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Presentan inédito de Ernesto Che Guevara en Feria del libro de La Habana

Fuentes: Rebelión

En pocas ocasiones un libro es tan ansiosamente esperado como el que se presentó ante un numeroso público en la FIL de La Habana por el Presidente del Parlamento cubano Ricardo Alarcón. «Apuntes Críticos a la Economía Política» del Che Guevara, editado por Ocean Press de Australia de conjunto con el Centro Che Guevara de […]

En pocas ocasiones un libro es tan ansiosamente esperado como el que se presentó ante un numeroso público en la FIL de La Habana por el Presidente del Parlamento cubano Ricardo Alarcón. «Apuntes Críticos a la Economía Política» del Che Guevara, editado por Ocean Press de Australia de conjunto con el Centro Che Guevara de La Habana ya está en manos de los lectores. Para Cuba, se hizo una coedición con la editorial de Ciencias Sociales.
El demoledor análisis que el Che realizara del «Manual de Economía Política» de la desaparecida Academia de Ciencias de la Unión Soviética» es más que un libro sobre economía, economía política y política económica. Es un libro sobre la construcción del socialismo, la ética, los métodos de análisis científicos marxistas y sobre los caminos incopiables que cada pueblo debe transitar hacia la justicia social, sin copismos ni dogmatismos.
Los «cuadernos de Praga» como alguien los calificara, estan a debate. Ese era el sentir de su autor: debatir, estudiar y encontrar soluciones propias. A continuación el la Nota Editorial que acompaña al libro:

 
NOTA EDITORIAL
 
La edición de los Apuntes económicos del Che, que se publica con el nombre de Apuntes críticos a la Economía Política, ha sido durante años uno de sus textos más esperados y posiblemente el que más polémica ha suscitado. En las reflexiones que desde los manuscritos elabora acerca de las peculiaridades del período de transición y su significación para la historia del marxismo y su evolución, se advierten criterios muy agudos sobre la repercusión que ha tenido para el pensamiento marxista, el que muchas veces se ha visto, por circunstancias no inherentes a él, evadiendo obstáculos difíciles de salvar contra el dogmatismo, el monopolio de teorías y la falta de análisis específicos para asumir el socialismo.
Al valorar el Che en los años 60 las consecuencias de estas tendencias, advierte que en Cuba tampoco se estuvo exento de esas contradicciones:
 
«…nos ha fallado la práctica, los conceptos a veces son un poco teóricos, falta el punto de conocimiento real del problema que se va a abordar (..), no todo es como dicen los libros, los libro no pueden representar la realidad de Cuba, muchos de ellos escritos para otros medios o como sistema general de dar conocimientos…»
 
En ese breve enunciado fue capaz de captar y pronosticar el futuro desenlace de una crisis que por sus condicionamientos traería consigo dificultades insalvables al llamado mundo socialista, al vislumbrar que en muchos casos se veían limitados en sus concepciones para entender y enjuiciar otros procesos similares, lo que se traduciría en un duro revés para las fuerzas revolucionarias a escala global y peor aun, un estancamiento para el desarrollo de la humanidad en su totalidad.
 
En la actualidad, cuando muchas de las críticas premonitoras expuestas por el Che se han cumplido de modo indubitable, el análisis y estudio del debate que desde Cuba preconizó, nos permite dimensionar la herencia conceptual que dejara sobre cómo encarar la asunción de una revolución socialista y sus formas de transición, en especial los modos de concebirlas para el tercer mundo y aquilatar la significación de sus aportes a la teoría marxista.
 
Para el Che, la indicación de que nada más alejado del marxismo está el atar de manos a las generaciones futuras, así como tampoco el lastre de considerarlo una especie de compendio de dogmas aprendido y repetido de memoria, lo obliga a meditar, con argumentos objetivos, en su carácter de ciencia y en el rechazo a que pueda permanecer estático con enseñanzas eternas e infalibles, solo porque algunos conciban su aplicabilidad indiferente al tiempo y al espacio, y juzguen imposible que se enriquezca durante el desarrollo de nuevas experiencias y conocimientos.
 
