A sus 62 años y ‘a pesar de los matices que va imponiendo la vida y los propios gobernantes’, Pablo Milanés, uno de los padres de la llamada nueva canción cubana, sigue diciendo que su ‘esencia es la de un ser revolucionario, sin ser un politiquero, ni un adicto al régimen’. Pablo Milanés está en […]
A sus 62 años y ‘a pesar de los matices que va imponiendo la vida y los propios gobernantes’, Pablo Milanés, uno de los padres de la llamada nueva canción cubana, sigue diciendo que su ‘esencia es la de un ser revolucionario, sin ser un politiquero, ni un adicto al régimen’.
Pablo Milanés está en España para presentar un nuevo álbum, ‘Como un campo de maíz’, y va a hacerlo en directo mañana en Granada, el sábado en Cádiz, el lunes, 7 de noviembre, en Madrid, el día 9 en Oviedo, el 10 en Murcia y el 12 en Vigo.
Está acostumbrado a cantar en nuestro país, pero hay una fecha de todas estas que el pone ‘un tanto nervioso’. Es el concierto que ofrecerá el lunes en el Teatro Coliséum de Madrid, porque lleva ‘cinco años sin tocar en la capital’ y tiene una ‘enorme curiosidad’ por ver cómo responde su público. ‘¿Se habrán olvidado de mí?’, se pregunta.
‘En aquellos años todos éramos más dolorosos, más agudos y más profundos. El mundo ha cambiado mucho y preocupan más las cosas banales’
El cha cha cha
Para este nuevo trabajo, ‘Como un campo de maíz’, el compositor cubano ha recuperado cinco canciones escritas entre los 18 y 21 años, que nunca había grabado. ‘En realidad han sido mis hijas -una de ellas, Aidé, le acompaña en esta gira- las culpables de que haya grabado estas canciones, porque se han puesto a analizar mi obra anterior’, asegura.
Milanés no se ‘había planteado nunca’ grabarlas, las ‘mantenía en la intimidad, porque según pasaba el tiempo sentía que se quedaban viejas’. Ahora reconoce que se equivocó y que ‘suenan contemporáneas y sencillas’, y ‘siguen respondiendo al estilo personal’ que se ha ido labrando en estos más de cuarenta años.
Padre, junto Silvio Rodríguez, con quien mantiene una ‘buena relación’, Noal Vicola, Sergio Vitier y Sara González, de la Nueva Trova Cubana, Pablo Milanés considera que ‘esa nueva música cubana se ha convertido en un género cubano más, como el son, el cha cha cha, el danzón o la salsa, porque ha demostrado que ha calado entre la gente’.
Cuando mira hacia esos años de sus primeras canciones, títulos recuperados ahora como ‘Réquiem para un amor’, una de sus favoritas, o ‘Mi esperanza’, lo hace ‘con amor y respeto hacia ese sentido trágico de la vida que todos experimentamos en la juventud y que intentamos plasmar poéticamente’ y a la vez le hace gracia que ‘sea en la juventud, cuando te quedan tantas cosas por hacer, te de por plantearte el motivo de la existencia humana’.
‘En aquellos años todos éramos más dolorosos, más agudos y más profundos. El mundo ha cambiado mucho y preocupan más las cosas banales’, comenta.
Enamorado de la música del mundo, hace una propuesta: ‘nombrar Patrimonio Musical de la Humanidad a la música cubana, brasileña y estadounidense, porque sintetizan la africanidad y lo europeo, y nos unen a todos’
Interesante propuesta
Para ‘Como un campo de maíz’, una de esas imágenes que al músico le ‘inspiran belleza’, ha compuesto cinco temas nuevos ‘cargados de amor’, entre las que hay un tributo al pintor ‘Fabelo’, y ha puesto música a un poema de Pablo Neruda, ‘Para mi corazón basta tu pecho’, en homenaje al poeta chileno.
Pablo Milanés dice tajantemente que ama sus canciones y le gusta escucharlas. De todos sus álbumes, que se reeditan ahora en España, se queda con el que aquí se llamó ‘Amo esta isla’, en el que colaboró Ricardo Miralles, porque ‘salió un disco redondito’.
Milanés, a quien la vida le ha ‘cambiado porque todos somos adaptables’, perteneció hace tiempo a la Asamblea Nacional Cubana, pero la política no llamó a su puerta, porque no tiene ‘la disciplina de la constancia’.
Enamorado de la música del mundo, hace una propuesta: ‘nombrar Patrimonio Musical de la Humanidad a la música cubana, brasileña y estadounidense, porque sintetizan la africanidad y lo europeo, y nos unen a todos’.