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¿Otro partido o movimiento social?

Fuentes: Rebelión

1. «La izquierda que México necesita no está, no existe, hay que construirla»; es el título de un documento que hoy he recibido de amigos de MONAE firmado por Benito Mirón. Pienso, de entrada, que debe reconocerse la enorme preocupación por pensar en construir una izquierda que se organice y ayude en las batallas que […]

1. «La izquierda que México necesita no está, no existe, hay que construirla»; es el título de un documento que hoy he recibido de amigos de MONAE firmado por Benito Mirón. Pienso, de entrada, que debe reconocerse la enorme preocupación por pensar en construir una izquierda que se organice y ayude en las batallas que México necesita para confrontar y derrotar a la burguesía dominante, pero es una tarea que lleva muchas décadas y hasta el día de hoy sólo se ha logrado muy poco. También para mí, para muchos, es la gran tarea, quizá la principal de todas para que la «espontaneidad» y la «dispersión» se organice, no a través o alrededor de un aparato fijo y permanente, sino por ideas realmente liberadoras de cualquier atadura.

2. La batalla de la izquierda y de todos los trabajadores es enterrar el sistema capitalista; es una lucha a muerte contra la explotación empresarial y por la construcción de la igualdad económica, política, social, de los seres humanos. Pero debe reconocerse (sin ofender a nadie en particular) que si algo ha desprestigiado a la izquierda en México y en el mundo es el haber adoptado los principios y la actuación de los gobiernos y de la derecha que se resumen en oportunismo, traiciones y acomodamientos de sus militantes a los organismos de gobierno capitalista y de poder. El derrumbe de los inexistentes o falsos «socialismos» no sólo desprestigió a esos países sino al mismo discurso que hasta hoy no hemos deslindado.

3. El documento de MONAE hace una justa crítica a los partidos políticos que «padecen de los mismos males, adaptados y conformes con las canonjías que reciben del propio sistema». Señala que a «un poder legislativo que ha abdicado vergonzosamente de su independencia y soberanía y un ejecutivo federal cuyo desprestigio invade cada vez más el territorio nacional junto con el reclamo «que se vaya Peña Nieto», producto de un gobierno que en menos de tres años ha mostrado de manera fehaciente sus altos niveles de ineficiencia e incapacidad para conducir el país no solo en lo económico sino también en lo político y social, cubierto con la cobija de la corrupción, aunado al incremento desmedido de la violencia, asesinatos, desapariciones forzadas e impunidad.

4. Pero el MONAE, como si no hubiesen ya mil partidos electorales y experiencias negativas, señala «hoy por hoy se ven condiciones objetivas para construir un gran movimiento social electoral que confluya en un solo objetivo, que haga inviable la violencia del estado pero también teniendo claro que el cambio no puede ser como hasta ahora se ha pretendido, entre algodones, pactado, consentido, el cambio con permiso, el avance de la democracia con quienes la destruyen, con la honradez en Casa de Alibaba, la justicia con quienes provocan y promueven la injusticia; no es viable pedir el suicidio consentido del sistema que hoy nos rige y apelar a la decisión final que ellos y solo ellos pueden dar, dejando para mejor ocasión la voluntad popular».

5. Hay que enterrar al PRI, al PAN, al sistema capitalista, pero jamás se podrá hacer construyendo otros partidos que se legalicen y luego caminen con las reglas que impone la burguesía para mediatizar y obsorver. Sólo bastaría recordar un poco a la vergonzante izquierda del PPS de Lombardo Toledano de los sesenta, al PST de Aguilar Talamantes de los setenta o al modernísimo PRD de los noventa cuyo única preocupación fue y ha sido siempre a negociar votos donde estén y con quien lo asegure; cobrar los millonarios subsidios gubernamentales, no radicalizar el discurso para no enojar a la burguesía y al imperialismo y lo peor, renegar de que se es izquierdista o antimperialista para quedar bien con la burguesía, los medios de información o la iglesia.

6. Dice bien el MONAE, «consideramos importante transitar e impulsar, cada quien desde su trinchera, las diferentes formas de lucha que la sociedad se viene planteando, sin visiones únicas como si alguien fuera dueño de la verdad y sin descalificaciones hacia quienes no comparten nuestras tácticas pero sí nuestros objetivos»; impulsar la lucha (insiste en lo electoral), pero acompañada de la organización ciudadana, la social, la desobediencia civil, la nueva constitución, el nuevo constituyente y cualquier otra surgida del ingenio popular; no plantearlo así significa el continuar con la dispersión, falta de coordinación y abonar a la división de las fuerzas progresistas, contribuyendo al fortalecimiento del modelo que queremos combatir y prepararnos para seguir lamentando nuestras derrotas, culpando a los adversarios de las mismas.

7. ¡Coño! ¿Cómo carajos lograr organizar a todos los trabajadores -que son millones- que están contra la explotación y los malos gobiernos? Los anarquistas no están contra la organización de los movimientos; al contrario buscan la organización, pero sin líderes permanentes y aparatos burocráticos que se aprovechan de ellos para hacer negocios políticos. No agrada, pero al inicio se necesitan líderes, caudillos, incluso muy oportunistas, de los que da mucho trabajo liberarse. ¿O será necesario seguir trabajando muchos años más sin descanso la conciencia clasista hasta que el movimiento madure, pero siempre vigilando que la fruta no se pudra? En estas elecciones surgieron tres partidos nuevos, ¿cuántos más derechistas y de «izquierda» surgirán para 2018?

8. Sin descalificar me parece que así como López Obrador, «todo mundo quiere crear su partido nuevecito» y muy pocos quieren entrarle movimiento social creando organizaciones para ello. En tanto la CNTE ha realizado miles y miles de manifestaciones y plantones en todo el país, en especial en Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas, desde hace 35 años sin contar con los apoyos necesarios, la izquierda sólo parece pensar en organizar su partido para tener legisladores y cargos de gobierno. La realidad es que los subsidios y los insultantes salarios de los legisladores proporcionan comodidad para seguir trabajando; pero como dicen aquí: «gallina que bebe huevo ni que le quemen el pico». El político que se corrompe una vez ni que le quemen las manos. ¡Fortalezcamos las organizaciones sociales horizontales! ¡Construyamos muchos Vietnam!

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.