«A la paz le falta gente y le falta gente por la desesperanza. Rescatemos la esperanza, y entonces estaremos en caminos de alcanzar la paz». Con esta convicción, Jorge Enrique Arbeláez Valderrama se enfrentó a la escritura de su novela ¿Y por qué no?, donde recorre la historia de la guerra en Colombia encarnada […]
«A la paz le falta gente y le falta gente por la desesperanza. Rescatemos la esperanza, y entonces estaremos en caminos de alcanzar la paz». Con esta convicción, Jorge Enrique Arbeláez Valderrama se enfrentó a la escritura de su novela ¿Y por qué no?, donde recorre la historia de la guerra en Colombia encarnada en un campesino con grandes sueños de organizar su familia, tener su trabajo y vivir tranquilo, pero que se ve involucrado, de alguna manera, en medio del conflicto de la guerrilla, los paramilitares y los militares. El autor no se queda en las cifras de una multitud de víctimas sin rostro sino que las personifica en un colombiano vulnerable que, como tantos otros, asume su destino con el coraje necesario para derrotar el miedo y el pesimismo.
Bogotá, marzo de 2005. Sipaz/Nodos Centro y Guaviare. Por: Elizabeth Rojas Osorio y Mónica Valdés. La novela de Arbeláez nace como resultado de la preocupación que le genera que el país por momentos pareciera sumirse en la desesperanza, que la gente común y corriente pareciera ajena a cualquier proceso de paz que se genere en el país, debido principalmente a que se siente que la paz no es posible, y que cualquier cosa que se haga, es tiempo perdido. El autor considera que el problema tiene solución y que todos los ciudadanos tanto forman parte del problema como de la solución. «Cuando se trata de la paz, nunca será suficiente lo que se haga, pero tampoco ningún aporte es insignificante. No importa cómo participemos, pero mientras que lo hagamos todos, seguro que lo lograremos. Nada es imposible para un pueblo que está unido alrededor de un objetivo», señala Arbeláez.
El fin último de la novela es rescatar la esperanza. Y, en este sentido, la obra acerca al lector a las víctimas pues el escritor considera que es preciso «volver a sentir el dolor de cada muerte como si fuera nuestro propio dolor. Sentir el dolor de aquellos que nos parecen tan lejanos, pero que pueden ser nuestros propios familiares, y que aunque parecen tan lejanos, son nuestros compatriotas».
De ahí que aunque la historia trata sobre aspectos que los noticieros recogen diariamente como el secuestro y el desplazamiento, su enfoque es el de reflejar estos problemas en una humilde familia campesina que tiene que aceptar que sus hijos resulten comprometidos tanto en un bando como en el otro, bien sea por obligación o por su deseo de venganza contra una sociedad injusta.
El autor
Jorge Enrique Arbeláez Valderrama nació el 22 de abril de 1957 en la ciudad de Ibagué, en el departamento del Tolima, un lugar de Colombia caracterizado por la alegría y el amor por la música y que, sin embargo, encarna la geografía donde se vivió intensamente el llamado período de La Violencia durante la década de los 50. Radicado en Caracas, Venezuela, ha escrito además ¡Mira! Psssst… ¡¡¡Es contigo!!! , otra novela aún sin publicar intitulada ¡Y para qué rosas! Estudió Administración de Empresas y luego se especializó en Filosofía de la ciencia en la Universidad del Bosque de Bogotá.
La portada
La portada del libro muestra un fondo oscuro, iluminado por el símbolo de la paz, que se levanta sobre un pequeño charco de sangre. Este simbolismo tiene que ver con la idea de que la paz se construye en los peores momentos incluso en medio de la sangre y la oscuridad. Por su parte, la contraportada nos muestra un mañana llena de luz con un sol que ha iluminado todo. Como lo señala Arbeláez, es una invitación para darle la vuelta a la historia y «¿por qué no? para que encontremos de nuevo la luz: la paz».
En este sentido, el autor considera que la novela se sigue escribiendo: «se escribe todos los días, cada lector la escribe con el cambio de actitud y aspiro a que solamente se termine el día que en Colombia vivamos en paz».
Los Personajes
Los personajes centrales son campesinos. «Es en el campo en donde más de cerca se vive la violencia; es en el campo en donde más se siente la soledad: es en el campo en donde también se puede empezar a gestar la paz. Y son nuestros campesinos quienes de forma cotidiana son ignorados por el gobierno y por los que vivimos en las ciudades donde existe un poco más de protección. También es el campesino quien tiene que empezar a movilizarse, como lo hicieron en estos días nuestros indígenas, a exigir el respeto por sus vidas; único camino posible para hallar la paz. Son ellos quienes se acuestan con el temor de cuándo llegarán a su vereda, cuándo tendrán que abandonarlo todo para llegar a unas ciudades donde no son bienvenidos y donde pasarán más trabajos y penurias en un medio que les resulta ajeno y extraño».
Y agrega: «Son ellos quienes más ansían la paz. Son ellos quienes acarician a diario la esperanza de poder dormir tranquilos. En las ciudades estamos como anestesiados».
Por qué un llamado a la solidaridad
Es a partir de sentir el dolor ajeno como propio, que podemos empezar a encontrarnos con nuestros hermanos que se encuentran azotados por la violencia. Sin Solidaridad, sin creer que el otro, que los demás existen, que son nuestros hermanos, que están pasando trabajos, que se encuentran en problemas que nos pueden afectar a nosotros el día de mañana, que podemos reencontrar un destino común.
Cómo conseguirla
La novela se está vendiendo en algunas librerías en Bogotá, tales como:
* Librería Herder: centro y carrera15 en el Lago
* Librería Nueva Alejandría: centro y calle 72
* Librería Mundial: centro y calle 84 con cra. 15