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Frente al Balotaje

No hay lugar a duda: el 22 votamos contra Macri

Fuentes: Rebelión

Nuestro país se encuentra ante una coyuntura que implicará cambios importantes. Ésta no es una elección más. El 22 de noviembre se definirá si la derecha más rancia accede al gobierno nacional por medios electorales. Algo inédito. Por primera vez un partido de derecha, con una base de masas y con un programa de derecha, […]

Nuestro país se encuentra ante una coyuntura que implicará cambios importantes. Ésta no es una elección más. El 22 de noviembre se definirá si la derecha más rancia accede al gobierno nacional por medios electorales. Algo inédito. Por primera vez un partido de derecha, con una base de masas y con un programa de derecha, sin ocultamientos ni engaños, tiene amplias posibilidades de llegar a la presidencia. Esta derecha arrastró además a otras expresiones de signo similar, inclusive a corrientes de opinión de centro, cerrando detrás de Mauricio Macri y superando la dispersión que caracterizó a la oposición sistémica en los últimos años.

Desde nuestra perspectiva, el kirchnerismo expresó una etapa progresista del neoliberalismo. Qué significa esto: que hubo cambios en los planos cultural, político y económico, pero que éstos no alcanzaron o no quisieron romper con las estructuras de la dependencia; sólo colocaron al límite de sus posibilidades al sistema en muchos aspectos. Eso fue el «modelo K».

Lo que se pone en debate en la próxima elección no son entonces dos proyectos antagónicos de país, ni una ruptura con las estructuras hegemónicas neoliberales, sino los aspectos progresistas o nacionales del modelo.

Macri expresa el inicio de una fase reaccionaria que profundizará al extremo las continuidades con la década del 90, y eliminará los cambios y las limitaciones al capital; las políticas de autonomía respecto del imperialismo norteamericano y las conquistas democráticas logradas en estos 10 años (ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ley de Matrimonio Igualitario, paritarias libres, juicios por la memoria, políticas culturales incluyentes y progresistas, asignación universal por hijo, etc.).

Macri significa a nivel regional alinearse con el eje del Pacífico, abandonando las políticas de integración latinoamericana. Significa llevar a nuestro país al lugar de furgón de cola de las políticas reaccionarias en el mundo, junto a los EEUU, Inglaterra e Israel. Significa abandonar hasta en la retórica la causa de Malvinas.

Quienes suscribimos esta posición no acompañamos al kirchnerismo; luchamos contra la matriz extractivista y salimos a la calle junto con el sindicalismo combativo; aunque no dejamos de reconocer cuando hubo políticas que implicaron avances para el pueblo en su conjunto. Las limitaciones que se puedan aducir contra estas políticas no inhabilitan el hecho de que significaron pasos positivos, y que sobre éstos es que peleamos por llevarlos a fondo.

Creemos que nuestra patria necesita un cambio de estructuras que nos coloque en la senda de la liberación nacional, y que promueva la existencia de una organización de la clase trabajadora capaz de garantizarla. El kirchnerismo no fue esto, y menos lo será Daniel Scioli, cuya candidatura señala un giro conservador y su eventual presidencia estará condicionada por derecha.

Pero de ninguna manera podemos simplificar la realidad argumentando que ambos candidatos expresan y contienen las mismas ideas, políticas y escenarios. No es lo mismo para el país y para el pueblo que las conquistas alcanzadas se mantengan que la certeza de su retroceso. No podemos ser ajenos a lo que será un cambio reaccionario, que nos alejará aún más de los objetivos de liberación nacional y social, que nos hará más dependientes e injustos como sociedad y que contará con un consenso importante para hacerlo.

El futuro augura mucha lucha para defender lo conquistado por el movimiento popular, y en esta trinchera nos encontraremos. Votamos a Scioli convencidos, no porque suscribamos su programa, no porque tengamos confianza. Votamos a Scioli por autodefensa.

Porque creemos que las condiciones de su gobierno serán más propicias que las de un gobierno macrista para la lucha y la organización popular. Porque queremos a nuestro país y no queremos ver sufrir más profundamente a nuestro pueblo.

Llamamos a todos los compañeros y compañeras a acompañar esta posición: el 22 de noviembre, contra Macri.

Por eso votamos a Scioli.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.