«Se puede engañar a todo el pueblo parte del tiempo y a parte del pueblo todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo» (A. L.) Sin duda Carlos Mesa está caminando sobre una cuerda floja. Su pasado político está golpeando las puertas de su conciencia. Dicen que el […]
Sin duda Carlos Mesa está caminando sobre una cuerda floja. Su pasado político está golpeando las puertas de su conciencia.
Dicen que el que calla otorga. Entonces podríamos entender que su silencio y esa soberbia para evadir las acusaciones de haber gozado -durante una época de crisis- de altos salarios provenientes de los «gastos reservados» y, especialmente, el caso de extorsión para ser candidato del MNR, es un: Sí recibí… ¿y qué?
Sin embargo al pueblo se le puede engañar varias veces, pero no todo el tiempo. Las pruebas que han estado apareciendo desde distintas fuentes están dando la certidumbre al ciudadano de a pie de conocer a cabalidad -y con lujo de detalles- sobre el extraño comportamiento de este candidato durante su participación en el gobierno de Gonzalo Sanchez de Lozada y posteriormente cuando fue presidente.
Precisamente un video de la periodista Amalia Pando, que en estos días circuló en la red, explica que Carlos Mesa, vicepresidente entonces, recibía 100.000 dólares mensuales por concepto de gastos reservados, de los cuales 27.000 eran destinados a él y distintos miembros de vicepresidencia. Los 73.000 sobrantes, los disponía «a su gusto».
Todo ese despilfarro de dinero era como un revés al pueblo, pues ocurría en una época en que los bolivianos sufríamos una de las peores crisis económicas y el país, según propias palabras de Carlos Mesa, vivía de la limosna internacional.
A escasos dos meses de los comicios de octubre, las estrategias de campaña de Comunidad Ciudadana se ha visto afectada por la postura, entre arrogancia y victimización de Carlos Mesa ante estos cuestionamientos.
Ricardo Paz, uno de sus portavoces siguiendo este lineamiento, cuando el reconocido periodista Tuffi Aré le preguntó sobre el pedido de dinero para aceptar la vicepresidencia del MNR, éste contesto, «que al electorado le interesa un pepino». Diferentes encuestas demostraron que el jefe de campaña de Mesa se equivocó una vez más.
El camino hacia la presidencia que con triunfalismo anunciaron desde esta tienda política de Comunidad Ciudadana se ha ido convirtiendo en un vía escabrosa y sin rumbo. Carlos Mesa se encuentra ante una histórica disyuntiva: O afronta los cuestionamientos que le hace el pueblo, brindando una explicación clara y precisa, o su carrera política -de por sí devaluada- terminará de manera abrupta en el basurero de la historia.
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