Un poco de historia. En 1933 el Partido Nacional Revolucionario (PNR) se propuso la elaboración de un proyecto político y de gobierno con miras a la elección presidencial de 1934. Este importante documento conocido como el Plan Sexenal de Gobierno pasó a ser el programa del gobierno de Lázaro Cárdenas.
El Plan Sexenal de Gobierno respondió a un movimiento político que buscaba hacer realidad el ideario de la Revolución Mexicana. Su centro fue hacerle justicia al pueblo, en sus múltiples demandas y promover un desarrollo económico soberano a partir de la acción del gobierno. Las grandes políticas del cardenismo, incluyendo el reparto agrario, la recuperación del subsuelo y la política obrera, tienen como antecedente el Plan Sexenal de Gobierno del PNR.
Este documento marcará el inicio del cardenismo que significó una ruptura con los gobiernos del Maximato, con respecto al sentido popular y al horizonte de trasformación de su política. Para su elaboración el partido se asumió como vanguardia y portador de las demandas de los sectores populares. Con ello el PNR adquirió una identidad política clara y logró integrar en él a las capas populares, a partir de una política de masas desde el poder. El Plan Sexenal de Gobierno fue una de las batallas ideológicas que marcarían el inicio del proceso de mayor trasformación social del siglo XX mexicano, en términos populares y progresistas, el cardenismo.
Esta historia viene a cuenta por el papel que MORENA está teniendo en el actual proceso de transformación. El partido que llevó a AMLO a la presidencia, venciendo al poder neoliberal, hoy se encuentra en una crisis que parece no tener fin. El partido que buscó ser un instrumento del pueblo de México, hoy es a lo más un botín político y un medio para hacerse del poder. En medio de un proceso de trasformación el partido actúa por inercia a los actos del gobierno, no asume un papel de vanguardia y no da voz a las demandas populares.
La disputa por la dirigencia del partido es una disputa por el poder, por candidaturas y por la presidencia en 2024. Para la mayoría de ellos MORENA sólo es un medio para sus aspiraciones. Es lo que hay.
Buscar salidas a esta crisis es difícil, la situación actual se ha vuelto un círculo vicioso en el que el partido se hunde. Una propuesta es recuperar la acción del PNR en 1933 y elaborar un proyecto donde se defina la plataforma legislativa rumbo 2021 y un proyecto de gobierno rumbo a la elección del 2024. Un proyecto que sea obra del partido, que regrese la identidad que se perdió, que muestre claramente cuál es la lucha y que contenga las demandas y problemas del pueblo. Justo de eso se trataba en su origen MORENA.
Para ello se necesita realizar congresos, recorrer el país, escuchar a los movimientos sociales y plantear soluciones. ¿Qué compromisos va asumir MORENA con los votantes en 2021? ¿Qué reformas se van a presentar? ¿Qué luchas se van a apoyar desde la cámara? ¿Qué propuestas se le presentaran a los movimientos sociales?
Los obstáculos son muchos, están las élites partidistas cuya meta es el poder, cuyos métodos son la negociación, los acomodos y las cuotas. Los que siguen órdenes y esperan los tiempos correctos, porque aspiran al poder. Los que su meta ultima es una candidatura o un puesto. Ellos están en lo suyo, lo único que conocen, pero hay que buscar un resquicio para la construcción de un proyecto propio, para la discusión programática, independientemente de quien se quede con la dirección del partido. Con ello se apoya a la 4T y se abona a la continuidad de un proceso de trasformación popular que empezó en 2018 pero que no puede detenerse en 2024, la regresión es un peligro latente y esta puede venir de las propias filas de MORENA, como sucedió con el cardenismo.