La vida de Pete Seeger, al igual que el arco del universo moral que célebremente invocó el Dr. Martin Luther King Jr., se inclina hacia la justicia. Seeger murió esta semana a los 94 años. Durante gran parte del siglo pasado le cantó verdades a quienes estaban en el poder, a través de su épica […]
La vida de Pete Seeger, al igual que el arco del universo moral que célebremente invocó el Dr. Martin Luther King Jr., se inclina hacia la justicia. Seeger murió esta semana a los 94 años. Durante gran parte del siglo pasado le cantó verdades a quienes estaban en el poder, a través de su épica lucha por la justicia social, los derechos civiles, los trabajadores, el medio ambiente y la paz. Sus canciones, sus sabias palabras y su legado resonarán durante muchas generaciones.
Los padres de Pete eran músicos. Sus viajes por Estados Unidos permitieron a sus hijos conocer la música del ambiente rural estadounidense. A los 19 años, Pete trabajaba para el aclamado cantante de música folk Alan Lomax grabando y catalogando canciones de música folk para la Biblioteca del Congreso. Allí conoció a Woody Guthrie, el legendario trovador de la clase obrera de la época de la Gran Depresión, que era un poco mayor que él. Seeger viajó con Guthrie, aprendió a subirse a los vagones de los trenes de carga y decidió combinar su pasión por la búsqueda de la justicia con su talento musical. Él, Woody y otros músicos formaron el grupo Almanac Singers en 1940. Vivían en forma comunitaria en el barrio Greenwich Village, en Nueva York, y trataban de vivir de la música. Poco después comenzó la Segunda Guerra Mundial.
Pete fue reclutado por el Ejército. Cuando, en 2004, le pregunté acerca del servicio militar, recordó: «Al principio quería ser mecánico de la Fuerza Aérea. Me parecía interesante, pero la inteligencia militar empezó a interesarse en mi actividad política. Mientras mi unidad perseguía la gloria y la muerte, yo me quedé allí en Keesler Field, Mississippi, recogiendo colillas de cigarillos durante seis meses. Finalmente, me lo dijeron: me habían estado investigando y abriendo mi correo». Más tarde, Seeger fue trasladado a Saipan, en el Pacífico, donde organizaba el entretenimiento para los soldados convalecientes en el hospital militar. Durante un período de licencia en la Ciudad de Nueva York, Pete le propuso matrimonio a su novia, Toshi Ohta. Toshi murió el año pasado a los 91 años, apenas meses antes de su 70 aniversario de casados.
Después de la guerra, Pete formó un grupo denominado «The Weavers», junto a otros tres músicos. Se convirtieron en un éxito de escala nacional. En aquel entonces, la caza de brujas del senador Joseph McCarthy contra los sospechosos de ser comunistas proscribió la música de «The Weavers» en la radio. Seeger tuvo que declarar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses de la Cámara de Representantes el 18 de agosto de 1955. Asumió la postura de ser fiel a sus principios, al reprender en tono amable a quienes lo interrogaron: «No responderé a ninguna pregunta vinculada con mi asociación, mis creencias filosóficas y religiosas, mis creencias políticas, a quién voté en las elecciones, ni sobre ningún asunto de mi vida privada. Creo que es inadecuado formular esas preguntas a cualquier estadounidense, especialmente con esta compulsión».
Pete Seeger fue acusado de desacato al Congreso, hallado culpable en un juicio y condenado a un año de prisión. Si bien su condena fue posteriormente revocada, en el documental «Pete Seeger: The Power of Song», su biógrafo David King Dunaway describe el permanente acoso que Seeger sufrió por parte del FBI:
«El FBI persiguió a Pete Seeger al punto en que no podía conseguir trabajo, solo podía cantar a los niños, porque nunca pensaron que sería un problema que Pete Seeger le cantara a niños de 6 años. No tenían idea. De eso surgió, no un movimiento subversivo, sino un renacimiento de la música folk estadounidense, por el que debemos agradecer al FBI «.
En 1957, Pete Seeger conoció a otra persona que era víctima de la vigilancia y la intimidación del FBI: el Dr. Martin Luther King Jr. Se conocieron en el instituto Highlander Folk School de Tennessee y, tras ese primer encuentro, Seeger ayudó a King y a otros activistas por los derechos civiles a incluir la música en sus tácticas de organización de base. Fue allí donde Seeger cantó por primera vez ante King la canción que se convertiría en el himno del movimiento por los derechos civiles: «We shall overcome» (Venceremos).
Al igual que King, Seeger se convirtió en un fuerte crítico de la Guerra de Vietnam. Finalmente, en 1967 lo retiraron de la lista negra (en la que había sido incluido en la época de McCarthy) gracias a su aparición en el exitoso programa de televisión «The Smothers Brothers Comedy Hour», de la cadena CBS. Sin embargo, una de sus canciones, «Waist Deep in the Big Muddy», fue censurada por CBS. La canción describía en forma alegórica la Guerra de Vietnam como un atolladero y describía al Presidente Lyndon B. Johnson como «un gran tonto» que «dice que hay que continuar». Su interpretación de la canción finalmente fue transmitida en el programa, meses más tarde, después de una avalancha de protestas contra la cadena televisiva.
Pete Seeger siguió cantando a favor de la paz, el desarme nuclear y, fundamentalmente, a favor del medio ambiente. Fundó la organización sin fines de lucro Hudson River Sloop Clearwater. Junto a otras personas, construyó un velero, llamado «Clearwater», que utilizaron para educar y promover la limpieza del río Hudson, a donde tenía vista su casa. Cuando lo entrevisté en agosto del año pasado, le pedí que cantara «We Shall Overcome», lo hizo, y me contó: «Sí, es algo que es preciso recordar a la raza humana. No se rindan. Venceremos. Venceremos, algún día…»
En 1955, en la audiencia ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses, le preguntaron qué hizo al regresar de la guerra. A lo que respondió: «Seguí cantando y espero hacerlo siempre». Y así fue, y con sus canciones nos cambió a todos.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2014 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, [email protected]
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.