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Pensar el macrismo y sus salidas: oposición y unidad

Fuentes: Resumen Latinoamericano

Si algo de «bueno», algún matiz positivo, algún destello de optimismo, pudiéramos considerar del periodo transcurrido en el gobierno por el ingeniero Mauricio Macri, esto sería precisamente lo que no es y lo que no esta contenido en el macrismo…su oposición… El conglomerado liberal-conservador articulado en torno del partido de Macri, Propuesta Republicana (PRO) y […]

Si algo de «bueno», algún matiz positivo, algún destello de optimismo, pudiéramos considerar del periodo transcurrido en el gobierno por el ingeniero Mauricio Macri, esto sería precisamente lo que no es y lo que no esta contenido en el macrismo…su oposición…

El conglomerado liberal-conservador articulado en torno del partido de Macri, Propuesta Republicana (PRO) y las, ahora hegemónicas, facciones del deshilachado discurso social-liberal de la Unión Cívica Radical (UCR), ha tenido la particularidad de reconfigurar el universo político y social argentino con una intensidad que ni siquiera la experiencia kirchnerista logró suscitar: a la supuesta grieta política que el «relato K» dio forma en la Argentina, el macrismo le puso cuerpo social.

La Argentina del 2018 presenta una grieta social histórica con una renovada explicitación y actualidad: hoy es bastante más claro que antes, «ricos & famosos» -como se decía, precisamente, en los ´90- han tomado la dirección política y económica del país casi sin oposiciones certeras a la vista. Clases altas y medias-altas con niveles de vida que exceden los márgenes de dignidad, las cifras de dinero mínimas depositadas en cuentas bancarias y los miles de kilómetros de distancia para vacacionar, están siendo beneficiadas por un modelo de apertura económica, endeudamiento y desmantelamiento estatal, mientras las grandes mayorías sociales de nuestro país han visto caer salarios, jubilaciones, derechos sociales básicos, pensiones, trabajos y lágrimas, desde el 10 de diciembre de 2015 en adelante.

El tamaño de las pérdidas

Dimensionar la magnitud de los daños -económicos en primera instancia- ocasionados por la actual gestión de gobierno, nos remite necesariamente a sus primeras medidas fundamentales:

La inauguración del gobierno de Macri significó, solo en 2016[1], una reducción de los derechos de exportación de soja (del 35% al 30%) y sus derivados (del 32% al 27%), la eliminación de retenciones a cereales y productos agroindustriales; una devaluación del 40/50% y eliminación de los controles cambiaros (la «anhelada libertad» para poseer millones de dólares) el incremento de la tasa de interés y la desregulación del mercado financiero, junto con la drástica apertura del movimiento de capitales e inflación, entre otras cosas. En poco más de dos años de gestión del macrismo, la tensiones más básicas entre el capital y el trabajo en la Argentina se desarticularon, hasta lograr flexionar las pocas capacidades con las que disponen los trabajadores para hacerle frente a un gobierno de patrones en el poder.

Consumo, ingresos, salarios, paritarias, jubilaciones asignaciones, se desplomaron ante el «sinceramiento» de una economía puesta al servicios de capitales locales y extranjeros. A cada minuto, incluso mientras leemos estas líneas, ingentes cantidades de recursos son transferidos desde los sectores populares al privilegiado 10% de los dueños de este país: empresas monopólicas, patrones rurales y capitales concentrados. El escenario es angustiante. Aun más cuando se toma a cuenta las variantes a este modelo.

Oposiciones y unidades

Comenzamos diciendo que si hay algo de interesante, en este panorama de reflujo liberal en el país desde la asunción de Cambiemos al poder, es que existe una masiva multitud de cuerpos, gente de a pie, laburantes, hombres y mujeres, organizaciones sociales y políticas de diversas identidades ideológicas, etc, activas y organizándose, recorriéndose, juntándose, resistiendo. Asistimos al retorno de una solidaridad colectiva anómala a un sistema de gobierno individualista y excluyente.

Lastimosamente se multiplican las ollas populares, los comedores y las tareas de acción social en el país. Sin embargo, las posibles unidades sociales en resistencia poca decantación han presentado hasta aquí en el complejo mundo de la representación política y los debates electorales. La necesidad actual en un año sin elecciones, es que el variado universo del campo popular, de aquello que está por fuera del bloque de poder del macrismo dominante, se reconozca en las pérdidas, dialogue, conforme plataformas de encuentro para repensar las salidas.

Argentina cuenta con un hegemónico «centrismo» político, al cual juegan peronistas, radicales y todos los caudillismos políticos provinciales del país. Todas las alternativas sociales disruptivas, de izquierda o nacional-populares, suelen ser reducidas a simples condimentos a la hora de las tácticas políticas electorales. Así, parece que vale más el aparato burocrático de la cúpulas sindicales, antes que los trabajadores en las calles, las decisiones corporativas del justicialismo menemista antes que las camadas nuevas de militantes que han renovado el peronismo y el mismo kirchnerismo, las abstracciones trotskistas antes que el sentido común de los votantes de la izquierda tradicional o la pureza de las izquierdas más autónomas, antes que el recorrido mismo de sus militancias.

Los diálogos del peronismo[2], los debates ideológicos de las izquierdas populares[3] o el crecimiento de frentes sociales movilizados día por medio en las calles, reclamando contra los despidos, contra la violencia institucional, el hambre y el ajuste económico, tal vez marquen la posibilidad de pensar la forma de escapar a este duro retorno neoliberal a la Argentina. No pretendemos aquí dar por hecho que habíamos logrado antes, salir de la trampa neoliberal o que estamos poniendo en discusión el capitalismo ahora a partir de los actores aquí nombrado, antes bien estamos debatiendo cómo hacemos para frenar esta sangría; no obstante eso, hasta tanto no se articulen los mundos por fuera del bloque de poder del macrismo y hasta que no haya oposición y unidad -en cualquiera de los órdenes posibles- no se avizoran salidas en el horizonte más cercano. En eso estamos.

Notas:

[1] CIFRA – Centro de Investigación y Formación de la República Argentina- y el Área de Economía y Tecnología de FLACSO desarrollan una caracterización del macrismo con el desagregado de los datos aquí enunciados, disponible en: http://www.centrocifra.org.ar/docs/DT%2015.pdf

[2] Primer encuentro para la unidad opositora https://www.pagina12.com.ar/94612-primer-encuentro-para-la-unidad-opositora

[3] Dilemas estratégicos en la «izquierda popular» http://batalladeideas.org/articulos/dilemas-estrategicos-en-la-izquierda-popular-por-martin-mosquera-y-facundo-nahuel-martin/

Oscar Soto, Politólogo. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales- UNCUYO

@OscaritoSoto

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2018/02/09/argentina-pensar-el-macrismo-y-sus-salidas-oposicion-y-unidad/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.