Cuando se cumplen cien días del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia presidido por Luis Arce y David Choquehuanca, otra vez la articulación de medios de comunicación de la oligarquía empresarial, compuesto por Agencias de Noticias, Canales de Televisión y Radioemisoras, coadyuvada por las redes de internet, está desarrollando una campaña de conspiración mediática que, junto a la oposición conservadora neoliberal, pretenden debilitar y condicionar las políticas gubernamentales relacionadas especialmente a superar las crisis sanitaria y económica e impedir acciones estratégicas que profundicen el proceso nacional-popular.
Corresponde recordar que el papel de estos medios de comunicación fue central en la preparación y ejecución del Golpe de Estado de noviembre de 2019, dando atención especial a noticias, comentarios y reportajes de políticos, analistas, voceros y agentes del imperialismo, como Luis Almagro, que desde un año antes “anticipaban” un fraude electoral y calificaban de dictatorial a un gobierno, el de Evo Morales, que había ganado elecciones en 2005, 2009 y 2014 con una votación promedio superior al 58%, y se convertían en voceros del Motín Policial y de los militares golpistas.
También fueron el soporte ideológico y comunicacional del gobierno de facto encabezado por Jeanine Añez y de los intereses que representaba: los de la dominación geopolítica imperialista, de los terratenientes y agroindustriales del oriente, de los grandes bancos y fondos de pensiones, de las transnacionales y de la oligarquía comercial vinculada a hechos de corrupción y especulación. Fueron los mismos que criticaron ácidamente las movilizaciones populares de protesta de la Central Obrera Boliviana (COB), el Pacto de Unidad (PU) y el MAS contra el régimen de facto y sus intentos de prorrogarse en el poder, así como también criticaron la realización de las elecciones generales en octubre de 2020.
Ahora, no solamente especulan sobre diferencias y divisiones en el gobierno y en el MAS o difunden versiones e interpretaciones sesgadas de discursos y declaraciones de las autoridades, especialmente Arce y Choquehuanca, amplifican declaraciones de opinadores, políticos, periodistas y analistas que estuvieron apoyando el Golpe de Estado o destacan que el gobierno del MAS está profundizando las crisis económica y sanitaria. Un análisis básico de los titulares de los periódicos, canales de televisión y radioemisoras de la red conspirativa demuestra estos aspectos y otros en los cuales se realizan campañas encubiertas favorables a los candidatos opositores en las elecciones subnacionales que se realizarán en 7 de marzo.
A su vez los medios estatales como Radio Illimani Patria Nueva, periódico Bolivia (nombre puesto por el gobierno de facto), Bolivia Televisión (BTV) y Agencia Boliviana de Informaciones (ABI) desarrollan políticas de comunicación muy dispares. Mientras Radio Illimani Patria Nueva coordina con las radios comunitarias y desarrolla una programación que destaca la gestión del proceso de cambio, BTV no tiene una orientación nacional, popular y estatal y se parece mucho a las programaciones de los canales comerciales y de espectáculos, en tanto que ABI es prácticamente inexistente.
La lucha ideológica y política por construir un sentido común de compromiso social y político, por desarrollar un proyecto hegemónico acorde a un proyecto nacional-popular y antiimperialista y por enfrentar la ofensiva conservadora en el campo de los medios de comunicación está en el orden del día del proceso revolucionario boliviano que requiere ser profundizado.
Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.