El peso de esa incuestionable verdad lo condujo a emprender una labor minuciosa en el estudio de la Economía Política, con el suficiente rigor metodológico, que le permitiera concretar sus posiciones acerca del período de transición en el socialismo, especialmente los rasgos de su economía, a través de un conjunto de apuntes críticos desde la perspectiva del mundo subdesarrollado, por considerar que los textos existentes dejaban de lado un análisis consecuente para estas regiones. La redacción de los Apuntes es sistematizada en el período que comprende los años 65 y 66, durante sus estancias en Tanzania y Praga, con posterioridad a su misión internacionalista en el Congo.
 
En su preparación, lo primero que hace es redactar una serie de observaciones y señalamientos al entonces vigente Manual de Economía
Política de la Academia de Ciencias de la URSS, en su edición en español de 1963. Somete a revisión todo el libro y marca en los márgenes de las páginas con una línea vertical de diferentes colores (verde, rojo o azul) los párrafos que serían analizados en cuadernos independientes, con numeración consecutiva; además de subrayar, con los colores habituales, los párrafos seleccionados, con el objetivo de enfatizar algunas ideas, aunque no se ha podido establecer con claridad el significado preciso de un color u otro.
 
Por las características del texto, que es un material fragmentado, la edición que se presenta grupará la totalidad de los documentos que dejó esbozados y sus anotaciones, para un estudio futuro y su posterior publicación. Para hacerlo más comprensible se ha añadido un estudio crítico que hiciera sobre obras básicas del marxismo, referidas sobre todo a problemas económicos, con sus correspondientes resúmenes y aclaraciones, por medio de los cuales se puede alcanzar una visión general del proyecto que se propuso realizar. El orden y contenido remite a la propuesta hecha por el Che:
 
• Plan tentativo
• Prólogo: La necesidad de este libro
• Síntesis biográfica de Marx y Engels
• X preguntas sobre las enseñanzas de un libro famoso (Manual de Economía Política, Academia de Ciencias de la URSS).
 
A esta propuesta, como se ha explicado, se le han agregado anexos, entre ellos algunos inéditos –Apuntes críticos sobre obras económico-filosóficas marxistas y A modo de prólogo, un fragmento de carta que le enviara a Fidel, antes de su partida hacia el Congo en 1965, referida a la transición socialista.
 
Como se aprecia, el libro agrupa en un solo objeto de análisis la unión de elementos explicativos sobre la Economía Política y su función en el proceso de la transición socialista, con independencia de algunos comentarios que se ajustan más a consideraciones de época, pero que no le resta trascendencia al material en su conjunto.
 
Se destacan los juicios que emite el Che sobre la escasa atención que había recibido la Economía Política del socialismo en el desarrollo de la teoría de la economía marxista, aunque reconoce que no era una tarea fácil, pues la consideraba tan compleja como la construcción del socialismo mismo. Advierte, además, que a la premura de emprender múltiples tareas no puede seguirle la irrupción de formas de organización de la nueva sociedad acorde con indicaciones preestablecidas, y ni tampoco debe aceptarse como válida la ausencia de creatividad en la teoría, puesto que provocaría inestabilidad y conllevaría a una apología inútil de la existente y a la posposición de cuestionamientos y discusiones sobre problemas fundamentales a debatir en el desarrollo de la nueva sociedad.
 
En general, todo lo planteado por el Che en sus manuscritos económicos permite evaluar sus aportes, al formular inquietudes y respuestas tentativas a problemas que consideraba no resueltos en el proceso hacia la nueva sociedad y a los que se lanza obligado por la práctica diaria ejercida en su condición de dirigente de la Revolución cubana.
 
La búsqueda de soluciones inmediatas lo lleva a pensar en cuestiones tales como las relaciones económicas entre países que construyen el socialismo, las técnicas de planificación y la crítica a nuevos métodos de dirección. Especial atención dedicó a estos últimos, ante las dudas que le suscitaron el empleo de categorías mercantiles que obstaculizaban, a su juicio, el desarrollo de la conciencia del hombre y por consiguiente, comprometían la realización plena y consecuente del socialismo. Tal era el caso concreto del cálculo económico:
 
«…cuya significación real parece haber sufrido variaciones en el transcurso del tiempo, lo extraño es que se pretende hacer figurar esta forma de gestión administrativa de la URSS como una categoría económica objetivamente necesaria. Es usar la práctica como rasero, sin la más mínima abstracción teórica o peor, en hacer un uso indiscriminado de la apologética. El cálculo económico constituye un conjunto de medidas de control, de dirección y de operación de empresas socializadas, en un país dado, con características peculiares».
 
