1. Los expresidentes de la República del PRI saben que son ladrones y saqueadores del presupuesto público por eso al dejar el cargo se encierran en sus enormes residencias o viajan al extranjero a dirigir empresas que beneficiaron en su gobierno. Los expresidentes panistas (Vicente Fox y Felipe Calderón), a pesar de saber que saquearon […]
1. Los expresidentes de la República del PRI saben que son ladrones y saqueadores del presupuesto público por eso al dejar el cargo se encierran en sus enormes residencias o viajan al extranjero a dirigir empresas que beneficiaron en su gobierno. Los expresidentes panistas (Vicente Fox y Felipe Calderón), a pesar de saber que saquearon igual la economía y, como Calderón -perdieron la vida por asesinatos y «daños colaterales» 100 mil mexicanos- con enorme cinismo siguen haciendo campaña política. Ayer subió Calderón con su candidato municipal en Mérida a un transporte público; hoy ha hecho lo mismo pero en Monterrey logrando una entrevista en el diario Milenio donde vomitó basura contra López Obrador, Venezuela y Hugo Chávez.
2. Pienso que a la señora Hinojosa -a quien en las manifestaciones siempre se le pregunta «por qué parió esa cosa»- no se le puede pedir que desconozca a su hijo por asesino; pero sí preguntarle a la señora Margarita Zavala que si no le da miedo vivir con un político que en su sexenio de gobierno llevó al asesinato de más de 100 mil mexicanos. Pero parece que a los panistas con ideología empresarial, clerical y derechista, no les importa porque al fin el asesinado es el pueblo pobre, el que siempre ha estado a punto de morir de hambre y desnutrición. Lo seguro es que Calderón esté buscando en esta campaña recuperar la clientela que ha perdido dentro el mismo PAN soñando en que su esposa llegue a la jefatura del partido.
3. Se ha publicado que de los 83 millones con derecho a voto, se espera que depositen su voto unos 33 millones, es decir el 40 por ciento, según sondeos de principios de mayo. Y según datos las cosas no cambiarán mucho a pesar de que la economía ha continuado derrumbándose, el desempleo es cada vez mayor y la inseguridad y los asesinatos no han sido frenados. Los sondeos (obvio cobrando buen dinero a quien los manda a hacer) siguen manteniendo al PRI en primer lugar con un 30 por ciento de los votos, al PAN en segundo con 18%, al PRD con 16%, a Morena con 12% y al Verde con 8%; votos nulos con 9%. Los demás partidos con menos de un millón de votos. Para mi nada cambia porque la derecha seguirá imponiéndose contra el pueblo.
4. La realidad, aunque nunca he votado por los victimarios del pueblo, pensé que en México las cosas habían cambiado un poco. Que la votación por el PRI, el PAN y el PRD se desplomarían porque han demostrado que son insaciables en el despojo de la nación y que los nuevos partidos -es especial Morena de López Obrador- despuntarían por lo menos para conocerlos. Pero según sondeos nada de eso; la cosa electoral seguirá por el mismo camino trazado con la legalización de los partidos en 1977 o desde 1929 cuando surgió el PNR, abuelo del PRI. Por eso señala la manta de arriba: «El pueblo que elige a corruptos no es víctima… ¡Es cómplice!» Y preguntan: ¿»Pero… por quién votar si todos son corruptos»?
5. Mérida, «la ciudad de los blancos», es una sociedad ultraconservadora, derechista, clerical, producto de lo que llamó Alvarado «la casta divina». En esa ciudad se asentaron desde 1542 los conquistadores españoles y los criollos y la convirtieron en la más importante ciudad del sureste mexicano. A mediados del siglo XIX tropas especiales «salvaron a los blancos de Mérida» de los indígenas de la llamada «Guerra de Castas» que buscaban ocuparla. Mérida hasta 1940 tenía menos de 100 mil habitantes, en 1980 400 mil y actualmente 2015, alrededor de un millón. Aquella Mérida idílica, «la blanca», de los blancos, se convirtió en «morenita» al ser poblada por un 90 por ciento de yucatecos que dejaron en los setentas el campo de producción de henequén.
6. Mérida ha sido gobernada consecutivamente por el PAN (partido de ultraderecha) desde 1991, aunque de 1968-70 tuvo un gobierno panista. Pero los presidentes municipales del PRI en Mérida también obedecieron a las indicaciones de las cámaras industriales y de comercio, es decir los priístas son tan derechistas como los panistas. Por ello Calderón el presidente -que en 2007 firmó la Iniciativa Mérida con el presidente yanqui Bush- se pasea haciendo campaña en Mérida sin sufrir protesta alguna. Alvarado, al introducir la Revolución Mexicana a Yucatán en 1915 y Carrillo Puerto al hablar de «socialismo», no cambiaron nada en beneficio de los de abajo; fuero simples políticas desde arriba.
7. No se sabe si en Mérida, Monterrey y otras ciudades que visite Calderón en campaña, lograrán obtener más o menos votos. Sin embargo ha conseguido abrir otra vez las puertas de la TV a sus entrevistas para que siga destilando veneno contra Venezuela, Bolivia y Ecuador acusándolos que son gobiernos «peligrosos» para América Latina porque traen «retrocesos». ¿Qué hacer ante un pueblo que durante siglos ha venido cargando sin descanso la pesada carga ideológica que difunde el capitalismo en todos los medios informativos? Calderón del PAN, como Carlos Salinas del PRI, no ha dejado de moverse para recuperar poder. La realidad es que los dos deberían estar en la cárcel con las más altas acusaciones; para evitarlo no han dejado de moverse.
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