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Por qué nos oponemos al Tren Maya

Fuentes: La Jornada

Ante la gravedad e irreversibilidad de los daños y la falta de respuesta a sus señalamientos, los firmantes exponen sus razones para oponerse al Tren Maya.

El 19 de abril se entregó al Presidente de la República una carta titulada Por qué nos oponemos al Tren Maya, firmada por más de 300 investigadores de diversas disciplinas, quienes se autodefinen así: No somos seudocientíficos, no somos conservadores, no somos adversarios. Somos académicos con trabajo de campo y de gabinete, que tenemos un profundo compromiso con el bien de México, y así lo hemos demostrado por décadas, a lo largo de las cuales hemos señalado los problemas causados por programas de gobierno, proyectos corporativos, iniciativas no sustentables de cualquier origen (https://geopolitica.iiec.unam.mx/node/1302).

Se recuerda al Presidente que desde que se anunció el proyecto Tren Maya, y unos días antes de tomar posesión, se le dirigió una respetuosa carta en la que se expusieron las razones por las que la obra no debía llevarse a cabo, con argumentos y datos que provenían tanto de estudios científicos, como de la sabiduría popular. En esta misiva, relegada por el Ejecutivo federal, se insistía en una condición violentada con la megaobra: el principio de la consulta previa, libre, informada, culturalmente adecuada a la que obliga el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Tampoco se consultó a los expertos en quienes el pueblo de México ha invertido cuantiosos recursos para generar un conocimiento sobre el patrimonio biocultural de la nación. En la actualidad, las obras de construcción del Tren Maya ya afectan los modos de vida, la biodiversidad, la sustentabilidad, la calidad ambiental y los derechos humanos y existenciales de los pueblos y comunidades que habitan toda la región que dicho proyecto pretende beneficiar.

Ante la gravedad e irreversibilidad de los daños y la falta de respuesta a sus señalamientos, los firmantes exponen sus razones para oponerse al Tren Maya, de las cuales resumo:

1) Los ideales de progreso, rentabilidad y urbanización del proyecto violentan modos de vida, costumbres, visiones del mundo, producción y subsistencia comunitarios del pueblo maya.

2) Las edificaciones, vestigios y sitios arqueológicos serán destruidos en parte y convertidos en mercancías de atracción turística, en el marco de una realidad marcada por desplazamientos poblacionales, especulación de tierras y desestructuración comunitaria.

3) La península de Yucatán es una plataforma que se origina por la meteorización química de rocas calizas sedimentarias, que dan al suelo una condición quebradiza y frágil, no adecuada para soportar el peso de trenes rápidos y pesados.

4) Este suelo ha determinado la creación de un complejo sistema hidrológico subterráneo que alberga uno de los acuíferos más importantes de México, hoy afectado por el Tren Maya.

5) Uso excesivo y contaminación del agua subterránea, basura inorgánica, urbanización y actividades productivas ponen en riesgo el acuífero de la península.

6) También peligra el sistema de cuevas y ríos subterráneos más largo del mundo, su fauna y la información geológica.

7) El proyecto amenaza a la riqueza biocultural de relevancia planetaria: arrecifes bacterianos, cuevas de murciélagos que son controladores de plagas, dispersores de semillas y polinizadores, el jaguar, el pecarí y un sinnúmero de especies de peces, aves e insectos.

8) Peligran los ecosistemas en que se asienta 54 por ciento de los manglares del país.

9) El daño a los ecosistemas reduce la vulnerabilidad de la población frente al cambio climático.

10) En las últimas décadas, la cobertura coralina ha disminuido dramáticamente hasta llegar a menos de 10 por ciento de su extensión potencial. Al aumentar el turismo, estas condiciones se agravarán.

11) La laguna Bacalar, gravemente afectada por el turismo, la deforestación y el uso de fertilizantes químicos.

12) Afectación del patrimonio biocultural de las comunidades, con modos de apropiación que rompen el ya frágil equilibrio y sustentabilidad ecológica.

13) La migración masiva, crecimiento poblacional, ganadería, agricultura extensiva, el agronegocio y los desarrollos turísticos a gran escala impactarán en los bosques tropicales.

14) La infraestructura del tren impide la movilidad natural e indispensable de las especies.

15) El turismo masivo afectará modos de vida, condiciones sanitarias, generación de basura, consumo y contaminación del agua.

16) En Calakmul se prevé la llegada de 3 millones de turistas, en lugar de los 40 mil actuales.

17) Proyecto inmobiliario y de urbanización, que provoca empobrecimiento ambiental.

18) Con Cancún como caso testigo, se pronostica el aumento de la violencia, tráfico de drogas y trata de personas.

19) Falta de planeación, discusión y evaluación que la ley determina.

20) Obra sin cumplir el Convenio 169 de la OIT, sin estudios de mecánica de suelos, sin manifestaciones de impacto ambiental. Todo esto, en un contexto de militarización y entrega de la obra a los estamentos castrenses.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.