 
A lo largo de los Apuntes, se puede observar que al ahondar en el problema de la economía encontró que las críticas no se centraban solo en lo expuesto por el Manual, sino que se insertaban en planteamientos de índole teórico-prácticos. Para el Che, muchos de estos problemas emanaban de la propia realidad de la URSS, pues a lo largo de su existencia había podido resumir la mayor parte de las experiencias derivadas de la aplicación del marxismo-leninismo, sin embargo, la práctica estaba demostrando el riesgo que se podía correr al deducir que la adopción del marxismo en las condiciones soviéticas podría convertirse en regla general, aplicable en cualquier lugar.
 
Algunas afirmaciones que hacían los soviéticos en aquel entonces, al autodenominarse en fase final de la construcción del socialismo y el tránsito gradual del socialismo al comunismo, estaban afectando, en opinión del Che, su proyección internacional y así fueron analizadas:
 
«Afirmación que va contra la teoría marxista ortodoxa, pero, más importante también contra la lógica actual. Primero, en las condiciones actuales, con el desarrollo del mercado mundial, el comunismo se haría sobre la base de la explotación y el olvido de los pueblos con quienes se comercia. Segundo, las enormes cantidades de recursos destinados a la defensa no permite un pleno desarrollo del comunismo, por lo menos hasta el grado de nuestros conocimientos actuales sobre las posibilidades de la técnica».
 
Esta observación, a cuarenta años de haberse formulado, sobresale por la profundidad con la que el Che se adentró en los problemas que lastraban al socialismo y que a la postre lo condujo a su desaparición. La obcecación de pretender la existencia de leyes generales para construir sobre esa base una economía política imaginaria, llevaba implícita una lectura mecanicista del marxismo al no existir una teoría acabada del socialismo, sino un sistema de cuestiones planteadas a una realidad contradictoria. La significación de la apertura, el desarrollo y los cambios sociales quedaban truncos en esas valoraciones.
 
Para el Che, esos problemas tenían una connotación mayor cuando se trataba de explicar la realidad del subdesarrollo y la posibilidad de construir el socialismo. En un comentario, inédito, sobre el libro de Paul Baran, La economía política del crecimiento, expone que:
 
«..junto con el de Fanon, Los condenados de la tierra, son los que calan hondo en el problema del subdesarrollo. Fanon lo analiza exclusivamente desde el punto de vista del colonizado, y en eso consiste su originalidad; Baran sabe despojarse de su chaqueta imperialista para ir a buscar verdades amargas. Sus recetas y sus diagnósticos son crueles casi pero dan exactamente donde debe. Se le apuntaría como debilidad cierta falta de rigor histórico que no permite ver claramente la ineluctibilidad del desarrollo imperialista hacia sus colonias económicas y, una muy explicable en este libro, la falta de análisis crítico de las relaciones de los países socialistas con los subdesarrollados. Ese es un libro que falta escribir, y lo debe hacer un comunista».
 
 
El lector podrá apreciar que por su contenido los Apuntes no es una obra acabada ni agotada en sus presupuestos, sin embargo hoy es más necesaria y actual que nunca. Su trascendencia rebasa no solo el interés por estudiar la totalidad del pensamiento del Che, ni satisfacer la curiosidad de aquellos que se empeñan en hacer de su lectura una especie de búsqueda de méritos y errores. Queda por sobre todas las cosas, el desafío a especialistas y en general a los estudiosos de su obra, que hagan suya la propuesta de investigar cómo asumir la transición socialista y la verdadera esencia de su economía política, y que sientan como propio el reto de emprender la gran obra del socialismo del siglo XXI y la apertura a un mundo nuevo.
 
 
Dra. María del Carmen Ariet García
Centro de Estudios Che Guevara