1. ¡Qué buen gobierno tenemos en México! ¡Evitará que tropas yanquis ocupen nuestro territorio como sucedió en 1836, 1847 y 1914! Señala el gobierno que el Plan México no será como el Plan Colombia (que EEUU impuso a ese país para combatir a las poderosas guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC); que […]
1. ¡Qué buen gobierno tenemos en México! ¡Evitará que tropas yanquis ocupen nuestro territorio como sucedió en 1836, 1847 y 1914! Señala el gobierno que el Plan México no será como el Plan Colombia (que EEUU impuso a ese país para combatir a las poderosas guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC); que sólo servirá para combatir el narcotráfico y las bandas terroristas ligadas a él. ¿Recuerdas que en los años sesenta y setenta a todo movimiento de protesta se le reprimía acusándolo de comunista y se le aplicaba el 145 y el 145 bis del código penal que eran de «disolución social»? Hace unos días se publicó que las guerrillas eran financiadas por el narco colombiano cuando la realidad (según militares encarcelados) es lo contrario: es el ejército mexicano, así como poderosos funcionarios de gobierno y empresarios, los que hacen jugosos negocios con el narcotráfico y le lavan su dinero.
2. Hace 40 años, propagaban los medios de información en el mundo (por órdenes del gobierno de los EEUU) que el «oro de Moscú y el dinero de Pekín» se enviaba a todos los comunistas para impulsar la agitación entre los obreros y campesinos y crear la inestabilidad política; con esa mentira los gobiernos de Eisenhower, Kennedy, Nixon y otros engañaban al pueblo norteamericano, se congraciaban con gobiernos de otros países y desprestigiaban una ideología antiimperialista que los enfrentaba. Todas las invasiones yanquis de aquellos años (Guatemala 54, Cuba 61, Dominicana 65, Panamá 66, Chile 73) llevaron la consigna de lucha contra el comunismo. En la actualidad le han cambiado de nombre, le llaman terrorista, grupos violentos, delincuentes, a los trabajadores y ciudadanos que toman las calles para protestar y se defienden con dignidad de los militares y policías que bloquean o reprimen sus protestas sociales.
3. Las negociaciones entre los gobiernos de México y Estados Unidos, comparadas con las del llamado Plan Colombia (que Washington mantiene desde hace una década) concluyeron hace diez días, reveló el subsecretario para América del Norte de la cancillería mexicana. Rico Ferrat precisó que inicialmente será por un periodo de dos años, «pero no va a ser nada complejo ampliar el esquema en los años por venir». Dijo que la ayuda, la cual será de cuando menos mil millones de dólares para los próximos dos años, será solamente en asistencia técnica, equipo y capacitación, y no incluye la presencia de tropas estadunidenses, instalaciones militares ni agentes extranjeros en los operativos en territorio nacional. «Lo que nosotros estamos intentando -insistió el subsecretario Rico es algo que Colombia nunca puso en el Plan Colombia: que Estados Unidos asuma la responsabilidad de tareas concretas en su propio territorio».
4. Debe recordarse que Calderón y sus equipo militar/policiaco, así como de relaciones Exteriores, comenzó un gran Plan estratégico que involucrara a todas las «fuerzas del orden» con el fin acabar con la «delincuencia», el narcotráfico, las bandas armadas y los grupos guerrilleros que «buscan desestabilizar al país». Frente a las grandes protestas del lópezobradorismo contra las elecciones fraudulentas, exigiendo el «recuento de los votos casilla por casilla», que reunían a cientos de miles, incluso millones de manifestantes, varios asesores militares (que han sido alumnos de la Escuela de las Américas) propusieron un Plan Colombia para México con la participación de militares yanquis en la asesoría. Pensaron que ese Plan debería ser muy amplio y abarcaría guerra contra las drogas, el crimen organizado, lucha contra terrorismo, cursos de capacitación, suministro de equipo y tecnología y finanzas multimillonarias.
5. Con dicho plan, México recibiría en los dos primeros años de ejecución entre 700 y mil 200 millones de dólares, donde también se incluiría tecnología para espionaje y extremada vigilancia tal como intercepciones telefónicas y radares para rastrear envíos de traficantes por aire, aeronaves para transportar grupos de elite, así como «diversos tipos» de entrenamiento militar y policial. Se mencionó que se estaría negociando la «donación» de siete helicópteros muy bien artillados (magníficos para el transporte de tropas) y un incremento de recursos para el desarrollo de centrales de inteligencia. Se dijo que «la conducción operacional» estará a cargo de efectivos mexicanos, no de extranjeros. México evitó implicarse con la presencia militar extranjera, aunque no de la asesoría, el equipamiento, sobre todo el financiamiento que por sí sólo obliga al país a someterse a los dictados de quien entrega los millones de dólares.
6. Rodeada de gran secreto, la negociación de lo que ha dado en llamarse Plan México (escribió Carlos Fazio) se inició en enero pasado e involucró a distintas instancias del gobierno estadunidense (los departamentos de Estado y de Justicia, la Secretaría de Seguridad Interna, el Pentágono, la CIA, la FBI, la agencia antidrogas DEA) y al Congreso, y a la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina de Guerra, la Secretaría de Seguridad Pública, la Procuraduría General de la República y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) por la parte mexicana. El plan fue afinado en marzo pasado, durante la visita del presidente Bush a Mérida, y en mayo funcionarios mexicanos del área de seguridad se reunieron en Washington con la secretaria de Estado, Condolezza Rice, y fijaron los términos de un memorando de entendimiento, que contendría objetivos, metas, mecanismos y recursos.
7. En México el gobierno yanqui no ha necesitado imponer una dictadura militar ni mantener tropas propias en el país para dominar la economía y manipular como títeres a los gobiernos priístas y panistas. Los ha dejado mantener cierta independencia, pero en los asuntos económicos y políticos centrales los gobiernos e inversionistas yanquis de manera permanente han definido el rumbo. En 1913 el embajador de los EEUU, Henry Lane Wilson, planeó en su embajada el golpe de Estado para derrocar al presidente constitucional Francisco Madero y también su asesinato pocos días después para asegurar la dictadura militar de Victoriano Huerta. No le dio resultados. La segunda etapa de la Revolución Mexicana los derrocó a los pocos meses. Pero desde entonces los EEUU entendieron que bastaba en México con un gobierno civil electo, ahogado y desesperado económicamente por el déficit comercial y el endeudamiento.
8. ¿Para qué gobiernos militares en México si a los EEUU les basta con gobiernos civiles a su servicio, tales como Salinas, Zedillo, Fox y Calderón que han actuado como sumisos cachorros? ¿Para qué un ejército yanqui de ocupación si miles de generales y altos jefes militares son educados por el Pentágono y las Escuelas de las Américas yanquis para combatir el llamado terrorismo y las guerrillas? El Plan México es igual que el Plan Colombia: el pretexto o la fachada es la lucha contra el narcotráfico, la realidad es un Plan para ayudar al gobierno de Calderón a consolidarse. No es casual que desde el primer día de su gobierno, éste le haya otorgado exagerados privilegios al Ejército y lleve casi un año usándolo como fuerza de ocupación en todo el país. Ojalá que el incremento de la represión y de las amenazas autoritarias nos obligue a unificar a la izquierda y las luchas de los trabajadores. Aprendemos o nos joden.