1, Como si fuera un gran triunfo su gestión política de seis años -no un gigantesco fracaso en todos los frentes- el presidente Peña Nieto con el apoyo del PRI, ha anunciado que regresará a su estado natal (el de México) a vivir. Sabe que en asesinatos su sexenio brilló, así como en deudas, devaluación […]
1, Como si fuera un gran triunfo su gestión política de seis años -no un gigantesco fracaso en todos los frentes- el presidente Peña Nieto con el apoyo del PRI, ha anunciado que regresará a su estado natal (el de México) a vivir. Sabe que en asesinatos su sexenio brilló, así como en deudas, devaluación monetaria, incremento de la miseria; sin embargo dado que ningún expresidente se ha enviado a la cárcel: ni Calderón, Fox, Zedillo o Salinas, Peña ha dicho muy feliz que regresará a su estado de origen.
2. ¡Qué contento y qué feliz se pondría el pueblo de México si López Obrador hiciera justicia metiendo a la cárcel a todos los políticos y empresarios que han llevado al 80 por ciento de la población a la pobreza y la miseria! Los mexicanos dicen que no alcanzarían las cárceles para encerrar a tantos políticos y empresarios que han desfalcado al pueblo. Yo digo que sí alcanzan si sacamos a las decenas de miles de campesinos y trabajadores que están allí por robarse un pan para comer.
3. Cualquier mexicano atento y honesto -en unos cuantos minutos, porque los conoce de memoria- haría una lista de políticos y empresarios que hace mucho deberían estar en la cárcel por sus antecedentes y prácticas diarias. Los observadores críticos -por pura lógica- siempre ponen en primer lugar a todos los que fueron presidentes de la República y a los empresarios más millonarios que se han hecho ricos mediante políticas tramposas, la explotación y los negocios.
4. Que México es un país en «bancarrota» en todos sus campos y lo reconoce el 98 por ciento de los mexicanos- es indiscutible. En vez de buscar los mil lugares donde México está jodido y le sale pus, hay que preguntarle al PRI, PAN y empresarios, en qué parte buscarle para encontrarle un lugar sano. ¿En endeudamiento, producción, seguridad, migración, empleo? ¿En dónde no hay rompimiento superestructural?
5. Obvio, México no se rompió y se comenzó a descomponer en el sexenio de Peña (2012-18); este desplome acelerado comenzó al imponerse el neoliberalismo y la privatización en 1982 con los gobiernos de De la Madrid y Carlos Salinas. Basta revisar un poquito para ver cómo se retiraron los presupuestos en salud, educación, servicio social, subsidios y cómo las empresas que fueron «paraestatales» y las tierras ejidales se privatizaron.
6. Si el gobierno de López Obrador no aprovecha todo el entusiasmo que tiene la gente esperanzada en que hayan cambios verdaderos; si no aprovecha su enorme mayoría en la cámara baja y alta para cambiar leyes constitucionales; si se sigue entreteniendo en respuestas a críticas distractoras, cuando venga la avalancha de la derecha ya no podrá resistir. Se arrepentirá y al mismo tiempo traicionará a su pueblo por cobardía y blandenguería.
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