Falsimedia da hoy un claro ejemplo de lo que son los medios de propaganda al servicio del poder capitalista instituido. Tras la jornada de violenta represión vivida ayer en la localidad mexicana de Oaxaca, la llamada ‘prensa libre’ no sólo se limitó a difundir las consignas del gobierno federal mexicano, además ocultaron lo que estaba […]
Falsimedia da hoy un claro ejemplo de lo que son los medios de propaganda al servicio del poder capitalista instituido.
Tras la jornada de violenta represión vivida ayer en la localidad mexicana de Oaxaca, la llamada ‘prensa libre’ no sólo se limitó a difundir las consignas del gobierno federal mexicano, además ocultaron lo que estaba pasando realmente en la ciudad y ‘fabricaron’ sus noticias, más cercanas a sus deseos que a lo que estaba sucediendo, todo ello para legitimar una actuación brutal, ilegítima y en múltiples aspectos ilegal.
Desde la machacona insistencia de que el movimiento popular había abandonado la lucha, y por tanto las más de 300 barricadas que existían en la localidad mexicana, hasta la avalancha de descalificaciones y falsedades sobre los manifestantes, pasando por las aseveraciones de que la Policía Federal Preventiva (PFP) había tomado el centro de la ciudad cuando ni siquiera había comenzado la violenta represión que horas después se desataría con tal objetivo.
Hoy lunes, la editorial del Universal de México asegura que «ante la imposibilidad de convenir acuerdos para llegar a una solución pacífica, el gobierno federal tomó la más temida decisión, exigida por algunos pero repudiada por otros: ordenar a las fuerzas del orden recuperar la capital de Oaxaca en manos de la sección 22 del magisterio y de integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)».
Nada más lejos de la realidad. Los miembros de la APPO recordaron insistentemente durante el día de ayer que el gobierno federal había roto cualquier vía de comunicación, negando el diálogo con el movimiento popular y apostando por la vía de la brutal represión.
El periódico Milenio, asegura que el operativo se realizó «con estricto apego a la legalidad», obviando el allanamiento de viviendas (ilegal sin orden judicial) y las detenciones arbitrarias y posteriores encarcelamientos de numerosas personas en campamentos militares.
Uno de los columnistas del diario La Crónica ridiculiza el reclamo del pueblo de Oaxaca por pedir la destitución del gobernador del Estado, Ulises Ruiz. «No reclamaron más sueldo, ni cambios a la reforma educativa. Esos fueron sus pretextos para desatar el problema. No les importó dejar a un millón 300 mil niños sin clases por 160 días, y que se pierdan cientos de empleos. ¡Que se vaya Ulises Ruiz!… lo mismo que pide el PRD». Sin entrar a valorar el significado de tan justo reclamo hacia un gobernante corrupto que apuesta por los sicarios y la sangre para disolver las manifestaciones populares en la ciudad. Ninguna relación al parecer entre las peticiones de los maestros, que iniciaron sus protestas el pasado mes de junio, la cerrazón gubernamental, la negativa a cualquier diálogo con los huelguistas, y el uso de la violencia como «solución política» para doblegar la voluntad popular.
No se habla de los muertos, ni del injustificado despliegue militar que lo único que hace es abrir un paréntesis en la lucha del pueblo de Oaxaca. De hecho la PFP tomó el centro de la ciudad, pero siguen en pie numerosas barricadas en distintos barrios. De eso nadie informa.
Nadie publica que los 4 asesinados el viernes cayeron por la balas de, entre otros, varios altos cargos del PRI de la localidad: Abel Santiago Zárate, regidor de Seguridad Pública del municipio; Manuel Aguilar, jefe de personal del municipio; y Juan Carlos Soriano Velasco, policía al que apodan El Chapulín.
La APPO recuerda que la lucha sigue. Han aguantado 70 años de gobierno corrupto del PRI, llevan cinco meses en rebeldía y van a continuar. Con ocupación militar o cuando se vayan, pues no será mucho el tiempo que aguanten.
Ejemplo de dignidad
En el otro extremo, el ejemplo de los medios alternativos y comunitarios mexicanos que han dado una lección de lo que significa la labor del periodista -con mayúsculas- como comunicador social.
Desde el Centro de Medios Libres de México (http://vientos.info/cml/), la radio Ke Huelga (http://kehuelga.org:8000/radio.mp3), Indymedia México (http://mexico.indymedia.org/Oaxaca) y, sobre todo, Radio Universidad (http://radio.indymedia.org:8000/appo.mp3.m3u) se realizó una dignísima labor de apoyo a la lucha y desde esta última como herramienta para la organización de la resistencia en cuestiones tan amplias como la petición de refuerzos en determinadas barricadas, la alerta sobre grupos paramilitares que merodeaban por distintos barrios, el reparto de víveres entre los huelguistas, etc.
La lista no es exhaustiva, pues seguramente me dejo a otros muchos medios de contrainformación del mismo México, y no cito a todos los que fuera de allí también realizaron un trabajo meritorio intentando dar la palabra el movimiento popular y contar lo que verdaderamente sucedía, tratando de oponer la apisonadora de Falsimedia cuyo objetivo era allanar el camino para los violentos. Aquellos que pertrechados y fuertemente armados quisieron doblegar la dignidad y el espíritu de lucha de un pueblo, pero que no lo consiguieron.