empeño es seguro que no le faltaría el apoyo de los grandes medios, que fueron protagonistas a la hora de instaurar su figura pública. Y por cierto no se requiere un despliegue de creatividad para imaginar a los ultraliberales estrechados en un abrazo con Patricia Bullrich, Miguel Ángel Pichetto y por qué no el propio Mauricio Macri.

En definiciones más generales, caracterizó a Domingo Cavallo como el  “mejor ministro de Economía de la historia” y dedicó la calificación del “mejor gobierno” al de Carlos Menem.

El peor rostro del “libertario”

Queda claro que Milei no teme la asociación con reales o supuestos “piantavotos”. Su empeño mayor parece ser la nitidez de su alineamiento con el programa de máxima del gran capital. Lo que no inhabilita cierto cuidado por hacerlo aparecer como resultado de una reflexión y no de la impulsividad desatada que ha lucido en muchos intercambios mediáticos y en las presentaciones “en vivo” ante un público “cautivo”.

Consideración aparte merece su asociación con Victoria Villarruel, una candidata vindicadora de la última dictadura, que ocupa nada menos que el segundo lugar en su lista. Su sola inclusión es significativa acerca de las orientaciones del economista a la hora de apartarse de las elaboraciones de apariencia “científica” e incursionar en las definiciones políticas. No en vano se le ha recordado hace poco que fue asesor del genocida de Tucumán Antonio Bussi.

Lo cierto es que este hombre al que muchos califican de “payaso mediático” ya aspira a darse aires de estratega e indica un camino a seguir. Es consciente de que ciertos vientos soplan hoy a favor de las derechas radicalizadas. Otros representantes de esas corrientes han sabido sacar partido de la combinación de aguda crisis económica y manifiesto deterioro de la representación parlamentaria y las menguadas democracias realmente existentes.

En la región Jair Bolsonaro sigue allí, listo para ser candidato a la reelección. Y las encuestas de Chile marcan el crecimiento del candidato a presidente José Antonio Kast, caracterizado también como ultraderechista. Del otro lado del océano, el líder ultraliberal no ha escondido su identificación con Vox, la nave insignia de la ultraderecha española.

La bancarrota de derechas tradicionales, como el Partido de la Social Democracia Brasileña o la alianza que sustentó a Sebastián Piñera, ha traído aparejado el fortalecimiento de propuestas extremas. Éstas pivotean sobre el aislamiento, el miedo, el descenso social abrupto, el hartazgo frente a la corrupción y otras manifestaciones de una crisis profunda y duradera. Y no sólo logran el voto de las clases altas sino que penetran en otros sectores, sin excluir a los más empobrecidos.

El crecimiento, también en nuestro país, de las derechas más cerriles, no debería convocar al desconsuelo y a las profecías sombrías que suelen acompañarlo. Sin bajar la guardia ni pecar de optimismos lineales, cabe consignar que “La libertad avanza” es aún un fenómeno incipiente. Y en su camino puede interponerse la impugnación de sus costados siniestros y la denuncia de que lejos de ser una opción “antisistema” representa la reivindicación de los peores rasgos del sistema existente.

La historia enseña que no hay mejores contrapesos que el crecimiento de la organización y movilización popular a la hora de frenar a estos engendros  que crecen a la sombra de las perplejidades y vacancias que generan las situaciones de crisis.

La entevista completa puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=uQTx9v9Iag8

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.